Pero ¿Y qué pasará cuando avancemos? ¿Cuándo ya no sea el bosque, sino la ciudad? Cuando salgamos a la calle tomados de la mano como una joven pareja en su luna de miel ¿Voy a quedarme callado? Quiero, debería querer huir, pero no me imagino haciéndolo. Pienso en el aceite caliente, en como prácticamente pude sentirlo en mis mejillas, en mis manos y las plantas de mis pies, en cómo tendré pesadillas en que la piel se me cae, deshecha, como castigo por intentar huir.

Ahora, cuando pienso en escapar, no me siento emocionado, sino enfermo, porque escapar no significa ser libre, sino fallar y ser castigado por Ángel. E incluso si lo consiguiese siento que la culpa me persigue. Él está tan perturbado que cree que hace algo bueno, cree amarme y si le dejo creerá que le he roto el corazón de nuevo. Y no quiero dañarle, pero no puedo relajarme solo porque él es de repente amable, en cualquier momento el interruptor chasqueará y el daño que me haga será irreversible, si no lo es ya.

Pero ¿Cómo lo haré? ¿Y si me está mintiendo y no me llevará nunca más allá del bosque? Por ahora mi mejor opción es la que ha sido siempre ha estado en el cuenco de la entrada: las llaves del coche. Pero piensa en ellas y un escalofrío me recorre. Le he prometido a Ángel que no lo volvería a hacer.

—Ya está listo todo —dice él con una sonrisa, volteándose hacia mí con dos grandes platos de carne y verdura en las manos.

—Gracias —digo con voz descompuesta viendo como sirve mi ración. La carne está algo sonrosa y luce jugosa, cubierta por la misma salsa que las verduras. — y gracias por dejarme salir hoy. Estoy algo nervioso —confieso dejando ir una pequeña risa.

Él se sienta en frente mío y apoya su mejilla en los nudillos, sonriendo como un adolescente enamorado.

—Será como una cita —dice ampliando más su sonrisa. Sus mejillas se colorean un poco y no puedo evitar sentir calor en las mías —, nunca he tenido una, voy a parecer todo un patán ¿Tú has tenido alguna?

Niego y me abstengo de responder mientras mastico un pedazo de carne. La comida de Ángel es deliciosa, el sabor braseado de la ternera y la dulzura de la salsa hacen una perfecta combinación. Comer bien me hace sentir tan, tan cuidado y querido.

—No soy de citas —le explico, luego me limpio un poco la boca con la servilleta y sigo hablando con naturalidad —, no he tenido parejas nunca, no que recuerde, así que todo lo que he tenido era de una sola noche y con personas que no volvía a ver más.

Ángel me mira muy callado, sosteniendo el tenedor con tanta fuerza que la tiembla el puño. Abre la boca, después la cierra presionando sus labios hasta dejarlos pálidos y aparta la mirada, pensativo.

Debería haberme callado ¿Y si se enfada y me hace daño?

—No soporto pensar en eso —escupe de repente, sonando más cansado que iracundo. Me mira con ojos glaucos, de grandes bolsas y párpados caídos, y sigue con su comida. —, pensar en otras manos sobre ti, en otros ojos contemplándote. No soporto imaginarte dándole placer a otro ni a otro dándote placer a ti. Tyler, los momentos en que estás vulnerable y sonrojado, en que te va rápido el corazón y tienes pequeñas lágrimas en las pestañas, los momentos en que haces toda clase de sonidos bonitos y luces tan adorable como un ángel... esos momentos son míos ¿Lo entiendes? Nadie más puede verlos. Quiero que seas mío.

—Ya soy tuyo —admito en un suspiro. Tan siquiera he tenido tiempo de pensar, de sentir algo respecto a estas palabras. Ahora, tras pronunciarlas, me azora una mezcla de disgusto y miedo. —. Me has encadenado bajo tu casa, me has borrado de mi antigua vida y obedezco todas las órdenes que me das. Mi cuerpo... lo has roto y no creo que pueda usar bien el brazo de nuevo y la pierna, yo... creo que me dolerá andar siempre. Lo has logrado, Ángel, soy tuyo. Ya me has quitado todo ¿Qué más quieres?

Él suelta una pequeña risa sarcástica. Siento escalofríos tan profundos que por un momento no soy de carne y hueso, solo de piel erizada y sudores fríos.

—Estoy solo empezando contigo, Tyler —susurra con ese tono seductor que lo hace lucir como si se deleitase sabiendo que tiene todo el tiempo del mundo para cumplir sus palabras. Me sonríe, llevándose un pedazo de comida a la boca y masticándolo despacio. Yo no puedo ni moverme, mientras, él toma tranquilamente la servilleta, traga y se limpia las comisuras. —. Hay partes de ti que todavía se resisten a mí, no soy tontito, Ty, sé que aún piensas en escapar. No ahora mismo, estás asustado por lo que ha pasado hace poco, pero si te dejase el suficiente tiempo y fuese lo suficiente despistado al final volverías a sentir esa chispita de esperanza de que puedes huir de mí. Quiero apagarla, moldearte a mi gusto.

Me llevo una mano a la boca, intentando no vomitar. ¿Más? ¿Va a hacerme más daño todavía? Y yo ya siento como me resquebrajo.

—¿Y qué harás? —pregunto temeroso —¿Vas a romperme más huesos, vas a cortarme las piernas para que jamás pueda correr lejos?

Siento mi estómago hundiéndose cuando me doy cuenta de que le he alzado la voz. Ángel me mira muy serio desde su indescifrable máscara y yo, por dentro y por fuera, me deshago. Lloro, jadeo, no puedo soportarlo ¿Le he enfadado? ¡No tiene derecho! ¡Estoy siendo bueno! ¡Estoy siendo obediente! No tiene derecho a seguir torturándome, no cuando estoy haciendo todo lo que pide...

Entonces vuelve a reír. No es una risa sarcástica esta vez, sino suave y melosa. Agradable.

—Tonto, no me lo paso bien haciéndote daño, no hables como si estuviese buscando excusas para mutilarte. —dice con el ceño un poco fruncido, pero una sonrisa divertida todavía en sus labios. Vuelve a enfocarse en su comida mientras sigue: —Si quiero hacerte mío... la fuerza bruta solo penetra hasta cierto punto, no va más allá de la carne. —hunde su cuchillo en la tierna carne, cortando un pedazo con lentitud y cuidado, como si estuviese llevando a cabo una operación delicada. Luego pincha el trozo de carne bañado en salsa, lo analiza un poco y luego me mira a mí. Siento escalofríos cuando muerde la carne: —Yo quiero pensar que estoy haciendo un trabajo mucho más profundo contigo.

Fin del cap ¿Qué os ha parecido?

¿Os ha sorprendido que Ángel proponga un paseo?

¿Creéis que se está ablandando?

¿Cómo pensáis que irá su pequeña "cita"?

¿Creéis que Ty habla en serio cuando dice que no volverá a intentar escapar?

Gracias por leer<3

El niñero (Yaoi) [EN AMAZON] #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora