Antes de darme cuenta tengo mi mano en él, lo acaricio mientras me da placer. Él abre los ojos, se detiene un segundo por mis caricias y luego aparta la mirada. Sus mejillas están sonrosadas ¿Qué diablos sucede? Pero no puedo pensar, una nube de placer me nubla la mente. Tan dulce, tan etérea... y de golpe se vuelve material, cae del cielo, pesada, sobre mi cuerpo, me tensa el abdomen, me relampaguea en la entrepierna y gimo mientras noto el líquido salir de mi cuerpo.

Él se separa de mí relamiéndose los labios y me esquiva la mirada de nuevo. Yo tampoco puedo mirarle y cuando me miro a mí siento que soy solo un muñeco de piel y hueso. Tan escuálido, tan cansado. Lo único que indica que estoy vivo es la forma rápida en la que mi pecho sube y baja. Entonces escucho algo que me hace volver la mirada hacia él: su bragueta.

Trago saliva viéndolo bajar el cierre de sus pantalones y se me aguan los ojos al saber lo que viene.

—Tengo... ¿Tengo que hacerlo? —pregunto sin apenas voz.

—¿Eres tan egoísta que esperas un no por respuesta? —acusa, acercándose más a mí. Yo me pongo sobre mis rodillas y niego.

—No es eso, es... estoy cansado. —digo, medio mintiendo, y él frunce su ceño.

—No parecías cansado hace unos minutos —me recrimina. Aparto la vista cuando baja la ropa interior también. Sé que me voy a encontrar, pero simplemente no quiero enfrentarme a esta situación. No quiero tener que hacerlo. —, no vas a librarte, Tyler. Es una lástima —suspira —te estabas portando tan bien.

Acto seguido hunde su mano en su cabeza y me tira del pelo. Mi mullido cabello oscuro se resiente y él tira y tira de mis rizos hasta atraerme a su entrepierna plenamente excitada. Me tiemblan los labios cuando veo su virilidad. Es tan grande, no quiero hacer esto.

Y aun así sucede, porque no importa lo que yo quiera. Se empuja, grueso y violento, entre mis labios. Cuando mis dientes rozan su miembro él hace una mueca de dolor y me agarra más fuerte de los rizos, obligándome a abrir la boca; él se adentra de un fuerte embate, pasando por encima de mi lengua y llegando al fondo de mi garganta. Me arqueo por una arcada y me alejo de golpe. Él me suelta el cabello, empujándome hacia el suelo, y yo toso y trato de respirar mientras me recompongo.

—¿De verdad vas a resistirte? ¿No eres capaz de hacer algo tan simple como esto? Estoy harto. —masculla, subiéndose la ropa interior.

De repente, él ya no está dispuesto a forzarme a que le haga un oral y me siento tan, tan feliz, pero luego me doy cuenta de que realmente luce enfadado. Va al fondo de la sala, donde las escaleras y sube dando pisotones llenos de ira. Sé que volverá porque no ha apagado la luz ni ha cerrado la escotilla que me separa de la superficie.

Oh, veo la luz, la casa... si no tuviese esta cadena en mi tobillo podría correr escaleras arriba, correr por su cocina, por su comedor e irme por la puerta, correr y gritar por el amplio bosque hasta encontrar ayuda o hasta caer muerto. Pero moriría con la cara llena de tierra y hojas, con el sol en mi piel y aire fresco en mis pulmones. Se me llenan los ojos de lágrimas cuando me acerco a la escalera y mi cadena da un tirón. Desde aquí, si me asomo, le veo un poco, pasando de un lado a otro, haciendo algo en la cocina ¿Qué es?

Al cabo de un rato sus pesados pasos se detienen y baja con algo en la mano, tiene un asa y es grande, más que un maletín. Empiezo a temer y a arrepentirme de las consecuencias hasta que él lo deja caer a mi lado.

—Es una nevera portable —me dice, dejándome totalmente confundido. —, hay comida para... no sé ¿Cinco días? Aprovéchala bien. —espeta, dándose la vuelta.

Juraría que mi corazón se para en este mismo instante.

—¡Espera! —grito, sonando tan exageradamente alto y patético que enrojezco.

Me olvido del temor que me causan sus toques, del odio que siento junto al placer y recuerdo el vacío, la oscuridad, la soledad. Y es mil veces más desesperante que cualquiera de las torturas de Ángel porque al menos cuando él me hace sufrir sé que estoy vivo. Sé que existo, que alguien me ve, me toca, me hace sangrar.

Él para en seco, mirándome con una ceja alzada.

—¿No vas a venir en... en cinco días? —pregunto con un hilillo de voz.

Él se encoge de hombros.

—No me das muchas ganas de volver —me dice despectivamente —. Estoy agobiado ¿Sabes? Tengo mucho trabajo que hacer y tú no ayudas, así que me tomaré un tiempo. Cinco días, quizá más.

Siento el corazón latirme en la garganta, compensando los bombeos que antes se ha saltado. Voy a vomitar.

—Pero... pero... ¿No puedes dejarme arriba durante ese tiempo? No puedo estar aquí solo tanto tiempo, no puedo... —me quejo, mi tono subiendo más y más por la desesperación.

En este lugar donde el tiempo y el espacio con una oscuridad que me devora un día dura una eternidad ¿Y él pretende que espere cinco? ¡No, cinco como mínimo! Dios, incluso si supiese cuando han pasado no tendría la certeza de que él volverá al quinto día ¿Y si no vuelve nunca?

Escucho pasos alejándose, le veo en la escalera.

—¡Espera! ¡Espera, por favor, vuelve! ¡Haré lo que me pi-

Un portazo. Oscuridad. El eco de sus pasos y mi terrible arrepentimiento.

Soy idiota, debería haberme callado y haber actuado como un buen chico. Debería haberme aguantado y haber chupado su polla hasta hacerlo terminar, quizá así no estaría ahora arañando el suelo, deseando en vano que la tierra bajo mis pies se abra y me escupa en el mundo de nuevo.

Fin del cap owo ¿Os ha gustado?

¿Esperábais que Ángel hiciese esto?

¿Qué creéis que pasará más adelante?

¿Tenéis confianza en que Tyler escapará?

Siento haber tardado tanto en actualizar y mil gracias por leer <3

El niñero (Yaoi) [EN AMAZON] #PGP2022Where stories live. Discover now