Ahora con sus palabras caigo en la cuenta de que mi vida tranquila es... horriblemente prescindible en el mundo. Mi piso está casi igual que el día que lo alquilé, mi jefe contará a otro chico con más personalidad que yo y si alguna vez tuve un amigo me habrá olvidado después de años de silencio. Soy tan fácil de olvidar. Yo mismo me he olvidado y quizá mi problema es haber pasado tantos años sin buscarme, solo... dejando pasar el tiempo.

—¿Me estás escuchando? —pregunta bruscamente, cogiéndome de la barbilla y haciéndome mirarle. Yo aparto el rostro, pero asiento. —Bien. Oh, y esto es como cuando te saqué a la calle: no sabes ni dónde estamos, así que si tratas de pedir ayuda voy a tener tiempo suficiente como para matarte asfixiándote en vez de con el cuchillo. Es una muerte espantosa, Tyler ¿Puedes imaginarla? —pregunta bajando la voz, el tono se hace íntimo cuando acerca su rostro al mío y su enorme mano sube por mi pecho. Me tenso y un chispazo de dolor me conecta el hombro con las muñecas. —Tu pequeño cuello aplastado entre mis dedos, la forma en que te quedarías poco a poco sin aire. Tu garganta literalmente cerrada y tú abriendo la boca tanto como puedas, pero sin poder tomar aire ni gritar —sigue, bajando la voz, haciendo el tono más ronco, más pesado. Me acaricia la clavícula, luego la garganta.

Acompaña mi nuez de Adán cuando trago saliva.

—la presión sanguínea aumentándote en el rostro, los ojos, los oídos y la cabeza se sentirían como si fuesen a estallar, calientes, llenos de sangre, y luego empezarías a marearte porque no te llega oxígeno al cerebro. Se haría difícil pensar racionalmente, pero no estarías suficientemente atontado como para no sentir pánico, solo como para no poder actuar al respecto. —sus dedos se enroscan en mi cuello, grandes, ásperos, lo abarcan entero y se cierran sin dificultad en la nuca. No presionan, pero me cuesta respirar. —Y lo peor es que tardarías un buen rato en perder el sentido, serían quizá solo minutos, pero pueden hacerse eternos mientras pasa algo así, con la frustración de estar atado... ni siquiera ibas a poder arañarme y tener la esperanza de librarte. Luego yo aflojaría un poco, dejando pasar algo de oxígeno para no terminar rápido y volvería a empezar. Tengo mucho tiempo, Tyler, para jugar así contigo, así que piénsatelo muy, muy bien antes de hacer cualquier estupidez.

Sus palabras tienen un terrible poder sobre mí. Mi cuerpo, convencido de que sus dedos apretarán en cualquier momento llevando a cabo tales amenazas, tiembla exageradamente y se tensa. Sus dedos nada más me rozan, pero aire me falta y tengo que decir ''Sí'' con un hilillo de voz.

Después de eso él me sonríe, como queriendo recompensarme, y me pone el teléfono en el oído. Escucho los pitidos agudos, espaciados, que marcan la espera antes de que alguien conteste. Si Oliver no lo hace ¿Qué pasará conmigo? Por un lado no quiero que responda, no quiero tener que oír su voz y recordar que no voy a volver nunca a la tranquila tienda, no quiero sentir la tentación de pedirle ayuda y saber que para cuando me encuentren estaré hecho pedazos. Suenan tres pitidos.

Ángel chasquea los dedos frente a mi cara. Otro pitido.

—Mírame a los ojos mientas le hablas, quiero ver cómo le mientes y me obedeces.

No puedo hacerlo y él lo sabe. Me agarra fuerte de la barbilla, acercándome a su cara tanto que nuestras narices están por rozarse. Sus ojos glaucos, entrecerrados, me miran fijamente. Tan quietos. Tan fríos. Ojos de cristal. Me hipnotizan unos segundos, luego me horrorizan, hay algo familiar en ellos, algo tierno, que me hace verlos con una curiosidad que me distrae, pero cuanto más trato de indagar, cuando más hondo viajo en la fina pupila, más me pierdo. Me dan vértigo, son enormes agujeros y no puedo ver el fondo. Sus intenciones conmigo, sus planes, sus emociones... todo está sepultado por una terrible oscuridad.

Es como cuando cierro mis ojos y trato de mirar unos años hacia atrás.

—¿Si? —la voz de Oliver me sobresalta. Sabía que sería un shock para mí oírle y tener que mentir para encubrir mi desaparición, pero ahora que está sucediendo la idea me hace un nudo en la garganta y no puedo hablar. —¿Hola?

El niñero (Yaoi) [EN AMAZON] #PGP2022Where stories live. Discover now