//CAP. 11//

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Pequeño resumen: Katsuki salva a Izuku de la casi muerte tras ser cortado por Monoma, lo cura, se queda con el en casa y lo ayuda a limpiarla ya que era un asco.
Katsuki se percata de que Izuku comenzó a llorar, el de pecas extrañaba a su mamá bastante, por lo tanto, en un intento de distraerlo, Dynamight arrastró al peliverde junto con él.

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—¿Es... Aquí? —Izuku se soltó de Dynamight, quién finalmente había aterrizado en lo que parecía ser la azotea de un enorme edificio.

—Si. —dijo a secas mientras se acomodaba su rebelde cabello hacia atrás, aún así volvió a su forma puntiaguda a penas lo soltó— Este lugar me sirve para despejar mis pensamientos cuando me siento agobiado. —informó caminando hacia la orilla de la azotea con total confianza. Cómo si el viento de ahí arriba no estuviera tan fuerte como para pensar que te caerías a culpa de ello.

Izuku mantuvo su respiración en su interior al ver como el contrario se sentaba en la orilla a la que caminó. Ese edificio de por sí era bastante alto, e Izuku no podía evitar sentir vértigo ante la distancia a la que se encontraba del suelo. El mar al que se enfrentó hace poco parecía ser más tranquilo que la cantidad de automóviles que circulaban a la distancia, tan pequeños se veían que si los medias con tus dedos quedaba un diminuto espacio entre tu dedo pulgar e índice.

Observó el cabello del héroe masajearse al compás del viento, aquella espalda tan fornida y heróica además de sus brazos los cuales se apoyaban hacia atrás. Dynamight parecía estar muy sereno ¿Por qué Izuku no lo estaría entonces?

Se armó de valor para caminar y sentarse a su lado, ni muy cerca ni muy lejos de su cuerpo, no quería sacar a su héroe de aquella faceta que no había visto antes. Le costó procesar que la imagen del explosivo Dynamight que hasta ahora tenía de él, ahora era espectador de una totalmente diferente que no le disgustaba en lo absoluto. De hecho se sintió especial.

Ver al blondo en ese estado de serenidad era increíble, claro, seguía con su ceño algo hundido pero no quitaba la belleza de sus facciones maduras, las cuales permanecían relajadas ante el Sol del atardecer, Sol que mostraba la piel de su héroe de un tenue tono anaranjado.


El menor se percató de algo que lo hizo avergonzarse, estaba observando mucho a su héroe. Despegó sus ojos admirantes del rostro contrario y decidió ver cómo cielo apagaba sus colores cálidos poco a poco.

Estaba a unos cuantos minutos de que el cielo dejará atrás el atardecer para dar paso a la Luna en el otro horizonte.

—¿Que piensas hacer... Ahora que esos inútiles sobrepasaron la maldita raya? —los ojos afilados del héroe se abrieron con naturalidad luego de su pregunta, no volteó hacia el costado donde el más pequeño observaba, al igual que él, las nubes naranjosas del cielo.

—Ha... —suspiró, riendo deganadamente por la situación a la que tarde o temprano debía enfrentar— No... No tengo idea.

—No pienses en huir de nuevo, tienes la manía de ser un cobarde y huir de lo que te causa malestar ¿Cierto? —los redondos ojos del pecoso se abrieron más de lo normal y miró el perfil de Dynamight. Dynamight no movió ni un músculo, se notaba con una madurez propia de su edad a comparación de otras situaciones.
Era desconsertante que el de don explosivo lo conociera tanto, no, es más, que le prestará la extraña atención para percatarse de algo como eso en pocos días.

▪Diferentes Edades▪ [Katsudeku] ||FINALIZADA||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora