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Había pasado un mes desde que Eda le había confesado a Serkan el día de su cumpleaños que tendrían otro bebé. También fue ese mismo día que sus familiares y amigos se enteraron de la llegada del pequeño o pequeña Bolat Yildiz llenando ese almuerzo de alegría y unas que otras lágrimas.
El 26 de agosto se había convertido en un día memorable no sólo por ser la fecha de nacimiento de Serkan, sino por aquella gran noticia que hizo que aquel festejo por sus 36 años se volviera también el festejo de la existencia de un nuevo miembro en la familia.
Aydan estaba contenta por la llegada de su segundo nieto, así como también Kemal quién más allá de no tener una relación estrecha con su primogénito, si la tenía con Kiraz y saber que pronto sería nuevamente abuelo, lo tenía en las nubes. En realidad todos estaban en las nubes, ansiosos por el nacimiento del bebé, esperando saber su sexo para poder llenarle de regalos, decorar su habitación, buscar un nombre.
Eda y Serkan habían estado hablando mucho acerca de que querían que fuera, aunque ambos habían llegado a la misma opinión, sólo querían que estuviera sano y fuerte, lo demás no importaba.
Kiraz por otro lado, había comentado que quería una hermana, para peinarla, vestirla y jugar con ella junto con sus muñecas. Pero tampoco se había mostrado reacia a tener un pequeño hermano, pues le había dicho a Eda que Nihan - la hija de Ceren y Ferit quien tenía tres meses - podría jugar con ella de más grande y su hermano, si era niño, podría divertirse con Can y hacer esas cosas que a los varones les gusta. Aunque de vez en cuando también podrían jugar los cuatro juntos, pues el primogénito de los Sezgin era su mejor amigo y adoraba pasar tiempo con él.
Hoy por la tarde se realizaría el Gendear Reveal en el jardín de la casa de los Bolat Yildiz. Ceren y Piril eran las encargadas de organizar todo, ya que eran las dos únicas que sabían el sexo del bebé por pedido de Eda a su doctora. Le habían acompañado junto con Serkan a su última consulta donde podrían ya saber si era niño o niña, y aunque su esposo estaba ansioso por saber que era y le parecía absurda la fiesta que tanta emoción tenía la castaña y las mujeres de la familia por hacer, había aceptado a regañadientes no descubrir la verdad hasta el día de hoy.
El arquitecto quería tenerlo todo controlado, buscar nombres, comprar la ropita y también las demás cosas que necesitarían, así que había sido muy difícil tener que soportar que alguien más que no fueran él y Eda supiera que sería su bebé. Incluso le había dicho a Engin que convenza a Piril de que le diga que era para que así su amigo se lo constara a él, pero claramente no lo habían logrado y por si no fuera poco, su amiga le había delatado con Eda ganando así un gran regaño por su parte.
― ¿Cuándo sabremos que es él bebé? ― Preguntó Kiraz quien venía de la mano con Eda hacia la cocina, ambas ya listas para la fiesta.
― En unas horas lo sabremos, sevgilim ― Le respondió su mamá con gracia al ver la ansiedad de la niña que desde que se había levantado no había parado de preguntar lo mismo.
