TODO DE TI (Hacker III)

18| TODO PASA POR ALGO

OWEN

Camine lentamente, mientras mis zapatos crujían a causa de la gravilla, cuando levante la vista, fue demasiado tarde para siquiera dar la vuelta.

—¿Qué haces aquí? — grazno la mejor amiga de Mariane.

Entonces los padres de Mariane, voltearon.

—¿Por qué el asesino de mi hija vendría a dejarle flores? — dijo su mamá.

—Solo déjenme dejarle flores, iba a ser mi esposa, ¿Cómo podría haberla matado? —Fer, la amiga de Mariane, negó.

—Tu fuiste el culpable Owen, si tan solo no hubieras dejado salir a Mariane, ella aún estuviera viva— negué mientras tragaba el nudo de mi garganta.

Ok. No lo niego soy fuerte, pero ante este tema y más borracho, no lo era.

—Yo no fui el culpable Fer, aquí la única culpable fuiste tú, llamándole con tu drama de que tu y Louis se habían dejado como por decima vez, rogando que fuera a tu casa a consolarte, si hablamos de culpables, entonces esa eres tu maldita dramática— ella negó mientras comenzaba a llorar.

—Eso no es cierto, yo le llame y le dije que iba a ir a su departamento, pero ella me dijo que tu no dejabas que yo entrara, siempre te caí mal— antes de continuar con la discusión. Hablo el padre de Mar.

—No peleemos delante de su tumba, al fin y al cabo, nosotros ya nos íbamos y los hubiera, no existen— el señor tomo a su esposa y a la amiga de Mar y se fueron de ahí.

Mis ojos picaban mientras dejaba el ramo de flores frente a la tumba.

—¿Estás feliz? Nunca, nunca te reclame nada nena, siempre te trate de lo mejor, todo me lo guardaba, pero hoy, quiero preguntarte ¿Estás feliz de presenciar que tus padres y tu mejor amiga me culpen de tu muerte? ¿Estás feliz de que yo cargue con tu muerte a pesar de que se que no fue mi culpa? ¿Estás danzando entre los ángeles sonriendo aun cuando yo estoy sufriendo aquí Mariane? Dímelo Mariane, dímelo porque no lo soporto más, dime que yo no soy el culpable de tu muerte, grítamelo porque no quiero seguir viviendo, sabiendo que el amor de mi vida ya no está— para este punto, yo ya no estaba hablando, yo estaba gritándole a una tumba.

—Claro... como cada año, como siempre, viva o muerta, en cada discusión, siempre me haces sufrir— mis lagrimas comenzaron a rodar —Dime maldita sea como olvidarte, dime maldita sea como...— mis rodillas flaquearon y quede frente a su tumba.

—Dime como deshacerme de tu maldito fantasma Mar, trato de ser feliz y entonces, algo de ti me recuerda que te he perdido, es imposible para mi avanzar, estoy tan estancando como la mierda, ¿Estás feliz de que ahora te este llorando e implorando que regreses a mí? Me estoy arrodillando ante ti. Por favor Mar, regresa a mí, regresa a mi nena o simplemente déjame ya ser feliz, son siete putos años ya que no estás aquí... y no encuentro la maldita formula para poder olvidarte, ninguna ecuación cuadra... mis únicos momentos en los que logro olvidarte... voy a volver a huir de aquellos momentos, lo sé porque me volveré a culpar y tener miedo si algo llega a pasar— mis ojos estaban más que empañados y mi nariz congestionada, pero aún así, no podía parar de llorar y lamentarme —Si tan solo estuvieras aquí, si tan solo escucharas y vieras cuanto te necesito, ¡NECESITO A MI CHICA, TE NECESITO!, no puedo salir solo—

Lloré hasta más no poder, lloré hasta que mis ojos estaban hinchados y ya no podía respirar por la congestión. Me levanté y me limpie mis lágrimas, tome los lentes oscuros que traía colgados en mi camiseta y me los coloqué.