Yo estaba por ahí oyendo todo.

Estaba llorando y empezó a negar haciendo puños sus manos luego lo vio-Me has insultado Zhak... -tapó su boca para no sollozar en voz alta, lo vio dolida pobrecita.

—Porque lo eres, eres una mentirosa.-le gritó empujándola, Mellea casi se cae-de seguro me lo ibas a decir subida en el avión, vete, vete cuidado retraso tu vuelo Klinsmann.-se dio la vuelta queriendo irse.

—Eres un idiota egoísta, al menos déjame explicarte como pasaron las cosas-se detuvo dándole la espalda-yo también pasé noches llorando queriendo que no llegue este día-su voz se quebró-tu madre le dijo a mi padre que no quería volver a verlo que ella no lo merecía, entonces papá quiso hacerla entrar en razón y ella le dijo que se largue, que ella nunca sintió nada por él en todas estas semanas que estaban saliendo ¿al menos sabías que nuestros padres se veían a escondidas de nosotros?, tu madre lo orilló a irse y yo con él, lloré al imaginar que ya no estaré a tu lado, que ya no haríamos los deberes juntos, ni hablaríamos sobre libros, ni tomaríamos un café en mi casa... mucho menos nos besaríamos, ¡cosa que no hacen los amigos!, la tía Ámbar sólo dijo eso como excusa.

¿Qué sus papás qué?.

Miel cayó arrodillada dañando su vestido tan bonito, estaba tan abrumado que sólo avance a oír:-Adiós, Mellea Katrin Klinsmann, te deseo lo mejor en tu nueva vida.

El Dios recordado rompió mi corazón con esas palabras tan duras pero Mellea lo hizo más cuando gritó creo que estoy embarazada te necesito pero fue tarde Zhak ya iba lejos muy lejos.

Los años pasaron en un abrir y cerrar de ojos los gemelos empezaron a dar sus primeros pasos y yo a madurar, luego vinieron sus primeras palabras y las noches en dónde Miel les enseñaba la foto de Zhak de 17 años diciéndole que él era su papi, que ahora se encontraba de viaje y por eso no los visitaba pero qué muy pronto lo haría.

Sin imaginarse que sus palabras tuvieron poder a tal grado de hacerse realidad...

«Puedes o no?», me envió Zhak.

«Claro, pero que recibo yo a cambio?», le respondí con chulería riéndome.

—¿Y tú de qué ríes?-preguntó Miel con las mejillas manchadas de crema pastelera.

—Sí, tío dinos-dijeron los gemelos, ay Dios era una radio lo que uno decía lo decían ambos.

—Nada, nada, nada, sigan en lo suyo.

«Me estás jodiendo no?»

«Nop, así que se rápido debo irme»

Me lo imaginé frunciendo las cejas bien hermoso como siempre.

«Valeeeeee, te consigo una cita, aceptas hermano?»

Pegué un grito de la emoción y respondí: «Sí, sí, sí, nosotros siempre vamos al parque ese que es grande y bonito ahí vamos con los niños a jugar fútbol».

Cuando envié el mensaje me di cuenta del error que había cometido Zhak no sabía de la existencia de sus hijos.

«Niños?, no sabía que tenías hijos hasta cuando recuerdo te gustaban los hombres no?»

«Debo irme, cuídate»

(***)

Seamos sinceros lo bueno que Mellea nunca sabrá que fui yo quien le dijo a Zhak ¿cierto?.

—Tío es que tenemos que decirte algo...-Jack codeó a Zhak y se puso nervioso.

—¿Qué sucede mis niños?-dije saliendo de la cocina y me arrodillo a sus alturas para verlos fijamente mientras seco mis manos en el delantal de flores.

Inmarcesible I & II ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora