— Eso es una tontería, no entiendo cómo te ayudará eso a conocerme.

— Y si yo te digo: —me ignoró por completo—. "Porque él es más yo que yo mismo" ¿Lo primero que piensas es en?

A otra persona le diría que no hay nada más importante para mí que no sea yo, pero él es el único que me ha preguntado porque de verdad le interesaba saber de mí.

— Mi padre —tragué en seco y un nudo se formó en mi garganta. Recordé sus manos sobre mí, sobre su propio hijo. No era más que un niño pequeño e inocente que amaba a su padre y él es solo un enfermo que me consumió por completo.

— Yo lo siento mucho no sabía que…

— Muerto no, no no —negué varias veces con mi cabeza—. No está muerto.

Ojalá estuviera.

— Otra vez me sorprendes —pellizcó el arco de su nariz—. Esa frase entre Elio y Oliver era hermosa.

— No todos pensamos igual Ray —me senté en el borde de la cama—. A veces quien te quiere te lastima, es quién más daño te hace. 

— Creó que tienes un muy mal concepto —se burló—. Madurar es comprender que Elio y Oliver no nacieron para estar juntos.

— No me vengas con frases sacadas de Facebook y memes tontos —le miré unos segundos— Mejor cuéntame de ti.

— Mi vida es muy aburrida.

— Como tú —me burlé.

— Eso me dolió —dramatizó.

La conversación pasó de tensa a agradable. Me sentía bien con Will aunque todo el tiempo me estubiera analizando ya no me incomodaba tanto.

— ¿Tienes novia o novio quizás? —la curiosidad me ganaba.

— No tengo novia pero tampoco tengo novio —informó nervioso—. Los chicos no me gustan.

— Entiendo, te toca.

— ¿Color preferido? —se dió un suave golpe en la cabeza con la palma de su mano—. Que pregunta más tonta tu color es el negro se nota —continuó sin dejarme hablar—, a mi me gustan todos cada uno tiene su belleza.

— No me sorprende Ray —se me escapó una carcajada—, eres predecible.

— ¿Eso es bueno o malo?

— Diferente —sentencié.

— ¿Ahora no sé si es un cumplido o una ofensa?

— Deberías callarte un poco.

— Eso no te lo voy a discutir —sonrió y juro que algo en mi interior se rompió—, mi padre dice lo mismo.

— Sabes me caes bien —confesé—, ya te la tenía jurada. Por lo de clases. 

— No me digas que te molestaste en serio porque te rectifiqué una simple fecha.

— A Caleb Burck nadie le dice que está equivocado.

— Bueno Caleb Burck creo que llegó tu competencia académica, quiero una buena universidad, una buena carrera, quiero vivir al máximo y te voy aplastar —dijo entre risas. 

— Tranquilo fiera —me burlé—, no me voy a interponer en tu camino. Quizás cuando cumpla mi objetivo ya nada tenga sentido.

— Ay Caleb hablas como un viejo deprimido —me miró directamente a los ojos, pagaría por perderme en ese brillo de su mirada—. Nos queda mucho por vivir somos jóvenes. ¿Cuál es tu objetivo?

— Quiero matar a una persona.

— Inténtalo de nuevo —dió unas sonoras palmadas acompañadas con una risa contagiosa—, casi me lo creo.

— ¿Qué? —fruncí el ceño.

— Inténtalo de nuevo —tapó la boca con su mano intentando dejar de reír.

En el momento que iba a responder Rose y Gregory llegaron con una sonrisa en sus labios.

— Hijo ya es tarde nos vamos — informó.

— Fue un gusto conocerlos a ambos —Will nos sonrió. No entiendo cómo le hace ese chico para regalarle una sonrisa verdadera a todos. Una parte de él me recuerda al Caleb de hace años atrás.

Cuando solo era un niño. 

Desaparecieron por el pasillo, me quité rápidamente toda mi ropa y caminé desnudo hasta la ducha. Abrí el grifo y me dejé llevar.

Pensé en Will, en lo agradable que era su compañía, lo contagiosa de su sonrisa. Hacía mucho tiempo que no pasaba tiempo con alguien a solas y no terminamos sin ropa. Era distinto, ¿Cómo sería estar con él?, Arruinarlo y amarlo a la vez.

De solo imaginarlo desnudo completamente para mí se me pone dura. Envuelvo mi creciente erección con mis manos y comienzo masturbarme lentamente de arriba a bajo, pego mi cuerpo a la pared en busca de fricción, acelero mis movimientos y los gemidos se escapan de mi boca cuando me libero en mi propia mano.

Termino de ducharme luego de unos minutos, seco mi cuerpo con una suave toalla y me dejo caer aún desnudo sobre la cama.

La Bestia ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora