Como si Vincent fuese más confiable.

Como si Vincent fuese a chivarlo en caso de que realmente estuviera teniendo sexo casual.

Como si tuviera tres años.

—Yo me habría quedado fácilmente en un edificio más barato, pero la verdad es que aprecio bastante la privacidad y el silencio —explicó, mirando una de las ventanas del edificio que tenía la luz encendida y la música muy alta.

—¿Tu y Skylar se llevan bien? —preguntó, concentrado en su vaso de café. Donovan lo miró con una expresión suspicaz.

—Quieres decir ¿Si nos estamos acostando? —inquirió, pareciendo muy acostumbrado a responder esa pregunta. James se sonrojó al ser descubierto, pero Donovan no hizo mucho escándalo al respecto y continuó hablando—. No estamos juntos, no tenemos ese tipo de relación, creo que por eso hemos durado dos años enteros viviendo juntos sin pelearnos —explicó—. Ella es una amiga de la preparatoria, cuando nos mudamos no éramos tan cercanos, pero esto ha funcionado bien. Establecimos reglas de convivencia y ahora es mi súper roomie.

Por supuesto, no todo era perfecto, pero Donovan estaba seguro de que no tenía que preocuparse por los celos de la chica. Era un rasgo problemático de su personalidad, pero también era inofensiva porque se olvidaba fácil de las cosas y no guardaba rencores. Por otro lado, no pensaba que otra persona pudiese acostumbrarse con tanta facilidad a su manera de evadir las conversaciones o al secretismo en su vida amorosa. Ella, sin embargo, parecía estar bien con sus rarezas y para su sorpresa, no se ofendía por ello.

—Vaya —James trató de no sonreír—. Debe ser divertido tener un roomie —comentó, por decir algo, porque en su mente estaba flotando en una nube. Ahora que sabía que a Donovan también le gustaban los chicos y no estaba saliendo con Skylar, de repente se sentía eufórico. Las posibilidades eran tantas que se sintió nervioso de solo pensar en ellas.

—Más o menos —dijo y luego levantó una ceja, ladeando el rostro—. Entonces ¿Cómo es en tu caso? Escuché que Vincent es en realidad tu novio secreto —comentó en tono jocoso, pero teñido de algo que no pudo distinguir.

—¿Vincent? —preguntó, frunciendo el ceño—. No, para nada, él es muy heterosexual, le gustan demasiado las mujeres y, además, no es mi tipo —dijo, haciendo una mueca porque en realidad no era la primera persona que insinuaba una relación entre los dos. Sus padres, por ejemplo, al principio eran muy reacios al chico y ahora parecían pensar que, si James debía salir con al alguien, aunque la posibilidad los frustraba, al menos esperaban que fuera Vincent.

James estaba tan centrado pensando en lo ridícula que era aquella posibilidad, que no se dio cuenta de la manera en que lo hombros de Donovan perdieron un poco de tensión y su rostro se mostró ligeramente aliviado.

—Ya veo —Donovan se inclinó un poco sobre la mesa, observándolo con atención, como si quisiera tomar todos los detalles de su rostro—. Entonces ¿Cuál es tu tipo?

James se quedó en silencio, abrió la boca para decir algo, pero las palabras no le salieron porque aquella mirada tan intensa lo dejó paralizado. De repente tuvo la sensación de que se encontraba en medio de un coqueteo, pero sentía que cualquier cosa que pudiera decir sonaría infinitamente estúpida.

—¡Jamie! —una voz le llamó a sus espaldas y en cuanto la escuchó, acompañada de varias risas, supo que su momento de ensoñación se había acabado y maldijo para sus adentros—. ¿Qué estás haciendo? ¿Estás en medio de una cita?

James escucho los pasos de Don acercarse, para posteriormente sentir como tiraban de su cabeza, intentando hacer que se girara. James se movió hacia adelante, saltándose de inmediato.

El destino de las estrellasOnde histórias criam vida. Descubra agora