Capítulo 8: ¡No es justo!

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No es justo

-¡Al, Al! 

Una sacudida despertó a Al de su sueño. A su lado estaba Khal, con expresión somñolienta.

-¿Qué pasa?, ¿por qué me despiertas a estas horas? -Bostezó.

-Ha venido Kailei, Jawel me ha pedido que no te despierte, per no me parece bien y...

-¿Kailei? -Al se espabiló de golpe, ¿esa no era...?

-¡Despierta de una vez, Al! -Se desesperó el semibárbaro-. La compañera de Jawel, que había ido a visitar a su familia. Es una celeste, deberías bajar a conocerla, es lo de menos, ¿no crees?

Asintió, desconcertada. Jawel les había dicho que su pareja no volvería de Celestia hasta varios días después, pero para entonces ya habrían partido hacia el desierto. El corazón de Al dio un brinco al caer en la cuenta de que iba a conocer a la mujer con la que compartía su vida el pelirrojo que tan amablemente les había acogido. "No debo pensar en eso" se dijo. "No es justo".

Cruzó el biombo de hojas para pasar al habitáculo de Jawel, justo a tiempo para ver cómo se abrazaban con afecto. Al desvió la vista hacia otro lado, con dolor. Carraspeó para hacerse notar, a lo que Jawel le sonrió, presentando a su compañera.

-Le había dicho a Khal que no te despertara, pero ya veo que no me ha hecho caso... -se resignó-. Al, quiero presentarte a mi pareja, Kailei. Kailei, esta chica es la amiga de Khal, el muchacho que acabas de conocer.

La celeste le miró con unos ojos preciosos, pensó Al. El violeta intenso de éstos se clavó en lo más profundo de su corazón, leyendo como un libro abierto el dolor que sentía la chica. 

La anciana Yik-Feril le había hablado a Al de la capacidad empática de los celestes. En vista de ello, la semibárbara se obligó a sentir cualquier otra cosa: se concentró en el profundo cariño que le guardaba a Khal, en cómo odiaba a la líder de su clan, en cuánto echaba de menos a sus padres... Un profundo abatimiento llenó su interior, que dio de lleno en la capacidad de comprensión de la celeste, que creyó que se había equivocado con los sentimientos de la chica.

-Esto... hola, Kailei -se esforzó por ser amable y mostrar su lado más respetuoso-, Jawel nos ha hablado muy bien de ti -Y era verdad-. Vuelvo a la cama, seguro que tendréis mucho de que hablar y... Khal me echa en falta, seguro -bromeó-.

Regresó con su amigo, con una sombra de tristeza en la cara. Khal notó esto y se incorporó para consolarla.

-¿Al? -preguntó, extrañado-. ¿Qué sucede?

Al se lanzó a sus brazos, entre lágrimas. "Un shur-ikaili no llora nunca". Viejas palabras de su padre acudieron a su mente sin permiso, pero las desechó rápidamente.

-Khal... -comenzó-. Yo... lo siento... No... ¡no es justo!

-¿Al? -preguntó por segunda vez-. ¿Me quieres explicar qué es lo que te ha pasado ahí dentro para que estés así?

-No -respondió de pronto-. Es demasiado doloroso... ¡y eso implicaría que lo que siento es verdad! Y no es justo para nadie: ni para ti, ni para Jawel... ¡Sobretodo para Kailei!

 -Mira, Al... -Khal había tomado una decisión-. Yo no sé... no tengo ni la más mínima idea de qué me estás hablando, pero estoy de acuerdo en que no es justo -dijo, un poco confundido-. No creo que sea correcto que no te haya sido completamente sincero con el tema de este viaje y hace años que te lo quería confesar de todos modos así que...

Al estaba muy sorprendida. No buscaba respuestas, buscaba consuelo y Khal no hacía sino confundirla.

-Tal y como estás no creo que sea el mejor momento -suspiró, decidido ya a soltarlo todo-. Pero de todas maneras nunca he sido muy oportuno y, ¿¡Qué estoy diciendo!? Te quiero, Al... Yik-Al.

El mundo pareció detenerse por un momento en el que ninguno de los dos semibárbaros respiraron. Al estaba en medio de un torrente de sentimientos; cariño, dulzura, dolor... buscó cualquier indicio de que pudiera corresponderle...

Y lo encontró. Sepultado por la cantidad de emociones que tenían que ver con Jawel halló un resquicio en el que había un sentimiento intenso por su amigo.

-Khal... yo... -quería explicarle todo lo que pensaba, comenzando por lo que acababa de descubrir, pero el chico se le adelantó

-¡No me interrumpas! -dijo, quizá demasiado brusco, y trató de arreglarlo-. Perdona... es que... estoy muy nervioso y... probablemente mañana me arrepienta de esto, pero por una vez en mi vida actuaré como un shur-ikaili y no me lo voy a pensar más.

Y, dicho esto, le pasó una mano por el cuello, acercándola a él y la besó tiernamente.

***

-No los molestes, estarán dormidos seguramente...

La celeste trató de detenerlo, sin conseguirlo. Tenía una baza muy buena para atraer su atención, y pensaba guardarla para mañana, pero se lo tenía que decir y le pareció el momento apropiado.

-Jawel... tengo que hablar contigo seriamente.

El pelirrojo se volvió hacia ella, intrigado. Sonreía, algo conmocionada, pero feliz.

-Yo... estoy embarazada, Jawel... voy a tener un bebé -rió-. Pelirrojo, seguramente.

Jawel se quedó anonanado por un momento. Trataba de asimilar lo que su compañera decía, algo no demasiado fácil teniendo en cuenta que era su primer hijo. Se propuso decírselo a los chicos, y esta vez Kailei no pudo impedírselo, pero, al darse cuenta de lo "ocupados" que estaban, decidió celebrarlo únicamente con su pareja.

***
¡Hola! Me ha gustado mucho este capítulo, personalmente creo que me ha quedado bastante bien. Os dejo en la parte de multimendia la canción (que, por cierto, es de la película de Brave, que recomiendo encarecidamente) que yo creo que mejor representa a Al. ¿No creéis? ;)

Un Bárbaro con alasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora