//CAP. 04//

18.6K 1.8K 760
                                    


Sus pensamientos se resumian a palabras autodestructivas. Hasta este entonces ya no aguantaba nada de lo que le sucedía. No podía creer que su madre, aquella mujer tan divina y lo primero en la lista de "las cosas buenas del día" estuviera en una operación de emergencia.

Izuku estaba estancado en un extenso mar de sentimientos negativos, los ojos del chico no paraban de sacar espesos ríos de lágrimas que creaban un camino salado en sus regordetas mejillas para finalmente caer al piso, sus tennis rojizos se movían con pesar en la acera y su mente navegaba entre recuerdos con su madre, preguntándose si realmente merecía lo que estaba pasando en su vida.

Quizá esté pagando algo de su vida pasada.

Quizá fue alguien realmente horrible.

O solo quizá no debió haber nacido.

Izuku a pesar de desahogar sus penas entre la fría brisa de la noche sentía que ese hueco en su estómago y el entumecimiento en su garganta no se iría.

Solo la noche era testigo de cuanto sufría el chico.

Luego de una larga caminata nocturna y llena de lágrimas, Izuku se dirigió al hospital donde se encontraba su madre para seguir esperando la información que aliviaría su estado de ánimo. Tal vez su madre sólo tenga unas cuantas marcas del accidente pero nada más.

¿Cierto?

Llegó nuevamente a la pequeña sala de espera y se sentó ya un poco mas tranquilo. Al parecer le ayudó solo un poco ir a caminar un rato.

Sus esmeraldas cristalinas se dirigieron al pasillo que lo llevaba al cuarto donde su madre se encontraba siendo tratada, su imaginación creó una bruma oscura emerger de aquel pasillo que se extendía a una lenta velocidad hacia él, las limpias luces propias de un hospital ya no cabían en su visión. Solo oscuridad y soledad, y una viscosidad en el suelo de un negro bastante vacío.

En su estómago gorgojeó un miedo profundo calando sus viceras, realmente estaba aterrado del futuro, de su sien se derritió una gota de sudor. Parpadeó fuertemente tratando de despistar sus temores que comenzaron inevitablemente a invadir su visión. Cuando abrió sus párpados después del segundo parpadeo la viscosa oscuridad ya no se encontraba y las conversaciones se volvieron nítidas en su audición. Sin embargo sus pupilas permanecieron temblando.

Un leve toque en su hombro lo hizo sobresaltar, con rapidez volteó su rostro y se encontró con el mismo enfermero de hace un rato.

Pasó saliva, no estaba preparado para ninguna noticia sea buena o mala. Sólo deseaba huir de ahí y sus piernas ansiosas se lo hacían saber.

--Buenas... --carraspeó su voz y prosiguió-- ¿usted es familiar de la paciente Inko Midoriya? --inquirió mirando la tabla de información de la paciente para luego mirar el aspecto deteriorado del muchacho, realmente se veía aterrado.

--S-si... soy su hijo, Izuku Midoriya. --se levantó del asiento para acercarse al de bata blanca, jugando con sus manos por lo evidentes nervios que calaban por todas sus extremidades.

--Bien... esto va a ser dificil de decir, Midoriya. --habló mientras pensaba en oraciones suaves, delicadas, debía tratar con sumo cuidado las esperanzas que tenía el joven Izuku.

--Digame... por favor. --suplicó con su ánimo decayendo poco a poco.

"Va a ser difícil..."

--... Tú mamá... tiene cáncer metastásico... Te lo explicaré resumidamente... es un cáncer que se propaga desde su ubicación original; se conoce con el nombre de cáncer primario. Por ejemplo, el cáncer que se ha extendido del pecho al cerebro se llama cáncer mamario metastásico; ese cáncer lo tiene tu madre.

▪Diferentes Edades▪ [Katsudeku] ||FINALIZADA||Where stories live. Discover now