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Hi, Canada

1:15 p.m.

El avión aterrizó y la gente empezó a bajar, cuando fue el turno de Hamlet y su familia, Hamlet agradeció que ya hubiesen llegado porque detestaba los aviones.

Salieron del avión y caminaron hacia la salida. A pesar de que durante el camino a su nueva casa, su mamá no paraba de hablar sobre lo mucho que le encantaría a su hijo la nueva casa, Hamlet no se mostró nada emocionado respecto a esto.

Llegaron a la casa en la que vivirían, era grande, dos pisos y todo lujos. Al menos en algo había acertado Al: la casa era bella, o como él habría dicho, "fantástica".

—Puedes elegir la habitación que quieras, hijo. —Le comunicó su padre, quien había optado una aptitud mucho más serena que la de esa mañana.

Hamlet no respondió y solo subió las escaleras, había tres habitaciones en la parte de arriba, abrió la puerta de la primera y la miró de reojo, no lo gustó, pasó a la segunda y pensó "meh". Para su propia suerte la tercera era de su gusto, tenía espacio suficiente y la verdad era que aunque las demás no le habían llamado la atención, todas las habitaciones de esa casa eran perfectas, o al menos creyó que eso es lo que diría alguien con clase.

Cuando estuvo dentro, se acostó sobre la cama, la habitación ya estaba llena de algunas cosas, al parecer su padre la había comprado amueblada. Miró la habitación por segunda vez, era aburrida, él planeaba decorarla a su gusto, claro que sí. Antes de que pudiera hacer cualquier cosa, su teléfono empezó a sonar.

«¹Fuck, es Al».

Pensó.

Había olvidado llamarlo cuando aterrizó el avión, sin contar las protestas de Walle y Rowen porque les había contado todo a través de "indignantes mensajes", según recordaba habían sido las palabras de Rowen. Pero para su propia sorpresa, no era Al, sino su única amiga, aquella chica que conoció hace casi 3 años, que se llamaba Angie y que estuvo enamorada de él hasta el último día, desde entonces eran amigos. Hamlet fingió que nunca se había enterado de sus sentimientos para con él, era lo mejor para ambos. En cuanto vio su nombre en pantalla, Hamlet supo que se había enterado de todo. Sin dudarlo, descolgó.

²Hi, Angie —saludó.

—Hola... —Rio de forma dulce como solía hacer siempre.

—Oye, que... Lo siento por irme sin decir adiós, mis padres estuvieron detrás de mí todo el tiempo, que para hacer maletas y eso, no pude despedirme, en verdad lo siento.

—¡No tienes porque! De verdad. —Se apresuró a decir Angie—. Yo sé que todo esto fue muy difícil para ti, Al me contó todo. —«Menudo capullo». Pensó Hamlet, quien claramente pensaba hablar con Angie después—.Sé que tus padres prácticamente te secuestraron, yo no sé qué habría hecho si estuviera en tu lugar.

«¿Pero qué le ha contado Al a esta pobre chica? Aunque bueno, que sí que estoy un poco de acuerdo, eh, al principio sentí como si me estuvieran secuestrando, al final del día, me llevaron en contra de mi voluntad. No es muy diferente a un secuestro después de todo». Esa fue a la conclusión a la que pudo llegar Hamlet.

He Stole My Heart © #1 (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora