𖥻 𝐂𝐑𝐎𝐖𝐍 高 bnha ֶָ֢ [#NBLSS1]

☬ 𖥻 𝐂𝐔𝐀𝐓𝐑𝐎

𝘡𝘢𝘵𝘵𝘰𝘳𝘶 𝘋' 𝘈𝘭𝘤𝘪𝘢
𝐂𝐑𝐎𝐖𝐍

Albino abrumado por un rosado pálido
los ojos del cielo observaban los de la galaxia, encontraron pureza y su rodilla apoyó al piso.
Las nubes le dijeron al cielo,
ve y protégelo,
será tu misión.
Y como buen siervo, él obedeció.

"Vincentt D' Alcia, aquí estoy."

El invierno de Alcia siempre fue más frío de lo normal, las personas casi ni salían de sus casa debido a las bajas temperaturas, la nieve bañaba todos los techos y calles, aún así los grandes árboles resaltaban con belleza. Era la temporada donde las Vicenttias — flores cultivadas por los alces— crecían en los árboles más altos y caían al culminar su vida, dejando en el suelo un rastro de rosados y pálidos pétalos.

Zattoru en específico eran fan de aquellas preciosas flores, adoraba salir en invierno y observar con detalle su rastro, aunque sentía mucho frío y a veces se enfermaba. 

— ¿Otra vez aquí? — preguntó un azabache formido. Llevaba encima un saco grueso con el logo de Alcia en el lado del corazón. 

— Toji. — susurró mientras se agachaba a recoger una flor. — Es temporada de Vicenttias. 

El mayor soltó un chasquido mientras observaba como el albino admiraba las flores muertas, era conocido por toda la ciudad que el albino era algo extraño, además de su aspecto atractivo y su altura. 

Zattoru era el huérfano de la familia Gojo, aquella que había sido masacrada en Japón dejándolo a él como el único sobreviviente. La razones por las que él estaba en Alcia era porque el país lo había adoptado, debido a que la justicia del país asiático era deplorable y su investigación al caso cerró en una semana sin encontrar al culpable. El albino había sentido una furia increíble llevándolo a casi convertirse en un villano, para su suerte apareció Toji quien le prometió que Alcia haría justicia por él. 

Así fue, Alcia había abierto una investigación la cual aún se llevaba a cabo. 

Sin embargo, Zattoru había quedado con una especie de trauma, su antigua actitud extrovertida se había vuelto severamente introvertida y molesta, sus ojos que antes brillaban como el cielo mismo ahora parecían un conjunto de vacíos, tenía unas ojeras muy notorias y su piel blanca se había vuelto muy pálida, sin olvidar que su peso había descendido, se veía miserable. 

Toji sentía misericordia por él. A pesar de no haber tenido una excelente familia, podía palpar su depresión de vista. 

— Vicenttias, eh. Sígueme. — lo empujó hacia adelante. El albino solo lo siguió sin objetar, después de todo ese hombre fue quien lo hizo regresar a la realidad, le tenía respeto.