-.Epílogo.-

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La brisa siempre es una buena compañía. 

En un abrir y cerrar de ojos, el tiempo puede pasar volando, y para una mujer joven de bellos cabellos cortos pelimorado oscuro, ya habían pasado 10 años desde el último acontecimiento relacionado a los míticos cazadores de demonios.

Se preguntarán que ha sido de ella durante todo este tiempo, bueno, si se describiera como una estación, definitivamente tanto su corazón como su alrededor había florecido como un árbol de sakura. 

—"... siempre hubo un impedimento que limitaba el egoísmo y la codicia de aquellos sedientos de poder, su limitación era la brillantez del sol y los cazadores. Las peleas entre los humanos y demonios fueron largas y continuas a lo largo de tiempo..."— Narraba Yumiko con suavidad. En sus manos sostenía un libro que había escrito para guardar las memorias del pasado como si de un legado se tratara. 

—¡Y entonces papá los venció a todos!— Yumiko sonreía al ver la emoción que reflejaban aquellos brillantes ojos verdosos, le recordaban el parecido a cierta persona. 

—Obvio tonto, papá es super genial.— Comentó la niña sentada a su lado con una expresión burlesca al pequeño niño de a lado. Claramente, Yumiko debía intervenir antes de que ambos comenzaran a pelear. 

—Hanami— Reprendió la mayor mientras daba una mirada llena de seriedad— Por favor, no llames a tu hermano tonto cuando no lo es, recuerda que eres la mayor y debes dar el ejemplo a tus hermanos.— Sentenció. Sin embargo los dos niños la ignoraban completamente. 

Yumiko suspiró y luego se levantó con el propósito de dejar el libro en la repisa y tomar otra historia para leer. La niña, quien dejó de pelear con su hermano exclamó con alegría cuando observó que Yumiko tomaba su libro favorito. 

—¡Vas a leer la historia de papá! ¡La de Flores para la Gigante!— Hanami amaba con su vida esa corta historia, la amaba aún más cuando supo que su papá lo había escrito cuando era más joven.— El mejor personaje de esa historia es definitivamente el rey de la montaña— Afirmó con toda seguridad mientras inflaba su pecho con muchísimo orgullo. 

El ambiente estaba mucho más relajado y los niños había terminado de pelear entre ellos, por únicamente ver a su madre leer la historia. Sin embargo, antes de empezar a narrarla, una tercera voz se había sumado en la habitación. 

—Sí, yo sé que soy muy genial. Doy clases los jueves y no cobro mucho mocosos— La inesperada aparición de otro adulto dejó anonadada a Yumiko quien se giró para observar quien había aparecido. 

—¡Papá!— Ambos niños se levantaron del tatami y corrieron hacia el mayor para colgarse del mismo. Las risitas de los menores iban acompañados de mimos que el adulto les hacía para confortarlos con su llegada. 

Por otra parte, Yumiko miraba a la distancia con una calmada sonrisa la bella escena frente a sus ojos. Espero un momento antes de volver a intervenir. 

—Inosuke, pensé que volverías mañana.— Mencionó con un poco de duda, ya que el señor cuervo que traía las cartas de Inosuke recién había arribado ayer.

Sin embargo, el adulto descuelga a los niños con cuidado para luego acercarse más y más hacia su esposa. 

—¿Acaso no me extrañaste?— Dijo con algo de picardía en su voz, así mismo su mirada estaba llena de orgullo cuando él puede ver desde arriba la mirada algo indescifrable de Chumiko. Aún necesita más practica para descifrar el misterio de los gestos de su esposa. 

—Mmmh, déjame pensarlo— Respondió la contraria mientras fingía meditar la obvia respuesta. Pero conociendo a Inosuke, este se lo tomó muy enserio y pensó que ella no lo había extrañado.—Solamente era una broma, claro que te extrañé— Yumiko había tomado sus mejillas y ahora era ella quien debía inclinarse un poco para alcanzar el bello rostro de su esposo y solo darle un beso en la mejilla. 

【Ens é ñame】 - [Inosuke  ̶H̶a̶s̶h̶i̶b̶a̶r̶a̶ Hashibira]Where stories live. Discover now