Apocalíptico

Vegetación, sobre la creación del hombre la naturaleza comenzó a crecer; los edificios, casas, autos y más, seis años pasaron desde que aquella catástrofe mundial arraso con casi toda la población, pequeños grupos de personas luchando por sobrevivir en la superficie de la tierra, mientras que políticos, millonarios, militares y unos cuantos trabajadores viven en paz en bunkers bajo tierra, para ellos la vida en tierra esta completamente extinta.

Uno de los escasos grupos sobrevivientes en la superficie se encuentran en las calles en busca de un refugio, tres hombres y dos mujeres, que antes de la catástrofe eran militares, caminan con cuidado intentando pasar desapercibidos, escondiéndose en las escasa sombras que los edificios proporcionan y agazapados con las armas apuntando hacia enfrente, uno detrás del otro caminan muy lentamente.

Entonces a unos dos metros de distancia un gran estruendo se hace presente en el silencio de la gran calle, y ven a un ratón pasar corriendo a su lado, los gruñidos y jadeos comienzan a escucharse, el grupo se detiene y se prepara para disparar, pero antes de que comiencen, dos mujeres se interponen entre el grupo y la no tan pequeña horda de zombies, se escucha el sonido de un arma cortando el aire, y en poco tiempo los atacantes fueron vencidos.

Las mujeres se voltean y el grupo se da cuenta de su aspecto, amazónico, con ropas de cuero que apenas cubren lo necesario y armas blancas en la cadera, piernas y espalda, sus rostros se encuentran pintados con alguna sustancia que parece húmeda, al igual que sus brazos, su pecho y su abdomen, una de ellas de cabello castaño claro y unos extraños ojos verdes, con una expresión seria; la otra rubia de ojos azules, con una sonrisa de oreja a oreja y una postura relajada.

—¿Son ellos, Mags? —le pregunta la rubia a la morena, acercándose lentamente al grupo—.
—Eso parece —le responde, analizando al grupo—. No te acerques demasiado Eve.
—¿Quiénes son ustedes? —pregunta una chica pelirroja, integrante de aquel grupo—.
—Cierto, que torpe —dice para ella la rubia—. Soy Eve, ella es Margaret; formamos parte de un grupo de supervivientes que—
—No les puedes decir todo —la corta la otra chica—. Ustedes buscan refugio, ¿no?, nosotros tenemos uno; decidan si quieren venir o no.

El comentario de la chica es corto y lo necesario para hacerlos pensar, al final deciden seguirlas hacia su refugio.