—Sí, aquí está todo —le dije mientras dejaba las cosas sobre mi tocador. Cogió el documento escrito por Thomas y lo observó detenidamente durante un par de minutos

—Su letra es fácil de imitar— concluyó.

Se sentó en la banqueta forrada con tela floreada del tocador. James era alto y resultaba gracioso verle ahí sentado, aquel asiento era pequeño para su estatura. Comenzó a redactar la carta, su velocidad escribiendo era pasmosa, no tardo ni un minuto en escribirla. Cada vez me asombraban más sus aptitudes de vampiro y aún había muchas cosas que ni siquiera había visto y que esperaba que me mostrase cuando llegara el momento oportuno. Quizás no fuese tan malo si el consejo me obligase a convertirme como requisito para estar con él, creo que incluso podría acostumbrarme. Se levantó y me entregó la carta para que la leyera. Me acerqué al quinqué para ver mejor y me senté en la cama dispuesta a leer su contenido. Observé la letra y era exacta a la de Thomas.

—A ver qué te parece —me dijo, antes de empezar a leerla.

"Querida Emily

Jamás imaginé que me traicionarías, la mujer con la que estaba a punto de casarme, la que pensé que sería mía para siempre. No quiero tenerte cerca y si permanezco más tiempo en Londres creo que no podré soportarlo. Tampoco tengo el valor de despedirme de tu padre, no sé cómo mirarle a la cara, ruego que me despidas de él. He de irme y no sé cuándo podré regresar, la humillación y el dolor no me dejan pensar con claridad.

Me marcho esta misma noche.

Thomas"

Al terminar de leerla casi pude sentir que el mismo Thomas había escrito esas palabras, que era cierto que se había marchado y que no estaba muerto. James me miraba atentamente pendiente a mis reacciones, me quedé sin palabras.

—Dime, ¿qué te parece? —me preguntó esperando mi aprobación.

Le miré y le devolví la carta, no podía hablar, era como si me hubiese quedado en shock después de leerla, James se agachó hasta quedar a mi altura y levantó suavemente mi barbilla con su dedo.

—¿Estás bien? —no dije nada, tan solo le abracé.

Permanecí unos segundos en silencio pensando. Solo necesitaba sentir que aquello iba a funcionar, que no sucedería nada más. Una vez esa carta estuviese en el buzón ya no habría vuelta atrás. James deshizo nuestro abrazo y me agarró de los brazos obligándome a prestarle atención.

—Emily ¿estás segura qué quieres hacerlo?, si tú me lo pidieras ahora mismo podría ir a la policía y decirles que yo maté a Thomas, que estaba celoso. Después escaparía y me marcharía a otro lugar, solo tendría que cambiar mi identidad y todo esto sería solo un mal recuerdo. Podrías seguir con tu vida normal —me aseguró muy serio, estaba dispuesto a hacerlo si yo se lo pedía.

No podía dejar que hiciese eso, el dolor de su perdida sería peor que cualquier sentimiento de culpa o remordimiento. Yo era la que había decidido dejar a Thomas y por tanto también era mi culpa el encontrarnos en esta situación. (Ya era hora de dejar de lamentarse) me dije a mí misma.

—No James, estoy bien. Solo ha sido un momento de confusión, no soportaría perderte, no vuelvas a pedirme eso. Me da igual todo lo que tenga que pasar mientras estés a mi lado —le di un beso rápido en los labios y me puse en pie—. Pon la carta en el sobre, la depositaremos en el buzón e iremos a casa de Thomas a recoger sus pertenencias.

Tenía que ser fuerte si quería terminar con aquello de una vez, aunque sabía que lo más duro estaba aún por llegar, fingir que nuestra mentira era verdad. James metió el papel en el sobre y escribió mi nombre en él.

Macabra Tentación - 1.El Vínculo (¡¡subida de nuevo!! A la venta en Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora