treinta y cinco

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JiMin había terminado toda su jornada de trabajo, había sido pesado, pero lo disfrutó.

Sin embargo, había un pequeño detalle que no entendía del todo.

YoonGi se quedó con él desde que empezó hasta que terminó.

¿Por qué?

El rubio se cambió a su ropa habitual y guardó el traje en el casillero que se le proporciono. Cerró con llave y salió del lugar.

YoonGi apoyaba sus brazos en el manubrio, en esto su cabeza estaba apoyada de lado, dejando a JiMin ver cómo la mejilla del mayor era aplastada por uno de sus brazos, haciendo que sus labios estén un poco abultados y su ojo se haga más chiquito. La mirada del mayor estaba puesta en las calles, veía cómo los coches pasaban alumbrando con sus luces la noche.

El cabello castaño del chico estaba alborotado, tapando su frente. JiMin llegó a tocarlo, y podría jurar que fue una de las mejores sensaciones que pudo haber sentido.

La calma que mostraba YoonGi en esa posición transmitía un sentimiento extraño para el menor, la mayor parte del tiempo se molestaba o peleaban; pero el verlo de esa manera, le resultaba...

Adorable.

Jimin frunció el ceño y dejó de analizar cada parte de su compañero de cuarto. Se encaminó hasta quedar al lado de él.

-Aún no entiendo porque te quedaste.

YoonGi levantó la vista, viendo a JiMin cambiado sin ese traje que mostraba su trasero.

-Ya te lo dije pollito. No tenía nada que hacer...

Mentira.

JiMin asintió con la cabeza y comenzó a caminar en dirección opuesta a la del ojimiel. Éste frunció el ceño y le chifló.

-¿A dónde vas? te llevaré yo. -El mayor encendió el motor, lanzándole el casco a JiMin.

El menor negó repetidas veces, un escalofrío había recorrido su espina dorsal

—Nunca me he subido en eso...

-Oh, pollito -YoonGi se acercó al contrario y le apretujó una de sus mejillas-¿Tienes miedo?

-¡Ya!

El mayor río al ver como un color rojo se propaga por todo el rostro de JiMin.

—Estarás bien, por eso te di el único casco que tengo. Yo te cuidaré.

El castaño tomó la mano de el más bajo y la enlazó involuntariamente, como si su cuerpo supiera que ese acto era el correcto.

Ambos subieron y JiMin se puso el casco.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo.

El motor se escuchó de nuevo, acto que hizo al ojiverde dar un brinco asustado.

YoonGi volteó a verlo y sonrió.

-Tienes que agarrarme fuerte pollito.

JiMin asintió y abrazó su estómago, pegando la mejilla derecha a la espalda del mayor y haciendo un puchero por el miedo que trataba de alejar.

YoonGi arrancó y fueron en dirección a su departamento.

El tener a JiMin detrás suyo, abrazandolo le había hecho sentir muchas cosas.

Cálido.

Pollito || Yoonmin ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora