One

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Katsuki observó su reflejo con ira. Odiaba su rostro, sus facciones y su cabello, "Soy tan parecido a ella" Susurró. Sin pensarlo y siendo guiado por su angustia, golpeó el espejo con fuerza. Los pedazos de vidrio se clavaron en su puño, dolía, pero no importaba — ¡Mamá se ha ido! — gritó. Su madre acababa de fallecer, el cáncer se la había robado. La había convertido en polvo y la había obligado a desaparecer. Puesto que solo la tenía a ella, ahora estaba solo en el universo y al ser un omega, todo sería difícil. Suspiró y observó la casa melancólico.

Acababan de correrlo. Apenas y pudo conseguir un pequeño y sucio apartamento. Era lo único que podía pagar con el sueldo de su trabajo de medio tiempo. Limpió la sangre de sus nudillos y colocó dos banditas. Tenían dibujos de dragones y bombas, sonrió eran tan bonitos. Movió la cabeza y observó el reloj, se le hacía tarde para ir a la escuela. Chasqueó la lengua, odiaba la escuela y su odio jamás desaparecería — Katsuki, serás un robot — Dijo en voz alta, cogió sus cosas y salió.

Desde el funeral, decidió que debía suprimir sus emociones y sentimientos. Si sentía algo, se golpeaba y no permitía que nadie se acercara a él. Había roto sus lazos con sus amigos y con las personas en general. Solo respiraba, sin motivo y alegría. Cuando divisó la escuela, suspiró. Se ausentó por una semana y la desesperación por entrar lo golpeaba con una fuerza abrasadora. Metió sus uñas en su antebrazo y siguió andando, los robots no sienten, solo hacen lo que tienen que hacer y se esfuman.

Cuando cruzó la puerta, diversos olores invadieron sus fosas nasales. Alfas por aquí y omegas por allá, mordió su labio con fuerza, ¿Cómo sería tener un alfa? Volvió a utilizar sus uñas. Daba igual, si alguna vez lo encontraba, el alfa se decepcionaría. Katsuki era un omega salvaje, actuaba sin pensar y decía las cosas directamente. Y ahora, también era un pobre huérfano acabado. Tenía diecisiete años y el hombre del servicio social le había permitido vivir solo. Claro, recibía una miseria de dinero, pero servía un poco.

Arrastró sus pies hasta su casillero, no obstante, se detuvo. Kirishima estaba esperándolo, con la vista pegada al frente, lo ignoró y se encaminó al salón de clases. Buscó el asiento de la esquina y se colocó sus audífonos, ¡Qué se jodan! ¿Acaso no entienden la frase "Váyanse a la mierda"? Sus amigos eran unos obstinados. Los vio acercarse, pero la maestra les ordenó que se sentarán.

De súbito, un aroma a césped y fuego lo atacó sin piedad, retiró sus audífonos y se irguió — Este semestre tendremos un alumno nuevo, su nombre es... — El tiempo se detuvo, sus ojos se abrieron en demasía. Su alfa, ese chico era su alfa, podía sentirlo en su piel. Tragó con dificultad, los ojos verdes del joven lo observaban con sorpresa. Todo el salón de clases estaba sin silencio. Katsuki se puso de pie, cogió sus cosas e hizo lo único que podía hacer: Huir.

Estoy aquí | DekuKatsu |Where stories live. Discover now