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Capitulo 32

Gabriela sonreía y lucia radiante ante la mirada de amor que Mark le brindaba.

Debía de reconocerlo, a pesar de que paso tanto trabajo en su cabello, el resultado valió la pena.

Gracias a los videos de tutoriales en Youtube, que busco por medio de una computadora en una sala de el hotel, Gabriela estaba conforme con sus resultados. Su cabello lucia mejor de lo que había pensado. Ademas de que ver a Mark con la boca ligeramente abierta le daba aun mas satisfacción.

Llegaron a la fiesta. Se colocaron sus antifaces y entraron. Gabriela quedo deslumbrada ante tantos lujos. Jamas había estado en un lugar tan elegante como ese, ni mucho menos se imaginó estarlo algún día.

Mark coloco la mano de Gabriela sobre su brazo y le sonrío.

-La pasaremos bien esta noche mi hermosa Ela.

Gabriela se sonrojo y sonrío.

-Será una gran noche- dijo nuevamente.

Comenzaron a caminar entre los invitados, que a leguas se notaba que eran de alta sociedad. Los cuellos de las mujeres tenían cierto brillo, el cual era reflejo de los grandes diamantes que ahí colgaban.
Los hombres con sus trajes impecables y sus radiantes sonrisas.

Al principio Gabriela se sintió algo incomoda, pero Mark la hizo olvidarse de todo.

La llevo a la pista de baile, en la que tocaban una suave y romántica canción.

La tomo de la cintura y se posicionó para comenzar a bailar con ella, a lo que esta negó.

-Mark- le susurro, temiendo ser escuchada por los demás invitados- No se bailar.

Mark no se extraño ante esa confesión. El ya lo suponía, así que colocando la mano de Ela sobre su hombro y tomando la otra con su mano, comenzó a moverse suavemente al compás de la música.

Gabriela recostó su cabeza sobre el hombro de Mark y se dejo llevar con el dulce olor de su cuello y la música. Se sintió en paz, se sintió en casa.

•.•.•.•.•

Al otro lado, en el cuartel. El oficial Luis recogía las pertenencias de su escritorio. No podía creer que después de tantos años sirviendo ahí, lo despidieran.

Pero no se arrepentía de haber ayudado a su amigo. Tenia una familia que mantener, un esposa y unos hijos por los cuales trabajar. Pero lo habían despedido. Ahora debía de buscar otro trabajo que generara el sueldo suficiente para sostener su casa y su familia.

Aun así, no había arrepentimiento de su parte. A pesar de que estaba casado con la mujer que amaba, nunca olvidaría a Dalia.

Dalia, una chica parecida a Gabriela en aspectos psicológicos. Abusada desde pequeña en el orfanato. Escapando de la justicia y con un terrible temor de ser querida o aceptada. Pero el se enamoro de ella así como era. Pero fue un maldito cobarde al entregarla, al traicionarla. Años después termino suicidándose en la prision.

Ella simplemente no pudo soportar el encierro nuevamente.

El no iba a permitir que Mark hiciera lo mismo. El no permitiría que encerraran a Gabriela, al igual que lo hicieron con Dalia.

Así que debía de tomar un taxi hacia las afueras de Miami.

•.•.•.•.

Christopher temía el encuentro con su hermana. O mas bien, lo que sucedería después del encuentro.

El no quería que asesinaran a Mark. Ese detective había sido la salvación de su hermana. Pero no quedaba mas remedio. Edgar y Simon tenían razón. El detective ya sabia mucho, podría ponerlos en peligro.

GabrielaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora