Hoy como todos los Martes, me encontraba en el hospital para hacerme unas pruebas y ver como seguía, en el último año el hospital se había vuelto mi segunda casa. Aun recuerdo el primer mes, había sido uno de los meses mas duros de mi vida

"A pasos nerviosos entre al consultorio del Doctor Cirus. Como todo los consultorios, había un escritorio repleto de cosas, una silla donde estaba sentado el doctor, y otra del lado contrario del escritorio para el paciente. Tome asiento en dicha silla, con mis manos temblando, y completamente aterrada de lo que pudiera llegar a decirme 

-¿Cómo has estado Abilene?- pregunto con una sonrisa 

-Bien ¿y usted?

-Eh estado bien Abilene. Pero vayamos a lo importante- su sonrisa se borro, y me temí lo peor- Tienes cáncer en la sangre- lagrimas se asomaron en mis ojos pero no salió ninguna, me obligue a asentir y tragar el nudo que yacía en mi garganta- con un tratamiento de quimioterapia o un trasplante de medula, podrías vivir unos meses mas o incluso superarlo, pero aun así no tendrías una vida normal. Mientras recibas el tratamiento sufrirías dolores, mareos, vómitos, desmayos, sangrado

-y... ¿si no me hago el tratamiento?- mi voz salió en un murmuro muy bajo

-Vivirías solo ocho meses aproximadamente, y al igual que con el tratamiento, sufrirías dolores, pero estos serian mas leves- respondió con pena- es tu decisión Abilene, aun puedes tener una segunda oportunidad

Negue y le di una sonrisa triste- No. Esta bien- me pare de la silla y camine hasta la puerta- Gracias. Adiós Doctor Cirus

-Abilene- me llamo antes que saliera, apretó su mano y la tiro hacia mi lado- Se fuerte- le medio sonreí y asentí, para cerrar la puerta tras de mi"

Sonreí. Recordando aquello, ahora se sentía tan lejano, sin embargo no había pasado mucho de aquello, pero los sentimientos que tengo ahora hacia mi enfermedad, son distintos a los que tenía entonces, antes me invadían sentimientos de tristeza, temor, nostalgia, en cambio ahora ya no siento tristeza, sino esperanza, amor hacia la vida, hacia cada segundo del día, hacia cada sonrisa de las personas. Mi enfermedad me hizo replantarme muchas cosas, me enseño que el después no existe, que si quieres hacer algo no lo dudes, solo hazlo, has cada cosa que desees, toma decisiones, comete errores, haz locuras, mójate con la lluvia, disfruta el sol tocando tu piel. Hazlo todo, al final de un largo camino llegaras a casa. 

Entre al consultorio de el que a sido mi doctor este último mes, me recibió como de costumbre con una gran sonrisa

-Hola, Abilene ¿Cómo te has sentido?- me pregunto, me senté en la silla y le regale una sonrisa

-Me e sentido bastante bien, Dr. Harry- respondí con una pequeña sonrisa

-¿Mareos?- quiso saber, asentí- ¿Sangrado?

-No

-¿Desmayos?- pregunto, negué- Bien, te haremos unas pruebas y luego puedes irte a tu casa

-Esta bien- me levante y fui con una de las enfermeras a que me dieran el pijama de hospital

Luego de cambiarme la ropa, entre al área de radioagnóstico, hoy me tenían que hacer un estudio de rayos X. Le deje mi móvil a una de las enfermeras, y me acosté en la maquina, esta se fue moviendo y una luz se encendió, mire el techo de la maquina, totalmente nerviosa, luego de tres meses haciéndome estos estudios casi todas las semanas, aun me ponía los nervios de punta

Me quedan aproximadamente 160 días- pensé

Luego de unos minutos, el estudio llego a su fin, asique me levante de la maquina, me cambie de ropa y la enfermera me entrego nuevamente el móvil. Me hicieron esperar un rato afuera, hasta que los resultados del estudio estuvieran listos, minutos mas tardes el Dr. Harry salió, y por la cara que traía deduje que nada bueno eran los resultados. Sonreí triste 

Lluvia de NoviembreWhere stories live. Discover now