No Desearas la mujer del Prójimo, es un mandamiento difícil de cumplir para Kim Namjoon. Un hombre exitoso en su vida profesional, como empresario
Está casado con una frívola mujer, la cual no satisface sus deseos y bajas pasiones
Jungkook, un jov...
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Mi nombre es Jeon Jungkook
Desde que soy activo sexual las mejores experiencias las he vivido con mujeres extranjeras. Ellas tienen algo enigmático que me atrapan, nunca he concretado una relación seria con una, son amantes de paso.
La compañía para la que trabajo me envió a sur América, para hacer un trabajo de campo. Modestia aparte, me he cotizado como uno de los mejores relacionistas público del país, a mis veinticuatro años soy una eminencia en la rama.
En aquel viaje conocí a la mujer de mis sueños. Una hermosa aprendiz en administración de empresas. En aquel tiempo, ella tenía veintiuno, fue mi guía. Desde el primer momento que la vi quedé enamorado, al parecer el gusto fue mutuo, amor a primera vista
Tuve que regresar a mi país, pero antes le pedí su número, cómo aparecía en las redes sociales
Una noche me animé a escribirle, inmediatamente respondió. Desde aquel momento empezamos hablar.
Todos los días nos escribimos, hacíamos videollamada, pero un tiempo después por cuestión de horarios no hablábamos con frecuencia.
Estaba perdidamente enamorado, la quería a mi lado, así que decidí hacerla mi novia.
Viaje nuevamente a sur América Con anillo en mano y de rodillas, le pedí ser mi novia, no dudo un segundo, aceptó.
A los dos meses regresé a mi país, nuevamente la extrañaba, hablar por celular no es igual que tenerla cerca.
A pesar de que es de mente abierta, liberada y empoderada, no habíamos tenido nuestro primer encuentro sexual.
El enamoramiento, el deseo de hacerla mi mujer, la distancia, me llevaron a tomar otra decisión, convertirla en mi esposa
Mis padres no son muy tradicionales, así que los invité a mi siguiente viaje a sur América, conocieran a mi hermosa novia.
A los veinte días estábamos disfrutando del viaje, a papá y mamá les cayó de maravilla.
Una noche antes de volver, invité a nuestros familiares a cenar, me puse de rodillas, le pedí matrimonio. Sin pensarlo dos veces aceptó. Todos aplaudieron mientras nos besábamos
Quedamos que la boda por la iglesia católica sería en su país, la tradicional coreana en el mío, con todos los rituales
Estoy enamorado, por fin la mujer de mis sueños será mi esposa.
Pasaron aproximadamente tres meses, la boda en Suramérica se efectuó, un mes después viajamos a Corea, junto a su familia, incluyendo algunas amigas, y las mascotas.
La tradicional coreana fue una semana después de su llegada, una vez más festejamos por lo alto nuestra segunda unión
Fuimos de luna de miel
Estaba ansioso por tenerla Se puso lencería negra con ligas, las cuales subieron mi temperatura a la cabeza
Salió del baño, envuelta en un sensual baile, ella es una mujer con experiencia en el sexo igual que yo.
En ese baile se fue acercando, sus movimientos me ponían ansioso, amagaba simulando roces sobre mi regazo, besaba mi cuello.
Es una diosa la adoro, estoy empezando a idolatrarla.
La tomé en mis brazos, nos tumbamos sobre la cama, besaba cada espacio de su cuerpo, de pies a cabeza, por fin es mía, de nadie más.
La desee tanto, rechace otras mujeres, en ninguna la encontraba, ahora que la tengo, no quiero que nadie más la miren, saber que alguien la desea, la quiero solamente para mí.
Pasaba mis manos por su suave piel, acariciaba sus pechos, metía la nariz entre ellos impregnando mi olfato de su aroma, estudiaba cada ingrediente de su olor, del perfume de su cuerpo, paseaba la lengua por cada espacio, baje a su intimidad, aferrándome en su ser.
Sus jugos fluían en mi boca, me enloquece, la excitación de nuestros cuerpos estaba en el punto máximo. Quería grabar el sabor de su piel, de sus besos
Esos labios sensuales entre abiertos, lanzando intensos gemidos Introduje la lengua en la profundidad de su intimidad.
Estaba tan extasiada, pedía más, en cada paso que dábamos se lo daba con pasión y entrega. Mis besos mis caricias, no quería que nadie me superará, crear una necesidad de mí, en ella
Empezó a pedir entre gemidos que la embistiera, no podía más. La subí en mi regazo, empezó a mover las caderas con intensidad, acariciaba sus firmes pechos.
Pasado tres minutos sucedió lo que tanto temía. Llegué al clímax cuando apenas empezaba a disfrutar. Mi miembro sé poncho tan rápido que su cara de insatisfacción fue notoria
—Lo siento mi amor, las ganas que tenía de estar contigo, hicieron que llegara rápido, no aguante
Típicas palabras de un eyaculador precoz
Me miró con molesta mientras bajaba de mi regazo—No me gusta que me hagan esto, espero que no vuelva a suceder
Inmediatamente, empezó a estimular mi miembro con un intenso oral, reanimó aquel muerto a los tres minutos
Eres la mejor, que rico lo haces— Le decía mientras acariciaba su cabello —Si, así, no pares, sigue, me encanta.
Su velocidad iba en aumento, mi amigo se puso duro, cuando logro una gran erección se posó sobre mí con rapidez. Se movía con sensualidad. Trataba de pensar en otras cosas para que mi amigo no volviera a fallar, consiguiera su orgasmo.
Apretaba los pies para retener lo más posible el clímax, no habían pasado cinco minutos, mi amigo volvió a pincharse, afortunadamente llegué al clímax, veinte segundos antes, pero quería más, no era suficiente
Y así pasamos nuestra primera noche, entre la muerte y resurrección de mi amigo precoz
Era nuestra primera vez, ya estaba recibiendo queja de insatisfacción.—Dijo — Tienes que buscarle solución a tu problema, las mujeres como yo somos insaciables en la cama, la damos toda, pero también nos gusta que los hombres hagan lo mismo
—No es ningún problema mi amor, llevaba mucho tiempo sin tener sexo, prometo que no volverá a suceder
