Plan de ¿escape?

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— ¡Alto ahí! ¡Capturen a todos los reos! —

Oficiales de la prisión armados tiraron un par de veces el gatillo como advertencia, haciendo dispersarse a la horda de reos que vitoreaban el acabose de los oficiales encadenados.

El hombre canoso desapareció por donde vino y también el par de hombres que lídereaban los reos, rápidamente fueron bajados Min y Park por el personal de la prisión y los dejaron en un área cerrada al lado de la lavandería y, mientras los oficiales se encargaban de los reos alborotadores, el hombre que detuvo su seguro fin, entró a hablar con ellos.

Park se levantó presto y lo abrazo con ahínco ante la cara impavida de Min, — ¡Tae! ¡Qué gusto! De no ser por ti, ya seríamos chicharrón para los perros éstos, dime qué vienes a sacarnos o por lo menos para que nos trasladen a un área aparte, no creo que nos fíen una semana más de vida aquí — dijo atropelladamente el rubio mientras veía con devoción a su amigo.

— No exactamente, Chim, pedí hablar contigo y fue cuando se dio la alarma y los encontramos aquí, y al parecer, justo a tiempo, escucha, hay el rumor de que todo fue una trampa para retirarlos del sistema y deshacerse de ustedes...

— Tsk, ¿te parece rumor? — preguntó con sarcasmo Min.

El oficial de policía superior Kim sólo le dirigió una breve mirada y siguió lo que le decía a Park — Chim, no puedo sacarlos de modo oficial, pero he organizado algo, tenemos que darnos prisa, tengo algunos conocidos que me deben favores y conseguí esto, — extiende un mapa de la prisión encima de un bote de aluminio y les explica los detalles.

— ¿Una fuga? Nos perseguirán hasta el cansancio, sin contar con los idiotas que movieron los hilos — espetó Min con desdén.

— ¿Tienes una mejor idea? No se tú, pero yo no me quiero quedar a averiguar que sigue luego de la freidora — le dice Park llevando inconscientemente su mano al pecho de Min, como si tratara de calmarlo.

Kim lo nota y sabe que por la situación en la que están y el tiempo, lo que menos necesitan es enfrascarse en una discusión sin sentido con el pálido oficial de actitud arisca.

— ¿Y a éste que le pasa? — pregunta Kim dirigiéndose a Park, señalando apenas con un ademán ligero de su palma izquierda a Min.

— No le hagas caso, extraña su ropa — contesta Park restándole importancia a la actitud de listillo insoportable de Min, al tiempo que camina junto a Kim, preguntándole detalles sobre la huída.

El pálido oficial se queda un momento más sentado, mirándose a sí mismo, su camiseta blanca ahora es de un horrendo café gris, rasgada y con manchas de sangre, sin contar con la horrenda sensación tan incómoda de llevar la parte inferior de su uniforme aún empapada y suelta un bufido de frustración.

— Sí, extraño mi ropa, y quiero un café — dice Min apenas audible para sí mismo, formando un tenue y adorable puchero y bajando la cabeza, Park le observaba de reojo secretamente divertido con su comportamiento.

Al día siguiente, en el descanso de la tarde, Park acude a la celda de Min, lo encuentra recostado en la cama, leyendo un periódico y quejándose en voz baja de los cambios en la bolsa.

— No iré — dice Min en cuanto nota la mirada de Park.

—¿Qué?

— No estoy seguro del plan, ¿Cómo sabes que no es otra trampa y será el pretexto perfecto para desaparecernos?, ni siquiera sabemos en quien confiar, o quien está en esto, ¿conoces bien a tu amigo? — pregunta Min pausadamente.

— Lo conozco desde que llegue a Seúl, es de mi entera confianza.

— Yo no lo conozco, y no pienso arriesgarme, no iré.

Jimin no puede creer la necedad del pálido oficial.

— Bien, pues yo no me quiero quedar otra noche a ver si sobrevivo, mandaré por ti en cuando pueda, amor. — Park le dirige un guiño coqueto y muerde un poco su labio inferior.

Min hace una mueca de hastío  y moviendo su palma en negación lo despacha.

— No me llames amor frente a mi prometido, pensará que lo engaño contigo, Park.

Park ríe divertido y sale de la celda mientras dice — sólo asegúrate de seguir vivo, Min.

Min y ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora