—¿Y cómo piensas explicarle que estoy con ustedes? Puede ser un chismoso que arruine todo. —Tweek hizo una mueca.

—B-bueno sé que no será fácil pero... ¡Tenemos que lograrlo! Quiero decir, si lograste conocernos a nosotros y volverte nuestro aliado podemos hacerlo también con él. No creo que se niegue.

—No lo sé, estoy de acuerdo con Tweek en ese sentido. Puede que tal vez nos pongamos en riesgo. —dijo Clyde.

—Él también tiene conocimientos sobre la magia, podría también ayudarte a ti Clyde. —Ante sus palabras todos parecían meditarlo. —O... También ayudar al papá de Tweek.

—No creo que sea eso posible. —respondió serio.

—¿Por qué? No podemos saber si no lo intentamos. —trato de convencerlo Craig acercándose a su posición.

—Aunque podamos librarle de esa maldición igual morirá. ¿No lo entiendes?

—¡Pues claro, si no intentamos detenerlo!

—¡Chicos! —ambos miraron a Wendyl que tenía un gesto de pánico. Miró a Tricia que parecía despertarse.

—Craig, dile a tus amigos que se callen. —se acomodó para poco después volver a descansar.

Todos suspiraron.

—Tweek, amigo. Sé que esta situación es muy horrible, no me puedo imaginar cómo te debes sentir. —Clyde le miró con una sonrisa. —Pero no podemos ayudarte si no conocemos bien las circunstancias... Seguramente no podremos entenderte por qué no es lo mismo estar en tus zapatos, al menos queremos hacer lo posible por ayudar.

Los ojos verdes se quedaron clavados sobre la figura del castaño. De repente se abrazó asimismo, mirando hacia abajo.

—Aunque logremos detener lo que hicieron esos demonios mi padre tiene sus días contados. Fue su castigo por enamorarse de un demonio.

Craig quería volver a hablar. Pero al ver el estado de vulnerabilidad de su amigo prefirió acercarse de manera lenta a su posición.

Entonces como un déjà vu inmediato apareció en sus recuerdos. Justo cuando lo vio por primera vez transformado, tan aterrado.

Su mano temblorosa entonces acarició los rulos de su cabello.

—No nos iremos de tu lado.

Esas palabras parecían surtir efecto, ya que los ojos de Tweek le observaron como nunca lo había visto. Sintió escalofríos y una agradable sensación.

—Bien, entonces creo que está decidido. No nos iremos muy lejos. —dijo Wendyl.

—¡Es-esperen! ¿Quién cuidará a Tricia?

—Pues tú.

—¿Y-yo? ¡Pe-pero quería preguntar sobre la magia!

—Lo puedes hacer la próxima vez, y no alces la voz. —recibió una mirada de reproche.

Así salieron de la habitación dejando al pobre Clyde haciendo pucheros junto a una Tricia dormida.

—¿Estás seguro de que es la mejor idea que venga? —la azabache con su apariencia normal, no se veía muy segura viendo a Tweek.

—Es mejor que se enteren desde el principio, después de todo es peor que ocultarlo.

—Oigan, estoy aquí.

Se detuvieron a unas pocas habitaciones. Wendy tocó la puerta con claros nervios.

Pronto alguien abrió la puerta, siendo un chico de cabello rubio y un ojo celeste, el otro parecía ser de un tono opaco.

—¿Oh, Wendy? —sonrió.

—Hola Butters.

Observó a los dos acompañantes. Craig lo reconoció.

—Oh, tu eres...

—Sí, es un placer verte de nuevo. Veo que te sirvió el rosario. —Wendy los observó confundida, entonces Butters rió. —Está bien, será mejor que entren y hablemos con calma.

La habitación era similar a la suya, solo que claramente más pequeña. Había peluches, libros, decoraciones donde prevalecía mucho el blanco.

—Ya vendrá.

Los tres se quedaron cerca de la puerta. Notando así como la ventana estaba abierta par en par.

—¿Aún sigues segura de esto? —susurró Craig.

—Es mejor intentarlo que jamás hacerlo.

Entonces pronto notaron como alguien se acercaba a la ventana, mejor dicho, volaba para entrar.

El viento entró repentinamente en la habitación haciendo que las cosas se movieran.

—¡Nuevo récord! ¡Butters! ¿Ya viste? ¡No hago desastre como antes!

Aun así, el rostro nada contento del rubio no parecía alegrarse de su hazaña. Empezó a acomodar las cosas.

—¡Kenny, debes tener cuidado! ¿No ves que tenemos visitas?

Entonces Kenny que había estado dándoles la espalda desde que llegó volteo a verlos.

Su rostro tenía varias curitas en su rostro, ojos violetas y el cabello rubio. Parecía ser igual de alto que Craig. Su ropa era un suéter y pantalones naranjas con zapatos marrones.

—Oh. —sus alas entonces se escondieron detrás de su espalda al igual que el halo que estaba sobre su cabeza. —¡Hola! ¿Qué tal? —saludó mientras parecía tener una bolsa de compras entre sus brazos.

—Ho-hola Kenny. —saludó Wendy.

—¡Qué bueno verte! Llegan justo a tiempo, compré varios dulces y seguro les encantarán.

—Eh, gracias. En realidad esto es algo delicado verás...

—Oh no. No me gusta cómo suena eso. —sonrió nervioso intentando dejar todo en una pequeña mesita.

Wendy al no lograr captar la atención por completo del rubio tomó su rostro con cuidado para que girara su mirada hacia sus dos acompañantes.

Entonces se incorporó, como si se hubiera dado cuenta de algo repentinamente.

Su mirada alegre cambió a una de seriedad, haciendo que la azabache se sintiera cada vez más pequeña.

—Creo que debes explicarme que ocurre aquí.


𝟢𝟥/𝟣𝟢/𝟤𝟣: Capítulo editado.

¡Hola holaa! Quiero agradecer mucho a mi bestie -NotTheImpostor por leerse la historia en tiempo récord y darme su crítica

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¡Hola holaa! Quiero agradecer mucho a mi bestie -NotTheImpostor por leerse la historia en tiempo récord y darme su crítica. De verdad que hay ciertas cosas que se me han pasado explicarles a este punto de la historia, me ayudó muchísimo para organizarme mejor. 

Después de todo espero que estos sean los últimos capítulos para finalizar la historia y mi prioridad es resolver esas incógnitas desde hace capítulos atrás. Muchas gracias a todos por su apoyo ;;

Espero que les este gustando. 

𝐒𝐞𝐧̃𝐚𝐬 ¦ CreekWhere stories live. Discover now