Regina: ¿te parece que pudo afectarme? La verdad tenia ganas de dejarlo calvo.

Daniel: jajaja si, pude notarlo, perdóname por hacerte esa pregunta.

Regina: si algo comprobé esta noche, es que lo que algún día pude sentir por Arturo no se compara al profundo desprecio que siento por él ahora.

Daniel: yo no pude aguantarme las ganas de romperle la cara por lo que te hizo.

Regina: lo sé y te lo agradezco, esta noche me has demostrado que me amas tanto como yo a ti.

Daniel: mi amor, antes de que Arturo apareciera ante nosotros iba a decirte algo muy importante.

Regina: shh no digas nada, hazlo después, no quiero que nuestra noche se eche a perder, quédate conmigo, necesito estar entre tus brazos, olvidémonos de todos y solo pensemos en nosotros, en lo mucho que nos amamos.

Regina lo besó apasionadamente, lo abrazó de tal manera que no quería soltarlo y lo llevó de la mano a su habitación.

Arturo llegó a su casa.

Lucia: ¿qué te paso? ¿Por qué vienes así?

Arturo: estoy bien, solo me asaltaron.

Lucia se acercó para ayudarlo a sentar, se veía un poco débil.

Lucia: hay que hacer una denuncia.

Arturo: no tiene caso, el tipo huyo después de golpearme.

Mientras tanto Regina y Daniel en la habitación...

Daniel besaba centímetro a centímetro la suave piel de Regina, no podía alejar sus labios de su cuello, ella yacía desnuda en su cama.

Después de que Daniel se deshizo de su ropa, aventó sus zapatos y lo que le estorbaba a su paso, continúo besando todo el cuerpo de su amada, entre besos, caricias y abrazos de ambas partes se prepararon para unir sus cuerpos una vez más como uno solo.

Daniel la rodeó con sus caderas a la vez que agarró una de las piernas de Regina, a lo que ella decidió ponerla sobre su hombro para sentir mayor placer, luego ella bajo su pierna y lo besó como nunca, para luego tumbarse sobre él, quedando sus cuerpos perfectamente superpuestos además de tener un contacto muy íntimo sus miradas se cruzaron, dando paso a besos y caricias.

Aaron: por lo visto Sofia es totalmente diferente a las mujeres con las que te has involucrado.

Gabriel: muchísimo, creí que al no querer un compromiso como yo todo sería más fácil.

Aaron: ¿pero si sabes las razones que la llevaron a tener ese tipo de relación contigo por que lo permitiste? cabía la posibilidad que saliera igualmente lastimada.

Gabriel: me deje llevar por la pasión, por la lujuria papá.

Aaron: hijo, eso no es nada bueno, me has dicho que es una buena mujer y que sientes algo por ella, ¿por qué no intentas tener una relación estable? Por ti, por ella y por ese niño que viene en camino.

Gabriel: no lo sé papá, si ella no quiere verme es porque no le importo.

Aaron: o por que le importas más de lo que te imaginas, piénsalo, viniste hasta aquí a buscar una solución, te estoy dando una posible, si no lo intentas no sabrás si sea la indicada.

Esas palabras hicieron eco en su cabeza.

Daniel permanecía con las piernas extendidas hacia adelante, mientras Regina estaba a horcajadas sobre él, realizando ambos movimientos hacia delante y hacia atrás una posición bastante placentera para ambos, sin dejar de besarse.

Arturo no podía dormir, se levantó a ponerse algo de hielo en la cara, el golpe lo había dejado muy lastimado.

No podía sacarse a Regina se su mente.

Arturo: ¿en qué te has convertido Regina? ¿Jamás me habías hablado así?

Regina se encontraba tumbada sobre la cama con las piernas ligeramente abiertas y las rodillas dobladas, por su parte Daniel se deslizó entre sus muslos, elevándola suavemente por la pelvis para sentir aún más placer.

Alan recibió una llamada de su tía, la madre de Lucia, quien le informaba que su prima y su esposo estaban en la ciudad.

Alan: si le advierto a Regina sobre la presencia de Arturo y Lucia en el D.F tal vez gane algunos puntos con ella, iré a verla mañana temprano, espero que, aunque sea sábado se encuentre trabajando.

Regina continuaba tumbada sobre su espalda, con las piernas separadas, entregada a Daniel, su futuro esposo, teniendo el contacto más íntimo, con sus manos totalmente libres para seguir acariciadose, en particular las de ella que alcanzaba la espalda y muslos de él.

En cuanto Sofia se durmió Esperanza la cubrió con una frazada y salió cuidadosamente del departamento sin hacer ruido.

Daniel y Regina yacían desnudos y abrazados en la cama.

Daniel: ¿no temes que llegue Esperanza y nos vea?

Regina: ¡no! ¿No estamos haciendo nada malo, o sí?

Daniel: para nada.

Regina: creo que se quedara con Sofia esta noche, además pronto tu y yo estaremos casados y todos saben cuánto nos amamos.

Daniel: tienes razón.

Regina: mi amor, Estaba pensando en que podrías darle el brazalete a Miranda mañana en la feria de la escuela, estoy segura que compartir esa noticia con sus amiguitas la hará muy feliz.

Daniel: me parece una excelente idea.

Regina: ¿es más porque no llevas a tu mamá?, es hora de conozca a mi familia.

Daniel paso saliva un poco nervioso.

Daniel: se lo diré en la mañana.

Daniel iba a levantarse.

Regina: ¿a dónde vas?

Daniel: a mi departamento.

Regina: quédate conmigo esta noche, quiero dormir muy abrazada a ti.

Ambos sonrieron y se dieron un beso; la puerta del departamento se abrió, segundos después la de su habitación.

Regina y Daniel saltaron un poco exaltados.

EL GIRO DE LA VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora