Bizarre [JaeYong]

v e i n t i c i n c o

—Me parece perfecto—sonrió dejando ver sus hoyuelos y se levantó para quedar frente al pelinegro—. ¿Puedo tocar tu cintura? —el mayor asintió y se acercaron hasta que sus respiraciones chocaron.

Iban a hacerlo. Estaban a pocos milímetros, pero TaeYong se alejó de golpe.

—Si no te gusta solo... no digas nada y vete, ¿sí? —el de hoyuelos asintió ante la petición y se acercó de nuevo a él.

Sus labios se rozaron por una milésima de segundo.

—¡Ay, señor Lee! —se separaron de golpe al oír aquel grito—. Este no es el baño—Yuqi miró nerviosa hacia abajo.

—Es la puerta de a lado, linda.

—S-sí. Perdón—hizo una gran reverencia y se fue cerrando la puerta.

—Tal vez es una señal para no hacerlo—YoonOh negó y se acercó rápidamente a él para evitar otra interrupción.

Si le hubieran dicho a YoonOh que algún día besaría a un hombre, él tal vez se hubiera reído, ya que no parecía ser posible, pero ahí estaba, besando a TaeYong. Desde que se conocieron, se dio cuenta de que el mayor poseía unos labios carnosos, pero jamás pensó que se sentirían tan bien jugueteando con los suyos.

Se notaba la experiencia que TaeYong tenía, ya que él fue quien tomó el control; llevando una de sus manos a la mejilla de YoonOh, rodeando el cuello del castaño con su mano libre y comenzando a jugar con su lengua.

El mayor dio por terminado el beso mordiendo levemente el labio inferior del contrario. Preso de la vergüenza, escondió su rostro en el pecho del contrario.

—¿Sabes...?

—Te dije que no dijeras nada—murmuró sobre su pecho.

—Creo que tengo que intentarlo de nuevo.

TaeYong negó con una sonrisa.

—Fue cosa de una vez.

—Que yo sepa los novios se besan cada que tienen ganas.

—¿Significa qué...? —alejó un poco su rostro para verlo.

—¿Puedo llevar a mi novio a cenar el próximo fin de semana?

—Tu novio tiene planes con sus hijos.

—Tal vez pueda unirme o esperar...

—Puedes unirte—sonrió y fue tomado por sorpresa al recibir un besó rápido—. Si estás haciendo todo esto por compromiso, le diré a Johnny—dijo con una sonrisa tierna—. Y debajo de la cama tiene un arma.

—No hará falta—se alejó de él y recogió un suéter gris de manga larga—. Hace frío y esa bata no luce muy calientita que digamos—el mayor tomó la prenda y YoonOh se giró para que se vistiera.

El de hoyuelos comenzó a recoger la ropa y luego de juntarla sobre la cama, la dobló con ayuda de TaeYong.

—¿Qué hacen? —Mark preguntó arqueando su ceja.

—Larga historia—su amigo suspiró.

—¿Estás bien? —el pelinegro asintió—. Ya vamos a partir el pastel...

En cuanto bajaron, Johnny y Kun los miraron coquetos al notar que TaeYong había cambiado su ropa.

—Dime que fue en la habitación de huéspedes, por favor—suplicó Johnny en un susurro.

TaeYong iba a negarlo, pero sería divertido molestar a su amigo y más siendo su cumpleaños.

—Deberías cambiar tus sabanas—se encogió de hombros y se acercó a sus hijos.