Bizarre [JaeYong]

v e i n t i c i n c o

Jugaron una partida más en la que ganó YoonOh y se disculpó para levantarse y buscar a TaeYong, ya que, no lo había visto desde después de la comida.

—¿Has visto a TaeYong? —le preguntó a Johnny quien arrullaba a su hija.

—No. Pensé que estaba adentro con los niños, pero no estaba—se encogió de hombros—. Jeno, cariño, ¿has visto a papá? —el menor negó rápidamente y volvió con sus amigos a jugar.

—Yo lo ví—Kun se acercó a ellos—. Estaba aquí con los niños, pero entré a la cocina por una soda y al volver ya no estaba...—frunció el ceño—. Yuqi, mi vida—la niña apareció de inmediato—. ¿Viste al papá de Jun?

—Lo vi irse por ahí—señaló las escaleras.

YoonOh, sin mirarla caminó hacia las escaleras y comenzó a buscar al mayor en cada habitación. Lo encontró en la que parecía ser la habitación principal.

—¿TaeYong? —preguntó confundido al verlo sin camisa, sobre la cama, entre varias camisas y mirando a la nada.

A TaeYong nunca le habían gustado los juegos de azar y ni era bueno en ellos, así que cuando comenzaron a jugar, él entró y se sentó cerca de los pequeños para cuidarlos. Pensó en avisarle a YoonOh, pero lo vio tan cómodo con los amigos de Johnny, que lo dejó.

Si él hubiera podido decidir, no habría ido a la fiesta, ya que no se sentía tan cómodo cuando se trataba de reuniones grandes. Desbloqueó su celular para jugar a algo, pero la barra de notificaciones apareció con un par de mensajes.

Número desconocido

Hey, ángel.

Inocentemente creí que ese amigo tuyo, realmente era tu nuevo amigo, pero te vi como lo mirabas cuando subía el pastel a tu auto.

No pierdes el tiempo, ¿eh?

Saludos a los niños.

Ah, por cierto, me encanta cuando te vistes de rosa.

Esos mensajes no podían ser de otra persona más que de él. Miró su camisa rápidamente y en efecto era rosa, así que su estomago comenzó a revolverse y él comenzó a sentirse mareado.

Miró hacia todos lados con los nervios de punta, comenzó a pellizcar las mangas de su camisa y se levantó casi corriendo. Sin saber que hacer, subió por las escaleras hasta la habitación de sus amigos y se quitó la camisa arrojándola a una esquina.

Sacó ropa de su closet como si no hubiera un mañana, pero su mente veía todas las prendas de color rosa. Cansado de buscar, se dejó caer en el borde de la cama y lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos. No sabe cuanto estuvo así, solo agradecía que alguien lo sacó de su trance.

—¿TaeYong? —sintió una cálida mano sobre su espalda—. ¿TaeYong?

Su labio inferior tembló y cubrió su rostro para comenzar a sollozar.

YoonOh no sabía que pasaba, pero le preocupaba lo que pasaba. Tomó una bata que estaba tirada en el suelo y lo cubrió.

—¿Qué pasó? —lo rodeó con un brazo y lo pegó a su pecho—. Tranquilo...

TaeYong tardó algunos minutos en calmarse y suspiró antes de volver a hablar.

—JongHyun... —sorbió su nariz y la sangre de YoonOh hirvió—. M-me envió un mensaje... —el menor se quedó en espera de que siguiera hablando—. Estuvo afuera de la casa. ¡Te vio y le gusta cuando me visto de rosa! —chilló y se abrazó a sí mismo.