-- Ay, no sé --ella sacudió su cabeza. -- No es un idea mala, pero pensemos en ello primero --dijo. -- Estoy demasiado preocupada por Fer para pensar en ello ahora mismo. --

-- Sí, descansa, mi amor. No puede estresarse en su condición. --

-- Maximiliano? --Victoria regresó a la puerta por un momento y hizo que la conversación se detuviera. -- ¿Puedo platicar contigo? --

María arqueó la ceja.

-- Sí, por supuesto --se levantó de la cama de María y salió de la habitación. -- Dime, madre --él puso sus manos a sus costados, mirándola con asombro.

-- Tu papá... El estaba en el hospital y yo...--

-- Madre, no quiso decir nada malo... --respondió interrumpiéndola. -- Estaba genuinamente preocupado por Fernanda y tengo que decirlo, ya que estoy aquí con María y Heriberto está ocupado, me alegro de que lo tengas... --

Ella lo miró por un momento, preguntándose por qué él pensaría que estaba totalmente sola cuando tenía a su esposo que trabajaba en el hospital, su comadre, sin mencionar a sus otros amigos. No entendía por qué pensaba que ella podría haber necesitado a Osvaldo allí a su lado.

-- Pero si te molesta, puedo decirle que has decidido quedarte en casa por la noche... --afirmó, al ver que ella se mostraba escéptica sobre la situación.

-- No, no, hijo, nada como eso. Te lo agradezco mucho, pero no creo que sea necesario... Heriberto es muy celoso, incluso cuando se trata de las niñas, puedes imaginar los celos cuando se trata de mí. --

El sonrió con suficiencia.

-- Simplemente no quiero que se moleste. Están pasando tantas cosas... --

El asintió con la cabeza.

-- Si no es mucho pedir, me gustaría que me llevaran de regreso al hospital... Fer está profundamente dormida, según Berto, pero siento que necesito estar allí cuando se despierte. --

-- Te llevaré yo mismo y volveré aquí, ¿te parece bien a ti y a Heriberto? --él se demoró.

-- Por supuesto, hijo. No quiero que María esté sola... Tal vez puedas animarla y luego, por la mañana, puedes llevarla a ver a su hermana. Solo estoy... preocupado por ella. Ella se desmayó de repente. --

-- Ha estado mareada de vez en cuando probablemente porque no ha comido mucho y por el estrés --respondió, haciendo todo lo posible para arreglar la situación para ellos.

-- No lo sé... --Victoria negó con la cabeza, encontrando que la respuesta no era tan adecuada como a él le hubiera gustado.

-- Madre, confía en mí... Paso mucho tiempo con María y realmente no come tanto como debería. Ella solo necesita descansar. --

Con los ojos fijos en sus ojos que casi reflejaban los suyos, se rindió y suspiró. -- Solo estoy preocupada... --presionó las yemas de los dedos contra su cabeza y la sacudió una vez más. --Estoy muy feliz de que te tenga, hijo. Eres absolutamente perfecto para mi pequeña María... --

Él sonrió, muy aliviado de que ella comenzara a concentrar sus pensamientos en la salud de María.

-- Y... vi el anillo que le diste. --

De repente se sonrojó, recordando lo que María había dicho solo unos momentos antes. -- Madre, yo... --

-- No, está bien... --ella hizo una pausa y sonrió. -- Solo creo que si ustedes están planeando tomar una decisión sobre algo, deberían esperar. Los dos, son tan jóvenes con sus vidas por delante. Todo lo que estoy diciendo es que desearía haber esperado... Ojalá hubiera sido la diseñadora, Victoria Gutiérrez antes de convertirme en Victoria de Ríos Bernal... Amo mi nombre, mi trabajo y todo lo que tengo, especialmente mi familia, pero ojalá hubiera esperado... --

-- Entiendo. Aunque, María y yo estamos muy contentos de donde estamos. Sin embargo, no tenemos prisa... Ahora estamos lo suficientemente felices como para estar casados ​​también. --

-- Entiendo --sonrió y luego suspiró, con los ojos en blanco mientras pensaba en la situación en la que se encontraban. -- Voy a cambiar y entonces ¿podrías dejarme? --

-- Claro que sí... Se lo diré a María y me reuniré contigo en el coche. --

-- Gracias, hijo. --

Max y Victoria luego tomaron caminos separados; ella a su recamera y Max al recamera de María.

Al entrar en la habitación de María, cerró la puerta detrás de él y sonrió.

-- ¿Qué? --ella lo miró, un poco nerviosa por su sonrisa tímida.

-- Creo que tu mamá nos acaba de dar el visto bueno para casarnos... --

-- ¿Mande? --ella se rió un poco. -- Hace apenas un par de horas, se asustó y me dijo que no lo hiciera porque no quería que arruinara mi vida. --

Él se rió entre dientes. -- Ella me dijo lo mismo, pero no escuché un no --le guiñó un ojo, inclinándose para besarla.

-- Max, eres demasiado... Por ahora, creo que tiene razón. Pasan demasiadas cosas con Fer como para preocuparse por casarse, mi amor. --

-- Mjmm, pero hablaremos de eso más tarde --le besó los labios antes de ponerse erguido y ponerse la chaqueta.

-- ¿A dónde vas? --ella sé preguntó.

-- Vuelvo enseguida... Voy a llevar a tu mamá al hospital y luego estaré de vuelta contigo, mi cielo. Mientras tanto, intenta descansar un poco... Ese es mi bebé al que estás cuidando --se inclinó una vez más, presionando los labios por segunda vez contra su vientre plano.

Ella se río

-- Te veré en un momento --luego presionó sus labios contra los de ella antes de darse la vuelta y salir.

···

Una vez que Victoria regresó al pasillo del hospital, entró lentamente una vez que sus ojos se posaron en Guillermo y Osvaldo.

-- Y Antonieta y Pipino... ¿a dónde fueron? --ella permitió que su presencia fuera conocida.

Osvaldo se puso de pie tan pronto como la vio.

-- Victoria, ¿cómo estás? --Guillermo reaccionó instantáneamente a su presencia y le dio un beso en las mejillas.

-- Un poco cansada, gracias... -- Luego, los ojos se dirigieron a Osvaldo y lo miró, principalmente tratando de averiguar por qué estaba allí. No podría haberle importado tanto.

El actor estaba al lado para saludarla y lo hizo, ofreciéndole su asiento. -- Fueron a tomar un café... ¿Puedo traerte algo? --

-- No, no es necesario, gracias --sonrió suavemente. -- Sabes, realmente aprecio que estés aquí, pero no tienes que quedarte toda la noche. --

-- Simplemente no quería que estuvieras solo... --

-- No estoy sola, Osvaldo... Mi marido está aquí --afirmó con severidad.

Amor MíoWhere stories live. Discover now