Capítulo 5 - Equipo Integrado

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Solange flexionó su pierna trasera dejándose casi caer al piso y se cubrió con los brazos al tiempo que una lluvia de tomates les caían encima y disipaban al grupo al primer cruce de caminos.

En el pequeño segundo que los tomates cayeron al piso o se estamparon en los demás, Solange corrió tan rápido como pudo, estaba por llegar a los primeros obstáculos y eso al menos le daría un descanso. Entró a uno de los túneles, tomó un respiro y se revisó, aún nada le había pegado y quería mantenerse así.

Una peste se incrementó y a su túnel entró corriendo Wayan, un chico filipino bastante amigable.

—¿Estás bien? —preguntó Solange.

—¡No, corre! Traen una pistola de agua y creo que trae jugo de tripas de pescado —dijo él recuperando el aliento dando arcadas.
Ambos miraron con terror cuando escucharon agua a presión pegar contra el túnel de metal y casi salpicarles los zapatos.

Ante aquella asquerosa motivación, Solange salió del túnel y se trepó a una cuerda, apenas llevaba unos segundos en la carrera pero ya sabía que no quería volver a pasar por eso. Necesitaba llegar intacta a la meta. Esquivó lo que interpretó como agujeros de donas cubiertos en almibar volando hacía ella por su izquierda y se agarró a la tirolesa viendo a sus compañeros bajo ella quedar atrás.

Pero cuando estaba a medio descenso vio algo terrible. Parecía un pedazo de queso enmohecido que volaba hacia ella a gran velocidad, mientras seguía colgada. ¡Si no hacía algo le pegaría!
Sin saber qué más hacer, se dejó caer antes de la colisión. Rodó por el piso pero aguantó bien el impacto.

Rosa la pasó corriendo entonces. Traía un sandwich pegado en el cabello.

Solange volteó atrás y miró a su hermano apática. Él le sonrió divertido con todos los dientes, ahora sabía porqué antes del verano había practicado tanto haciendo sandwiches de S'mores. No fue por gusto, quería encontrar la forma de elaborar proyectiles comestibles y pegajosos.

Lo adoraba pero en esos momentos se sentía avergonzada, ¿qué un adolescente brillante, en camino a la elite, a pocos años de graduarse de la academia no tenía algo mejor que hacer?

Ante su distracción, sintió un huevo crudo explotarle en la espalda. Solange gritó de la frustración, ahora su única opción era llegar en primer lugar pero sabía que Bimori ya tenía eso en mente y sería imposible alcanzarla.
El residuo del huevi olía muy mal. Otro más se estrelló cerca de su pie. Venían más en camino. Quiso esquivar los otros, pero al voltearse, uno le pegó en la cara y no le dejó ver el lodazal frente a ella. Resbaló y cayó de espaldas azotando como costal de papas. Escuchó unos "OHHH" burlones y unas risas desde las gradas.

Aquella era una de las actividades más divertidas de la academia... si no eras novato, y se notaba el esfuerzo creativo que muchos ponían en ella.

Solange se quitó el huevo de la cara pero entonces le llovió espaguetti. Escuchó más risas a lo lejos. Exhaló frustrada. No entendía el punto de esa actividad, fuera de torturarlos.

—Levántate —le dijo una voz dura. Era Julieta.

Llevaba a Miranda cargando en la espalda. Solange no sabía si era para ayudar a Miranda a ir más rápido o para así Julieta protegerse de la porquería.
La espalda de Miranda era un desastre y su cabello estaba cubierto en un tipo de sopa naranja que olía a mariscos en mal estado.

—Vamos, encontremos a Kim y Nolan. Tengo un plan —dijo su jefa de equipo.

—A las 4:00— dijo Miranda usando la localización en forma de reloj para dar instrucciones, Julieta esquivó instintivamente y un pedazo de jamón verde les pasó rozando.

SolangeWhere stories live. Discover now