LA CHICA DEL CENTRO COMERCIAL [Bbrae]

Renunciar a todo

Capítulo 6.

Garfield caminaba por las concurridas calles de la ciudad, sintiendo una mezcla de frustración y temor. Había estado buscando desesperadamente a su chica, su chica que lo había llevado a la gloria de views, pero ninguna de las otras mujeres que había conocido se acercaba siquiera a la imagen que tenía en mente.

Mientras observaba a las personas a su alrededor, noto en su Instagram cómo sus seguidores parecían estar perdiendo interés en su contenido. Las cifras de visualizaciones y me gusta disminuían, y se preguntaba si estaba perdiendo relevancia en el mundo de los influencers.

El miedo de ser olvidado se estaba saliendo de su autocontrol. Se preguntaba si todo su esfuerzo había sido en vano, si había perdido la conexión con sus seguidores y si sus días como influencer están contados.

El sentimiento de agobio por la presión de mantenerse en la cima y de satisfacer las expectativas de sus fans se estaba interponiendo en su personalidad tranquila y despreocupada. Se sabía que la industria era volátil y que las tendencias cambiaban rápidamente. Pero jamás en su corta vida pensó en quedarse atrás y ser reemplazado por otros influencers. Y ahora que lo pensaba, existía una en específico que poco a poco se apoderaba de redes.

—Minina —. Murmuró entre dientes con un sabor agrio de por medio.

En medio de sus pensamientos negativos, Garfield recuerdo por qué estaba ahí, justo en ese preciso instante. Tenía hambre.

Y como todo centro comercial que se respetaba, se hallaban varios centros de comida en cada ángulo al que giraba. No obstante, ya tenía uno en mente.

El rubio entró al pequeño restaurante sentándose cerca de la ventana. Desde su asiento, podía observar a las personas que pasan por el centro comercial. Aunque la búsqueda de la chica del video seguía en su mente, decidió tomar un respiro y disfrutar del momento presente.

El menú vegano era una exquisitez para el paladar humano, lastimosamente, la mayoría de la gente no llegaba a estar de acuerdo con su perspectiva, por suerte, siempre podía contar con ese maravilloso lugar. En definitiva, una joyita escondida.

Una camarera, con el aspecto de un vampiro en busca de sangre con cabellera de color negro intenso y piel pálida se le acercó. Su actitud cargaba una energía oscura expresando que sus ganas de vivir estaban por los suelos.

—Quiero una hamburguesa vegana con papas fritas y una bebida refrescante de frutas naturales.

—¿Podrías quitarte... por favor? Necesito limpiar esta mesa. — Hablo mientras sujetaba un trapo en su mano izquierda. El chico apenas se percataba que la zona que había elegido estaba sucia.

—Sí, claro. —Dijo levantándose, de pronto, un pensamiento pasó por su mente. —Tal vez debería abandonar mi lugar.

—Te lo agradecería mucho. —Contesto la pelinegra con una sonrisa falsa, la cual se borró cuando aquel rubio se volvió a tumbar.

—¿Qué estoy haciendo? No puedo renunciar a todo. —Observo a la confundida joven. —¡Podrá ser difícil, incluso más de lo que alguna vez he soportado, pero no cederé, jamás, mi lugar a esa tonta rubia!

—¡¿De qué dem... de qué habla, señor?! —Preguntó, ocultando lo más posible su "poquita" impaciencia, pues por más que quisiera, no podía faltar el respeto a los clientes.

—De mi existencia. Desde que era un tierno bebé todo se baso en lo que quisiesen los demás que hiciera, y, si ahora me hago irrelevante, ¿qué será de mí? ¡No se hacer mas que eso! NADA. —A la última oración ya estaba derramando llanto.