La hermana falsa.

Capítulo 9

El duque nunca la abofetearía ni levantaría la voz debido a su dignidad, pero ya se esperaba que le diera una pena.

Así que durante ese tiempo, Ravia decidió no hacer nada.

— El clima es agradable.

Por supuesto, fue porque agravar más al duque Leontine no le hará ningún bien. Pero la persona con la que Ravia debería estar alerta no era el duque Leontine, sino Tidwell.

La mansión comenzó a cambiar drásticamente después de la llegara Tidwell.

Los sirvientes que atendían a Ravia comenzaron a prestar más atención a Tidwell, y Tidwell gradualmente estableció su base dentro de la mansión.

El proceso fue tan rápido y reservado que si Ravia no hubiera conocido el futuro, podría haberse vuelto loca debido a la desesperación.

— Así que será mejor no llamar la atención por un tiempo.

Mientras Tidwell ganaba influencia gradualmente, era probable que todo el mundo la malinterpretara y la acusara de delirante incluso cuando acababa de salir.

No había necesidad de levantar la guardia de nuevo, así que Ravia planeó comer, jugar y dormir en su habitación hasta su cita con Herodes y tomarse su dulce tiempo sin sentido como una medusa.

Por supuesto, eso no significaba que se quedara quieta.

«Debes haber estado tomando lecciones para la sucesión y manteniendo a los chicos en el inframundo bajo control al mismo tiempo. Qué vida tan ocupada, Tidwell.» Ravia lo pensó mientras arrugaba la nota en su mano.

Ahora estaba sentada bajo la sombra de un árbol por dos razones.

Primero, este lugar no fue fácilmente notado por la gente. Segundo, era el mejor lugar para escuchar a los sirvientes.

— No importa cuánto lo piense, nuestro joven maestro encaja mejor con Leontine que nuestra Señora.

— Es cierto. Ni siquiera tiene el pelo plateado, así que ¿cómo puede identificarse como Leontine?

Los sirvientes aquí estaban muy absortos en los asuntos de Leontine.

Habían estado trabajando aquí durante generaciones y están muy en deuda con esta familia.

Esa gran lealtad los hizo hostiles hacia el estúpido sucesor y dio la bienvenida al nuevo sucesor que consideraron digno en su lugar.

— Ahora, nuestra señora debe luchar por su lugar. O de lo contrario será una hija casada que no es mejor que una forastera.

— Master tenía muchas preocupaciones debido a su viaje de negocios, así que esto es bastante afortunado.

— El mayordomo también se siente aliviado de que nuestro maestro vaya a entregar su oficina al joven maestro, ¿verdad?

— Por supuesto, el señuelo de Tidwell logró dirigir la opinión pública, pero..."

Hasta ahora, todavía estaba dentro del rango esperado.

Como era fácil llamar la atención si vagaba, Ravia optó por esconderse en la esquina del jardín y recopilar información.

— Es bueno que haya comprado un mensajero por adelantado.

Y pasaron tres días antes de que llegara Tidwell.

Lo primero que hizo Ravia después de llorar durante mucho tiempo fue comprar un mensajero que supiera de la situación en el inframundo.

No fue tan difícil.

Desde que el libro explicaba las conexiones de Tidwell con la gente en el inframundo, pudo comprar el mensajero sin problemas.

No había mucho que pedir: Observe el comportamiento de Tidwell y repórtelo.

Él entraba en su habitación todos los días con cuencos de comida para el almuerzo, y el mensaje era el mismo hoy.

«Droga.» También fue escrito en la nota de hoy.

Dado que estaba relacionado con Tidwell, no podía ignorarlo.

[La flor oscura está dentro de la mansión.]

Fue la última línea de la nota. La flor oscura aquí implicaba una droga.

Medicamento que daba placer extremo pero que destruía la mente y el cuerpo del consumidor.

Había una razón por la que Tidwell tuvo que traer ese artículo a la mansión.

«Así que quieres conseguir a tus lacayos.»

Una pequeña dosis del medicamento podría conducir a una hipnosis temporal. En ese estado, inculcaría sugerencias con un discurso sutil y las hacía obedecerle.

Eso fue parte del juego de ajedrez de Tidwell.

Tidwell realmente estaba estableciendo su base en Leontine.

Con su propio método.

«Pronto alimentará a mi padre con la droga, y...»

Lavaba el cerebro a su padre para ponerlo en el registro familiar y hacerse cargo del ducado rápidamente.

Era un truco clásico, pero funcionó bien. Especialmente en el caso del duque Leontine, que no sabía nada.

De hecho, Tidwell usó este truco para ocupar Leontine rápidamente.

Ravia se tragó la nota arrugada. No fue muy agradable, pero fue la manera más segura. Si Tidwell descubrió algo sospechoso, los límites que había trabajado tan duro para disminuir podrían subir rápidamente.

— Pero como hice algo sospechoso anoche, no hace daño tener cuidado.—  Ravia recordó lo que sucedió anoche cuando regresó a la habitación después de su baño.

Ya era tarde cuando regresó a la residencia, por lo que todos estaban dormidos, excepto unos pocos sirvientes que la atendieron.

Fue una serenidad largamente esperada. Se sintió en paz porque había cumplido una gran misión, que era conocer a Herodes.

Ravia estaba sentada en la cama y sacó su libro titulado [La sofisma y la hipocresía] para leerlo antes de irse a la cama.

Planeaba dormir cuando su cabello estaba completamente seco.

Con eso en mente, estaba a punto de ir a su estantería, pero se hizo ruidoso afuera.

No fue un golpe, sino el sonido de los pasos.

Estaba tranquilo, por lo que también podía escuchar el crujir de su abrigo.

— ¿Quién viene a esta hora tan avanzada?.

Sintiendo curiosidad, Ravia abrió la boca.

— Hermana.

Pero el invitado no invitado fuera de la puerta fue más rápido.