Mami tu luz se está apagando y no te das cuenta.
Te digo que estoy cansada pero no hablo de sueño, estoy cansada de darte sonrisas falsas.
Estoy cansada de fingir que estoy bien.
Estoy cansada que después de las carcajadas lleguen esas inexplicables ganas de llorar.
A veces cuando te abrazo a vos o a papá, me dan ganas de dejar de fingir y simplemente llorar en sus brazos, derrotarme de una vez, no mostrame fuerte como siempre, dejarme consolar, derrumbarme en sus brazos y que me saquen todos los miedos, me ayuden a salir de esto y a seguir.
Pero luego me acuerdo de ese miedo que tengo de asustarlos mostrándoles lo que siento.
O ese otro miedo a que no lo tomen en serio y que se burlen diciendo que no era para tanto.
Tal vez necesito un psicólogo, pero para ir a uno tengo que pedirles ayuda, y eso significa que tengo que preocuparlos por lo que me pasa y ya tienen muchos problemas como para preocuparse por una hija que no quiere vivir pero que le aterra morir.
