v e i n t i c u a t r o

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—Hola, señor YoonOh—lo saludó con menos emoción—. ¿Va a ir a la fiesta de mi tío? —preguntó bajito.

—Sí—sabía que no le agradaba al menor, pero no esperó que llegara al grado de rodar los ojos con su presencia en una fiesta—. Iré a ayudarle a su papá... —salió de la sala sigilosamente y se recargó en la isla sin ganas.

—¿Café o té?

—Té, por favor... —dijo sin mirarlo.

—¿Estás bien?

—S-sí—sonrió de lado—. ¿Sabes por qué Jun no quiere que vaya a la fiesta del señor Seo?

—Ah, eso—llevó su mano hacia su nunca y comenzó a acariciarla—. Al parecer cuando sus amigos te conocieron, le gustaste a Yuqi—rio— y no quería invitarla porque no quería que te viera...

—Oh... —no pudo evitar reír—. Creo que la única alternativa es que me ponga una bolsa de papel en la cabeza—rio más fuerte, pero al ver que el mayor no lo hacía, se detuvo—. ¿Me tengo que poner una bolsa de papel?

—Hay otras alternativas—se encogió de hombros riendo.

—Ah, ¿sí? ¿Y cuáles son? —preguntó con la ceja arqueada.

—Evitarla durante toda la fiesta.

—No suena difícil.

El mayor negó con una sonrisa.

—Es una tontería, YoonOh...

—No es como que tenga la intención de verla, así que será fácil. No te preocupes—el mayor agradeció y siguió preparando el desayuno.

YoonOh llamó a los niños al comedor para que pudieran comer todos juntos. No pudo comer tranquilamente, ya que, el chino no le quitaba los ojos de encima. Jeno y TaeYong estaban tan inmersos en su comida, que no se dieron cuenta de ello.

—¿A qué hora nos vamos a ir, papi? —Jeno preguntó dándole el último sorbo a su leche achocolatada.

—En cuánto terminemos el pastel, mi amor. Suban a buscar la ropa que se pondrán, bájenla para que pueda plancharla y regresen a darse una ducha—acarició su cabello y se puso de pie para comenzar a recoger la mesa.

Los pequeños asintieron sin rechistar y los mayores llevaron todo a la cocina para lavarlo.

TaeYong sacó todos los ingredientes y los apiló sobre la isla, mientras YoonOh miraba asombrado.

—Aún podemos ir a comprar un pastel... —el mayor se paró a su lado.

—Lo haremos nosotros—dobló las mangas de su camisa hasta la mitad de sus brazos—. ¿Qué puede salir mal?

—Todo—rio.

—Bueno, sí—mordió su labio inferior—. ¿Hay pastelerías de camino a la casa del señor Johnny?

TaeYong asintió riendo y comenzó abriendo la gran bolsa de harina.

YoonOh echó la cabeza hacia atrás, estiró sus hombros y comenzó a medir los ingredientes. Esperaba que su memoria no le fallara y recordara al pie de la letra las recetas de su madre.

—¡Papi! —Jeno gritó desde las escaleras—. ¡No encuentro mi camisa!

—¡¿Cuál camisa?! —preguntó dulcemente.

—¡La que tiene la bolsita!

TaeYong suspiró, ya que su hijo tenía muchas camisas con esa característica.

—¡Voy! —dirigió su mirada hacia YoonOh, quien lo veía de reojo con una sonrisa—. Disculpa, ahora vuelvo...

El menor asintió sin mirarlo y siguió con su trabajo.

Bizarre [JaeYong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora