B E T R A Y A L - |Marcus Riddle|

• 1 •

Lo más difícil siempre es el comienzo, el dejar todo atrás y estar listo para un nuevo capítulo, un nuevo libro, una nueva vida.

Nunca llegué a entender eso por completo; a pesar de que mi padre siempre me impulsaba a dejar las cosas atrás cuando me hacían daño o porque ya habían llegado a su final, siempre tuve una pequeña mania que no me dejaba soltar, para mí, era difícil con él enseñándome, ahora que no está aqui, la sola idea a veces se me llega a parecer imposible.

Yo lo extrañaba demasiado, pronto se cumpliría un año desde su partida. Se fue en paz, falleció mientras dormía. Y aunque dolía el que ya no esté acá, sé que tengo que seguir adelante, sólo no sé cómo lo haré. Me siento totalmente perdida.

—Vamos, diente de león— Dijo mi hermano con una sonrisa mientras cogio mi maleta junto a las suyas, y las llevó dentro de la cual a partir de ahora sería nuestra casa.

Mi hermano mayor siempre a sido sumamente caballeroso, pero eso no quita el hecho de que tengamos bromas pesadas entre nosotros. Había un perfecto equilibrio.  Él era la viva imagen de mi padre cuando tenía su edad. Esos risos, la sonrisa sencilla, era sumamente idéntico a las fotos de teníamos de papá cuando iba a la escuela.

"Diente de León" tal vez piensen que aquel apoyo tiene un origen sumamente profundo con una historia de trasfondo excesivamente reflexiva sobre el significado de la vida. Pero no, aquel era el apodo que mi padre me puso desde pequeña por el color de mi cabello, y porque además siempre andaba soplando pequeños dientes de león en dirección de la cuál corría el viento –lo cuál casi siempre era a mí cara-

—Es mucho más grande de lo que esperaba— Le comenté a mi madre cuando entramos —¿Sólo para nosotros tres?—

Ella soltó una sonrisa triste —Cuándo éramos jóvenes, yo siempre le comenté a su padre que quería una casa grande para que pequeños niños corrieran por todo el lugar— Nos contó con un tono de nostalgia en su voz.

La relación de mis padres... en una palabra la podría responder cómo respetuosa, definitivamente eran muy buenos amigos; prácticamente los mejores.

—Oh, amo ¡Amo!— Mucho antes de poder verlo, escuché la voz ronca de alguien, quién en principio pensé que era un señor muy bajito, me di cuenta de que era un pequeño elfo con una muy grande nariz quién apenas apareció en escena se fue a brazos de mis hermano, quién no dudó en corresponderle el abrazo —¡Amo Regulus!— Exclamaba sumamente eufórico aquel elfo.

—Supongo que este es Kreacher— Comentó mi hermano con una sonrisa compasiva.

Mi madre asintió levemente, aquel elfo era el amigo fiel de mi padre cuando tenía nuestra edad, y lo fue hasta el último momento.

—Kreacher, él es Regulus Orion, el hijo de tu amo— Le dijo mi madre con alto de dolor en su voz.

El elfo al escuchar eso rompió el abrazo con algo de pena —Lo siento amo Regulus— Se disculpó bajando la mirada.

—Hey, no te preocupes, yo también lo necesitaba amigo— Le respondió mi hermano con una leve sonrisa.

Aquel elfo lo miró con admiración y tristeza, pero sabía que sólo era cuestión de tiempo para que se volvieran inseparables, mi hermano tenía la maravillosa habilidad de caerle bien a toda persona que conociera, tenía una personalidad sumamente acogedora.

—Ella es Adhara Cassiopea Black— Me presentó mi madre con el elfo, quién me miró con asombro.

—Pero dime Cassie— Le dije mientras me arrodillada para poder darle la mano —Mi padre nos habló tanto de ti que siento que te conozco de toda la vida—