Parte 1

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  • Dedicado a Sara Núñez
                                    

Hace frío. El vaho empaña la ventana y con un dedo intenta hacer un garabato pero el movimiento del camión se lo impide, exhala un suspiro frustrado y dirige su vista al frente, esperando la parada en la cual ha de bajarse.

No tarda mucho cuando el camión llega a la parada en la que ha de bajarse, hace la parada y evita por poco un pie de uno de sus compañeros, no se molesta ni en dirigirle una mirada de advertencia, sólo se apresura a bajar.

Una vez abajo observa a su alrededor en busca de la persona que su padre y su madrastra le encomendaron recibir; las personas continúan bajando del camión mientras ella sigue buscando al primo de su hermanastra.

Una mano se posa sobre su hombro y ella instintivamente se tensa preparándose para noquear a la persona detrás de ella pero al levantar su mano derecha y girarse por la izquierda alcanza a ver al individuo parado detrás de ella por lo que logra detenerse a escasos centímetros de su nuca.

No mueve el brazo, se queda ahí con su brazo listo para noquearlo pero se queda mirando fijamente a unos ojos marrones que parecen tenerla hipnotizada.

-¿Vas a bajar el brazo o estás optando por terminar de noquearme?- Pregunta con diversión el muchacho aún a costa de poder terminar inconsciente.

La voz del muchacho la despabila de su trance, baja el brazo y saca una fotografía del bolsillo trasero de su pantalón estilo militar y observa la imagen comparándola con el muchacho que tiene frente a ella.

-¿Eres Marco? ¿El primo de Felissa?-

-Sí, soy yo. Supongo que tú eres la hermanastra de Felissa o, ¿me equivoco?-

-No, supones bien, soy su hermanastra. Vamos, te llevaré a la casa.-

Ella se gira y se encamina sin esperar respuesta, confundida por su aparente reacción, nunca antes se había detenido de noquear a una persona por más familiar que fuese, quizás por fin estaba controlando sus impulsos.

-¡Hey, espera!- Marco corre hasta alcanzarla, ya que ella (con su paso veloz) había avanzado una distancia considerable. –No me has dicho cómo te llamas-

-Si Felissa no te lo ha mencionado no veo razón para yo hacerlo- Responde sin emoción aparente siendo que su pulso se había disparado y no lograba descifrar la razón de ello, quizás el no terminar de noquearlo le está afectando más de lo que cree pues la adrenalina de un buen golpe no ha sido disipada.

-Pero… ¿No son normas de cortesía el presentarse con el nombre y apellido?- Pregunta con tono insistente Marco.

-De acuerdo - suspira derrotada – Me llamo Marina –

-¿Y el apellido? –

-Ese ya lo conoces, no hay necesidad de mencionarlo-

-ok -

Marco se para directamente frente a Marina y le ofrece su mano para un apretón, ella duda durante un momento, pero al final cede y extiende su mano, no obstante, al entrar en contacto ambos sienten un toque potente mas ello no les impide darse el apretón de manos.

Marina observa sus manos unidas para después levantar la vista y encontrarse nuevamente hipnotizada por los ojos de Marco y ver intriga en sus ojos, “parece que estos meses que esté aquí serán un poco más entretenidos” piensa Marina mientras aparta la vista junto con su mano y prosigue su camino.

Promesa cumplidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora