Bizarre [JaeYong]

v e i n t i o c h o

Comenzaron a comer mientras charlaban animadamente de cualquier cosa, menos de YoonOh y de su novio.

ChaeYeon llegó a mitad de la comida con un par de regalos para YoonOh. El chico los recibió con una sonrisa y dejó que su hermana tomara algunas fotos con y sin su amiga.

Cuando la noche cayó, YoonOh se despidió de todos sus invitados agradeciéndoles por haber ido y por sus obsequios. La última en irse fue su amiga, quien esperó a estar a solas para hablar con él.

—YoonOh—lo llamó tímidamente—. ¿Lo que dijiste en la mañana fue cierto?

—¿Uh?

—Sobre ayudarme en casa.

—Oh, sí, claro—sonrió mostrando sus hoyuelos—. ¿En dónde te estás quedando mientras?

—En casa de una amiga—se encogió de hombros—. A las afueras de la ciudad...

—¿Tienes auto? —la chica negó—. Déjame llevarte.

—Oh, no, no—comenzó a negar con la cabeza y las manos.

—No es nada—esbozó una sonrisa.

El trayecto fue tranquilo y solo se escuchaba la voz de la chica dándole direcciones a YoonOh. Luego de despedirse y de intercambiar números con su amiga, volvió a casa.

El lunes por la mañana, revisó su teléfono y tenía un par de mensajes de TaeYong y de ChaeYeon. La chica lo citó en su antigua casa para comenzar con la remodelación y su novio le deseó un buen inicio de semana.

Por la tarde, su jefe le comentó que habría una junta con ejecutivos el jueves y, por ende, saldrían temprano todos los empleados, incluyéndolo. De inmediato llamó a su novio para darle la noticia y preguntarle si podía ir. Por supuesto que TaeYong accedió.

En cuanto volvió a casa, ChaeYeon ya estaba esperándolo en la sala con su hermana. YoonOh subió a su habitación para ponerse ropa más cómoda y al bajar, se fue con la chica.

Iniciaron haciendo una limpieza profunda de toda la casa. Quitaron capas de polvo y telarañas por doquier. Dieron las once de la noche cuando al fin terminaron. YoonOh volvió a casa y se acostó rendido luego de darse una ducha.

Esperó pacientemente a que el jueves llegara. Pensaba pasar a comprar algunos aperitivos para no llegar a casa de los Lee con las manos vacías, pero sus planes fueron interrumpidos porque ChaeYeon le pidió que la acompañara a comprar algunas cosas para la remodelación.

YoonOh torció una mueca y se disculpó para ir al baño a hacer una llamada.

—Hola. ¿Ya vienes? —preguntó alegre—. Para esperarte a comer...

YoonOh golpeó su frente contra la puerta y suspiró.

—No te había comentado, pero ¿recuerdas de la amiga que tenía y que se mudó? —el mayor asintió—. Volvió el sábado y he estado ayudándola a remodelar su antigua casa... quiere que la acompañe a comprar algunas cosas... ¿te molestaría que nos viéramos otro día?

—Oh... no te preocupes. Claro que puedes venir otro día... y me alegra que haya vuelto—dijo sinceramente.

—Trataré de ir el fin de semana.

—Sí, no te presiones. Cuando puedas.

—Te lo recompensaré.

—No es necesario—rio—. Cuídate, ¿sí?