Overlord Volumen 1: Nuevas entidades, nuevas amenazas

Capítulo 6

La temperatura empezó elevarse gradualmente de forma casi imperceptible, ese hecho se aplicaría para cualquiera con débiles capacidades perceptivas como los seres humanos en comparación con las otras razas, para cualquiera de la época sería sencillo ignorar tal cambio en el entorno, por desgracia para su nueva raza esa insignificante perturbación en el ambiente no era fácil de silenciar, no de la forma que pasaría inadvertido para los sentidos limitados de un simple humano, aun así fiel a su antigua naturaleza tercamente se opuso a los instintos informando de la leve alteración de la temperatura que iba incrementándose lentamente, inútilmente trato de suprimir el impulso que le susurraban sus sentidos.

Seguidamente, en respuesta a ese ligero cambio en el ambiente, vibrantes y ligeros sonidos se manifestaron.

Chapoteos, ondas, aleteos.

Y unos bulliciosos graznidos a la distancia.

Movimientos llegaron a ella, captados como continuas ondas de choque de agua, se fueron alterando poco a poco, mucho más potentes que antes, eran las señales de vida de criaturas inquietas y vivaces, la intensa sensación de incontrolables movimientos revoltosos, estremecieron y rompieron la imperturbable tranquilidad del lago. Desvaneciendo la delgada capa de su conciencia, exigiéndole que regresara.

Abrió los ojos, o eso creía, la vista del mundo se aclaró en un resplandeciente cielo celeste puro, cuerpos blancos irregulares vagaban perezosamente al igual que sombras pequeñas y aladas se lanzaban en distintos trayectos, el cantico veraniego del viento y los animales se oían en las cercanías, era una vista totalmente diferente al oscuro profundo repleta de relucientes luces de hace unas horas.

"Ya amaneció", logro deducir en su rápida evaluación, y según comprendía el sonido ambiental que la despertó no se parecía en nada al estruendoso despertador en su velador, no era su casa de frio cemento lo que la recibió, ni descansaba sobre su blanco colchón de años o envuelta en las suaves cobijas, no había nada familiar de su antiguo hogar, no, no había vuelto, "¿cuánto tiempo pasó?", se preguntó sin querer recibir una respuesta sincera a eso, si tomaba en cuenta el tiempo que transcurrió en el juego y como estimaba la duración de su siesta en la que permaneció ajena a todo lo demás, midiéndolo y adecuándolo con el tiempo que debió haber pasado en el mundo exterior, ya era tarde, muy tarde.

Una ola de molestas emociones la recorrió solo para ser amortiguadas rápidamente antes de explotar, debido a algo nuevo en ella, o mejor dicho todo en que respecta su reciente sentir de sí misma era algo nuevo por no decir inquietante y atemorizante.

Menos mal el constante contacto del lago con su suave densidad complemento a su supresor emocional lo suficiente como para tranquilizar su mente, volviéndola a un enternecedor estado, tanto así que pudo pasar por alto los compromisos que se suponía que tenía, apañándoselas como una despreocupada infante en permanecer donde estaba por más tiempo pase lo que pase, sin planes de desprenderse de su cómoda posición, quien quisiera, cualquiera que lo experimentara como ella lo hacía ahora lo comprendería, por más grandes que las preocupaciones o el llamado de las responsabilidades fuesen, sería una dura decisión abandonar el acogedor lugar, sería muy cruel obligarla, ella no llegaría a tales extremos consigo misma.

Inhalo y luego exhalo cálidamente, a pesar de ser tener un cuerpo con capacidades y necesidades muy diferentes al de antes, este respondió conforme las memorias del anterior. Así decidió pasar el tiempo que consideraría suficiente flotando sobre el agua.

No había nada que le impidiese seguir en ese estado, verla tan tranquila y silenciosa haría pensar a cualquiera que está pensando profundamente, pero en realidad intentaba todo lo contrario, no deseaba pensar en absolutamente nada, quería olvidar todo, volver a apartarse y despejar totalmente su mente de cualquier pensamiento molesto, desde reflexionar acerca los eventos que la llevaron a esta situación hasta la pregunta de donde están o que hacían sus acompañantes que aún no habían ido a buscarla o siquiera haber escuchado un mensaje preocupado de parte de ellos, era un poco desalentador que no se hubieran tomado la molestia. Siendo sincera tampoco deseaba ser interrumpida por esa simple razón.