18. [Paseo por Aspen]

Începe de la început
                                    

— ¿Perdón? ¿Qué está insinuando? Señorita Jiménez, me refiero a alguna cantidad de dinero, que usted patrocine mis proyectos o que sea algo en beneficio mutuo, no a nada sexual, me voy a casar.

— Pues yo puedo darle lo que quiera, sigo dispuesta y no voy a retractar mi pensar.

— Mire señorita Jiménez... — me interrumpió.

— Solo piénselo, llámeme cuando tenga la respuesta — La morena besó la comisura de mi boca, casi mis labios y se marchó, meneando su trasero, un trasero grande y provocador a la viste de cualquier hombre.

Sin darme cuenta tenía la tarjeta en la mano con su número de teléfono, la chica sabía cómo jugar sus cartas.

[ En el presente ]

Dejé el auto estacionado, salí de este y una ola de frío me invadió, deseaba abrazar a Leanne, besarla y dormir entre ese cuerpo que me tenía loco. 

Después de haber pasado por el recibidor y comprobar mi identidad, subí en los ascensores, abrí la puerta de la habitación y ahí estaba ella, mi pequeña Leanne dormida envuelta.

A pesar de tener calefacción hacia frío y ella tenía mucho, eso se notaba. Quité con cuidado mi ropa, sin intentar hacer ruido con al cinturón al caer al suelo. Una vez en bóxers, caminé al clóset por una pijama abrigadora. Hacía mucho viento, era imposible dormir casi desnudo con un clima así. Al estar listo y con los dientes lavados, me acosté con Leanne, tomé su cintura y la abracé. No caería en tentaciones, mi lugar estaba con mi chica, mi dueña, la futura socia de mi empresa.

« No la decepciones Eliot »


(..........)



— ¿Por qué estás tan callada? — Tomé un sorbo de mi café, después de una mañana complicada, y de haber dormido nada, había comenzado desde muy temprano con reuniones.

— ¿No piensas desayunar en paz? — Leanne miró mal mi mano, no había soltado el celular y menos la laptop.

— Tengo mucho trabajo, tomo café y reviso algunas correos pendientes, mato dos pájaros de un solo tiro.

— No me parece, deberías desayunar con tranquilidad.

— Si termino esto, podremos pasear. — Insistí.

— Tienes razón, ¿Cuándo nos vamos?

— Mañana a primera hora. En la tarde tengo otras reuniones en la empresa.  — Cambié de tema — ¿Cómo van tus diseños?

— No tengo idea, he estado tan distraída que el último que diseñé fue la semana pasada.

— Eso es irresponsabilidad.

— Lo sé, cuando lleguemos intentaré ponerme al día, además Sary me está ayudando con los pendientes.

— Eso espero, prefiero que te ayude ella y no Kathie, es un desorden andante — Leanne negó y se sintió incómoda por mi comentario a su amiga. Aún así se veía bellísima recién levantada.

— ¿A dónde iremos hoy? — Dijo mi chica.

— No lo sé, ¿Tal vez a esquiar en la nieve?

— Será divertido.

— Y también hará frío, así que abrígate.

— Claro — Leanne se levantó de la mesa, besó mi mejilla y luego habló. — iré a ducharme — Asentí hacia ella y seguí con mi trabajo, tenía que terminarlo.


(..........)

El clima estaba en nuestra contra, hacía demasiado viento, no era seguro esquiar así, nuestros  planes habían salido mal, el señor a cargo de las motos decidió que no era prudente esquiar con un clima tan elevado y tan terriblemente frío, por nuestra seguridad y del equipo que se encargaba de que todo estuviera bien. Teniendo un mal día tuvimos que devolvernos al hotel, pues iban a cerrar las calles, por la fuerte tormenta.

Leanne iba callada, tal vez se había puesto triste, pues nuestra idea era esquiar toda la tarde antes de irnos, pero el clima no era lo adecuado.

Al llegar al hotel, ambos subimos, encargamos comida china y nos pusimos cómodos a ver películas, alquilé una, nos acomodamos en el sillón grande y así acabamos nuestra tarde, acurrucados.




(............)




— ¡Dame más duro! — hundí más mi miembro en su apretado agujero. La morena de senos grandes no dejaba de gemir, de pedir más, rogaba porque no dejara espacio en su piel sin penetrar.

— Así papi.... así..... más — jalé su cabello fuerte, para que mi pelvis tocara la suya, su ano se abría cada vez más, mientras mi miembro daba  paso en su interior, tres dedos se colaron por su vagina, penetrando a la vez sus dos lados.

— ¿Te gusta? ¿Te gusta así? — seguí empujando, sus gemidos no paraban, mis dedos salieron de su interior para admirar la hermosa obra delante de mí.

La morena de cuatro patas, acostada en la cama, mientras su trasero absorbía mi miembro, me apretaba a sus paredes y sentía que me ordeñaba con toda su fuerza, tremenda hembra con el culo en pompa, sus piernas abiertas y ella misma masturbándose a la vez.

« Tremenda fantasía sexual »

« Nunca había tenido sexo anal con Leanne »

« ¡Joder! ¡Ella no es Leanne! ¡Le fui infiel! »

« Mierda »

« Mil veces mierda »

Y así de pronto desperté, desperté de un sueño demasiado erótico, algo normal que no soñaba, por culpa de la propuesta tan tentadora pero a la vez tan arriesgada de aquella morena, Por primera vez en mi vida había soñado algo en donde Leanne no era la protagonista.

Mi preciosa futura esposa dormía conmigo, al lado, sin saber mis intenciones con la mujer de grandes pechos, casi amanecía y debíamos tomar el vuelo de vuelta.

« ¿Qué haría ahora? »

« ¿Sería capaz de engañar a Leanne? »

« No lo haría »

(........)







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Oscuros Pecados ©Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum