Amor sin Materia. [Miku Nakano X Tu]

Capitulo 1.

—¡Cuidado, alejense!— Grita una voz masculina desde afuera del auto.

Y de ahí, lo único que vi, fue una luz blanca...

[...]

—¡Hijo, despierta!— Exclama mi madre desde su habitación.

—Pero que sueño más raro...— Mumuré mientras rasco mis ojos.

Yo estaba durmiendo cómodamente en el sofá de la sala, ¿ahora que coño quiere?

Me levanto del sofá y camino a su habitación, con un fatiga que claramente era imposible de disimular.

—¿Que pasa?— Pregunté.

—Tu padre no podrá venir hoy, hace que haz la cena— Responde mi madre.

Maldita sea, apuesto a que ese viejo está revolcándose con su asistente de trabajo otra vez.

—Lo que tu digas, madre— Digo con desinterés para luega irme de ahí.

Detesto cuando escuchaba a mis padres pelear a cada maldita hora en mi casa, se peleaban porque una estúpida luz de la sala de estar estaba prendida.

Se peleaban porque no había suficiente queso.

Se peleaban porque la tapa del inodoro estaba arriba.

¿Y a quien creen que culpaban? Obviamente a mi, cuando en todo este tiempo he estado encerrado en mi cuarto.

Algo que también me molestaba mucho que hicieran es que me dijeran que confiara en ellos, cuando ellos nunca han hecho algo como para ganarse mi confianza, que estupidez.

Aveces desearía irme a dormir y jamas despertar, mi mayor deseo hasta ahora.

Odiaba

mi

vida.

Entro a la cocina y me dispongo ha hacer la cena, me tienen como una cenicienta asquerosa, maldita sea mi vida.

Pero... ¿Que fue ese sueño que tuve? ¿Que hacía en el cuerpo de esa chica? ¿Quiénes son Ichika, Nino, Yotsuba e Itsuki? ¿Y de quién es el cuerpo de la chica en la que me encontraba? Vaya que era hermosa...

¡¡Agh, idiota!! ¡Eso fue solo un sueño!

Después de tantas quejas, simplemente me pongo a cocinar.

Lo que quedaba del día no dejaba de pensar en ese sueño que tuve, de verdad es demasiado extraño, lo sentí tan real, las heridas que tenia el cuerpo me dolían como si fueran reales y sentía como mis piernas eran nada más que una masa de pizza.

Así que apenas termine la cena, me fui a ver la televisión mientras devoraba mi cena como si no hubiera una mañana.

—Noticia de última hora: Hace unas horas, ocurrió un accidente automovilístico en la intercesión de Kamakurabashi, en el centro de la ciudad de Tokyo, se han reportado 5 personas fallecidas, todas de genero femenino y al parecer hermanas...— Se escucha en la televisión.

Una parte de mi quería saber el nombre de esas chicas fallecidas, me llenaba de tanta intriga ver ese auto volcado, quiero saber más... ¡¡QUIERO SABER MÁS!!

—¡Tu, niño estúpido!— Genial... Mi padre llegó, y ebrio. —¡Deja de ser tan vago y haz algo por la casa, inútil de mierda!— Me grita mientras me apunta con su dedo.

¿En serio me viene a decir eso? Idiota, hice de todo hoy en la casa mientras tu te estabas cogiendo a una de tu trabajo.

—Como sea...— Hablé con desinterés sin siquiera mirarle la cara.

Mi padre suspira, se acerca a mi y me da un puñetazo.

—¡¡ESTA ES MI CASA, Y HARÁS LO QUE YO TE DIGA!!— Grita mientras me da otros golpes.

Escucho a mi madre acercase.

—¿Que esta pasando aquí?— Ella habla.

—¡El inútil este que no hace nada por la casa!— Grita el viejo.

Mi madre me mira. —La verdad no me sorprende de el— Bufa.

—¡Y tu también de inútil que no haces algo para que el desgraciado haga algo!— Siguió gritando. Puta madre, ya callate.

—¡A mi no me incluyas en las cosas que el pendejo este no haga!— Oh genial, ahora esta me va a tirar mierda.

Te hice la maldita cena mientras tu estaban en el teléfono.

Escuchaba como mis padres se insultan sin parar, el volumen de su voz aumenta cada vez más, hasta el nivel de aturdirme los oídos.

—¡¡YA ES SUFICIENTE!!— Grité.

Los dos se quedaron callados.

—¡¡ME LARGO DE AQUÍ, TOMARÉ EL DINERO QUE MI ABUELO ME DEJÓ Y JAMÁS REGRESARÉ!!— Sigo gritando mientras me voy a mi habitación a hacer una maleta, de verdad ya no aguanto más.

Tome lo primero que vi de ropa, las cosas que consideraba importantes y más nada, fuí maldecido con una maleta pequeña.

Pero... solo me importaba irme de ahí.

Gracias, abuelito. Gracias a ti, no aguantaré más a este par de viejos inútiles.

—Si cruzas esa puerta, ni se te ocurra volver...— Me dice mi padre al ver como abro la puerta de la casa.

—Por mi es mejor...— Dije para seguidamente salir de ahí.

Joder, no recuerdo que salir de esa casa se sentía tan bien...

¿Que es lo primero que tengo que hacer? Claro, comprar una casa, gracias a la gran cantidad de dinero que mi abuelo me dejó, podré hacerlo fácil, y con 20 años de edad aun más.

Agarro mi teléfono y llamo a un taxi para que me lleve a un mobiliario y así comprarme una casa, no quería la gran cosa de todos modos, así que no tendré que preocuparme por ello.

Minutos tras minutos y finalmente llegué al mobiliario, hablé con quien me atendió y pedí mi casa, en los exteriores de Tokyo, de verdad quería alejarme lo más posible de la ciudad.

Y, la obtuve.

Una casa de dos, un tanto pequeña pero lo suficientemente acogedora.

Tomo mi maleta y voy a instalarme rápidamente, y por suerte estaba amueblada, así que no tendría que preocuparme mucho por que este vacía, aunque si necesita un par de arreglos, y también quería darme mi toque.

Pero eso lo dejaré para después, en estos momentos lo único que quiero hacer es relajarme y dejar atrás todo el atormento de mis padres e iniciar mi nueva vida independiente.

Aunque... estar en esa casa hace que me den escalofríos repentinos.

Y una sensación de que estoy siendo vigilado...