Jessica tenía claro que él estaba prohibido. Que nunca podría mirarlo con otros ojos, por muchas razones. Era mucho mayor que ella, es el mejor amigo de su padre y el padre de su mejor amiga.
¿Complicado no?
Pero el destino tenía otros planes para e...
Veo como Dominik se va, cuando miro a Riley está sonriendo y con una ceja alzada.
- No digas nada -la señalo.
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La fiesta a comenzado hace cuarenta minutos, eso me dijo Riley en el mensaje que me envió hace pocos minutos. No la he visto desde ayer que me dejó en casa de mi tía. Yo ahora estoy encerrada en el baño, vomité una dos veces y aún siento que en cualquier momento lo haré otra vez.
Una vez me siento bien entro a la ducha y tardo unos veinte minutos dentro de esta. Al salir seco mi cuerpo y luego me pongo crema. Me pongo la ropa interior y luego tomo el vestido que había dejado sobre mi cama. Me lo pongo y me miro en el espejo, al ser ajustado a mi cuerpo se nota como he empezado a echar más cadera.
Me hago una cola alta y me maquillo, el vestido es de color rojo vino, con escote pronunciado. Me pongo los tacones y tomo mi bolso y el regalo.
Al llegar a la mansión Marshall, la música me recibe. Por lo que supe, la madre de Dominik fue quién quiso que su hijo hiciera la fiesta en la mansión y no en una de sus propiedades.
Aún se poco de Dominik, lo poco que hemos hablado es para saber nuestros gustos, edades y demás.
Lo busco con la mirada, o más bien busco a alguien que conozca.
Danae aparece, está bebiendo algo. Me acerco a ella y toco su hombro, cuando se da vuelta admiro lo bella que se ve. Los hermanos Marshall son muy atractivos.
- ¡Hey! ¿Sabes dónde está, Dominik? -le pregunto alzando la voz, para que pueda escucharme por encima de la música.
- En su habitación -responde y vuelve a darse la vuelta.
Asiento a pesar de que ya no me mira. Trato de pasar por el medio de las personas sin terminar recibiendo un codazo o que me echen la bebida encima. Llego a las escaleras y subo mientras me arreglo el vestido. Con cada paso que doy el vestido se sube un poco más, por lo que debo bajarlo de vez en cuando.
No sé cuál es su habitación, por lo que voy abriendo todas las puertas. Me quedo unos segundos en la puerta de una de las habitaciones luego de que la abro, es un estudio y alguien a dejado una pintura a medio hacer. Pero aún así me asombra lo bien que lo hace.
Cierro la puerta y sigo en mi búsqueda del cumpleañero, entregarle el regalo y tal vez irme. No me siento muy cómoda aquí, no conozco a nadie y no tengo razones para celebrar. Al abrir la última puerta me quedo paralizada, la vista que me están dando justo ahora es...
No tengo palabras para ello.
Una rubia le está haciendo una mamada a Dominik, quién está de pie junto a la cama y sostiene la cabeza de la chica mientras él tiene sus ojos cerrados.
Lo está disfrutando bastante el hijo de puta.
Al escuchar que le puerta se abre, eso les espantó el momento. Se sube rápidamente el pantalón y la rubia me mira mal.
- Feliz cumpleaños -le lanzo la bolsa de regalo a la cama.
Me siento enojada, teníamos un trato. Yo no quiero ser la cuernuda de nadie, menos después de todo lo que a pasado.
Salgo de la habitación sin darle tiempo hablar.
¿Para qué?
No necesito explicaciones a lo que está bastante claro. Mientras me acerco a las escaleras pienso en lo desastrosa que se a convertido en mi vida. Embarazada de otro y comprometida con el tipo que no conozco solo para poder darle paz a la persona que amo. Pensé estar enamorada de otro, pero una vez lo ví con mi mejor amiga ese amor se fue a la mierda. Confirmé que lo que sentía por Charlie no era amor, aún así me molestó lo que pasó.
Tal vez debería quedarme sola, alejarme de los hombres un tiempo y dedicarme complemente a mí y a mi bebé.
Al llegar al primer piso empujó a las personas que bailan y beben, para ser niños ricos, son peores. Estoy segura que hasta están drogados.
Veo la sonrisa maliciosa de Danae, ella sabía lo que su hermano estaba haciendo, aún así dejó que subiera. La miro de arriba abajo con desagrado y salgo de la mansión, escucho que alguien me llama. Al darme vuelta veo a Riley acercarse a mí.
- ¿Apenas llegas? Dominik te a estado esperando, se nos a perdido pero seguro...
- ¿Cómo me esperaba? ¿Con una chica haciéndole una mamada?
Riley abre grande los ojos. Por el rabillo del ojo lo veo acercarse trotando, con su primo detrás de él. Román no parece muy feliz.
- Yo ya me voy -le digo justo cuando él llega con nosotras. Me doy vuelta para irme pero el toma mi brazo haciendo que de vuelta nuevamente y quedemos frente a frente. Me suelto de su agarre con brusquedad- Suéltame.
- Venga, deja que te explique.
- ¿Que me vas a explicar? ¿Que rompiste nuestro puto trato? -lo encaro.
- Lo sé, pero también debes entender que tengo algunas... necesidades.
- Mira, seré bastante clara -me saco el anillo de compromiso. Con tanto discutir algunas personas han salido de la casa y nos miran, chismosos- No quiero una boda contigo, no quiero nada contigo. Teníamos un compromiso y lo rompiste, simplemente se acabó.
Le lanzo el anillo al pecho, el como puede logra sostenerlo y me mira apretando la mandíbula. Me acerco a él para susurrar solo para nosotros.
- Y dale gracias a Dios que no deje claro delante de todos, que rompiste nuestro puto trato solo por una simple mamada. Búscate a otra que se aguante tus juegos de adolescentes, ya estamos bastante grandecitos.
Riley toma mi mano y juntas nos vamos hasta donde está su auto. Una vez dentro me pongo el cinturón y miro por la ventana, él está mirando el anillo mientras su otra mano está echa puño. Al levantar la mirada, miro a otro lado.
Que se resuelva como pueda, yo veré como sacarle de la cabeza a mi abuela esa estúpida idea del compromiso.
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Holi.
Disculpen que no había actualizado antes. Mi hijo tiene varios días enfermito y debo estar todo el tiempo pendiente a él.
No tengo como agradecerles tanto apoyo y el estar tan pendiente de esta historia. Espero me entiendan si me tardo.
