Los días pasaron rápido, Ángel tenía bastantes amigos y ¿Sabés lo que significa? ¡Si, adivinaste! Muchos cumpleaños y tener que comprar regalos ¡wuuu! Tu cuenta bancaria brinca de emoción. Te encontrabas comprando un regalo para la fiesta N°5 de cumpleaños este mes, temias por los siguientes meses tantos regalos son mucho dinero.
Llegaron un poco tarde al cumpleaños, pero al menos sin las manos vacías. Saludaron a todos y Ángel fue a jugar con el resto de niños, tú te dispusiste a hablar con los padres, y de hecho uno llamó tu atención, era muy guapo casi parecía modelo, tendría unos 35 años más o menos y para rematar muy buen estilo. Para suerte tuya él se acercó a ti, con paso seguro pero relajado.
-¿Es al primer cumpleaños que viene? - te preguntó de forma amigable mirandote a los ojos. Se presentó su nombre era Valentino Casanova.
-No, es el quinto. - comenzaron con esa pequeña charla. No sabías como pero ya estaban hablando de un montón de cosas.
-Entonces ¿Tuviste a tu hijo a los 19?- te preguntó curioso, reíste un poco antes de contestar ya te pasó un par de veces y no te molesto, eras joven así que la pregunta era normal.
-No, no, soy la tutora legal de Ángel, aunque lo quiero como uno.- ambos rieron un poco. - ¿y, tú tuviste al tuyo a los 27?- él asintió con una sonrisa, te contó que lo tuvo joven con su primer amor, pero que al poco tiempo del nacimiento de su hijo se separaron, su ex pareja no quería hacer una familia tan joven y en una noche ella se había ido. Valentino volcó todo su amor y atención a su hijo, lo que para gusto tuyo él estaba soltero, y él mismo te dijo dando una pequeña pero clara señal de interés en ti.
Ángel veía todo eso con los ojos abiertos, su pecho dolía, verte sonreír a ese hombre lo enojaba enormemente. Una fugaz idea prendió la bombilla en su cabecita.
-¡ Aaaaa! ¡Me duele! - el grito de Ángel te alertó de inmediato.
-¡Ángel! - corriste en su ayuda, se avía caído del trampolín rompiéndose un brazo. - Con cuidado, ten muerde esto si te duele. - le diste un lápiz para morder y con mucho cuidado amarraste una tabla pequeña en su brazo, no tenía que moverlo hasta que un médico lo viera.
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Esa no fue la primera vez que Ángel se lastimaba para obtener tu atención, se dio cuenta de que eso le funcionaba porque siempre correrías a su axilio. Más no impidió que tú y Valentino se hicieran cercanos, eso lo deseperaba mucho, quería tu atención a toda costa. Escuchar de tu boca su nombre lo hacía feliz, aveces te decía que cuando él sea más grande se casaría contigo, tú te lo tomabas como un juego de niños pero él iba muy en serio.
Comenzó a celarte mas, cada vez que Valentino estaba serca de ti Ángel se ponía en medio o se sentaba arriba tuyo, te pedía cariño, que le acariciaras la cabeza o algo, todo lo posible para que no le prestes atención a Valentino. Tú no le contaste todavía de tu nueva relación con Valentino a petición del mismo, quería primero llevarse bien con él, pero para Ángel eso nunca iba a pasar.
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Ángel se encontraba haciendo la tarea en su cuarto y tú cocinando la cena de esta noche, invitaste a Valentino y su hijo a cenar, pues por fin les dirían de su relación.
Ángel dejó lo que estaba haciendo al escuchar la puerta principal siendo abrierta, sigilosamente bajo las escaleras encontrándose con el hijo de Valentino, ambos subieron a su habitación a jugar, pero Ángel no quería dejarte sola con Valentino y solo porque le diste un besito en la cabeza aceptó.
-Oye ¿Tu papá tiene pareja? - necesitaba sacarse esa duda de encima.
-¿No te lo han dicho? Mi papá y tu mamá son pareja. - esa confesión lo enloqueció.
-No sabía. Oye ¿quieres que te muestre algo? Está en un árbol en el patio trasero. - dijo este sonriendo.
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-Sabe, no puedo creer esto ¿que clase de monstruo haría algo así? - no podias siquiera mirarlo a través del cristal a los ojos del asco, todo el amor que sentías por él se fue esa misma noche.- De verdad me das asco, maldito enfermo. - decías herida y decepcionada.
-¡Yo no fui, te lo juro, por favor créeme! - te decía casi muriendo de la desesperación que sentía. - ¡Créeme por el amor de Dios! - ya era tarde tu ya te marchaste, no querías verlo. Ese monstruo merecía la cárcel.
-Vamos. - tomaste la mano de Ángel y el hijo de Valentino para por fin irte de ese lugar.
Resultó que la historia que Valentino te contó sobre su esposa era mentira, si, era verdad que fue su primer amor, pero no su primera víctima. Valentino era un estafador, engatusaba a las mujeres con su encanto y cuando ya les drenaba todo su dinero como si nada desaparecía. Lo mismo quería hacer contigo, pero Ángel lo descubrió por casualidad y aprovechó eso para por una vez y para siempre deshacerse del muy bastardo.
Decidiste tomar la custodia de su hijo, verlo en un horfanato o una casa de acogida te partía el corazón, nunca se sabe lo que le podría pasar y además Ángel te insistió.
-No te preocupes T/N cuando sea grande no te volverás a enamorar de un imbécil ¿Sabes por qué? - te dijo Ángel mirándote con sus grandes ojos. - Porque cuando yo crezca seré tú esposo. - dijo este muy confiado.
-Entonces date prisa, porque te pueden ganar y comete las verduras, que te ayudaran a crecer más rápido. - no sabías que pensar, sólo reíste y continuaste comiendo. Sin notar la enfermiza esperanza que crecía en él.
