capitulo 39

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Payton Moormeier.

Me encontraba esperando a tn, la llamada que habíamos tenido había sido muy rara, la manera en la que actúa ha sido demasiado extraña, nos hemos desentendido demasiado las últimas semanas, es desconcertante para mí descifrar el cómo tratarla. No sé que le sucede, si necesita algo, tiene algo o le pasa algo. Simple y sencillamente no lo entiendo.

Por otro lado, no quita que no la sigo amando, no quiero sonar cursi pero ella de alguna forma es de las personas más importantes en mi vida, veo en nosotros que es imposible romperse. Es como si estuvieramos esposados y la llave de está estuviera por alguna parte del océano.

Luego de unos minutos, saturados de profundos pensamientos, la vi, a lo lejos con ropa deportiva y una pequeña coleta que terminaba en su nuca, se había cortado el cabello y se veía precioso. Al instante nuestros ojos se encontraron con deseo, hace semanas que ni siquiera nos habíamos visto por videollamada.

Se acercó, -- hola... -- dudó pero me dio un beso en la mejilla

Reí desconcertado, -- solo eso?

-- el carro está afuera -- iba a dar un paso adelante pero la tomé del brazo

Jadeó, - Payton el auto está mal estacionado y --

La pegué más a mi haciéndola estremecer, -- salúdame bien y salimos de aquí -- advertí con una sonrisa torcida

Un color carmesí se había empoderado de sus mejillas.

Volteó a sus costados, -- y si hay gente tomando fotos?

Bufé, -- y? Si nos ven mejor, que vean cuánto nos amamos... -- pose mi mano en su cintura, -- si sabías que hay gente que ya sabe de ti y de lo nuestro?... Y que además quieren ocupar mi lugar?

Tn

Cómo no saberlo? Si me atacan por eso...

-- ellas quieren quitarme de tu lado también... -- agregué firme

Bien.

Eso sonó demasiado tóxico para ser yo.

-- bueno entonces demostremos les que somos inseparables... -- sus labios rozaban con los míos

De alguna manera eso me impulso a hacerlo, lo besé, quería mostrar una postura fría con el pero me fue imposible, estaba enojada pues me contestaba cada que se acordaba.

Estamos hablando de cada tercer día.

Eso era agobiante.

Fue un beso largo, lengua con lengua, coordinadas una con la otra, parecía que todo a nuestro al rededor había desaparecido, con una mano acariciaba mi rostro mientras con la otra me aferraba a el.

Un beso necesitado.

Eso era.

Un beso necesitado de dos almas necesitadas.

Almas gemelas.

Nos soltamos y la forma en la que me miró me hizo sonrojar. Algo que no había hecho hace tiempo.

Tomó mi cintura y comenzamos a caminar a la par. Llegamos al auto.

-- Yo manejo, no te preocupes --. Me abrió la puerta del copiloto

Rodeó el auto mientras se ponía sus gafas de sol. Como toda una figura pública, se veía ardiente. Subió al auto y finalmente arrancó.

-- Me gusta como te ves con esa ropa --. Posó su mano en mi muslo

Sigue soñando Moormeier - Payton MoormeierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora