•[Indirectas]•

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El amor nunca es fácil de comprender, es complicado, y en ocasiones aterrador el solo pensar en un sentimiento que te haría comportar como un completo idiota. ¿Qué tan difícil es tener agallas y decirle a esa persona lo que sientes?... Pues, creanlo o no, para cierto chico es mucho más complicado de lo que parece. 

Zim nunca se caracterizó por ser un "maestro" en cuanto a comprender el comportamiento ajeno se refiere. Para el castaño, las personas son sumamente complejas... Claro, con contadas excepciones; una de ellas siendo su mejor amigo, Dib Membrana. Había pasado ya un tiempo desde que su amistad comenzó, y era claro que el ojiazul no podía estar más feliz por ello, ¡finalmente tenía a alguien en quien podía confiar!.

Sin embargo, es claro que la felicidad no perdura para siempre, y (por desgracia) aquel incomprensible sentimiento fue el encargado de "mandarlo todo al carajo".

[...]

—Oh ¡Ho-Hola, Zim!– Saludó el de gabardina, inconscientemente pudo sentir una leve y estúpida sonrisa  plasmándose en su rostro.

El contrario respondió a ello con una pequeña risa al notarlo, debía admitir que le parecía ciertamente gracioso cuando el pelinegro hacía esa clase de cosas. Fue así como, ahora con una sonrisa en su rostro gracias a él, ambos amigos ingresaron al plantel.

Por su parte, Dib sólo podía maldecirse internamente ante tal estupidez, no era ningún imbécil, honestamente procuraba ser un poco más "sutil" con esa clase de comportamientos dignos de un idiota enamorado. Sin embargo, él más que nadie sabía que Zim no era precisamente el tipo de persona que captaría una indirecta tan fácilmente, así que aunque el azabache quisiera mantenerse sutil... Era claro que no podría evitar que la inconsciente ternura del contrario lo "derrumbara" (por decirlo de algún modo).

Sólo se concentraba en seguirle el paso mientras caminaban por los pasillos, en vista de que un incómodo silencio amenazaba con presentarse, el pelinegro se dispuso a hablar un poco para que el ambiente entre ambos se "relajara" un poco.

—Y... ¿Cómo va todo?– Preguntó en un intento por hacer conversación —¿Has estado practicando lo que hemos estado viendo hasta ahora?– Cuestionó, el contrario asintió entusiasta con una alegre sonrisa de por medio. 

De nueva cuenta, e inconscientemente, Dib esbozó una boba sonrisa al notarlo, esta vez acompañada por un leve tono carmesí en sus mejillas. Rápidamente recuperó la compostura y se dispuso a seguir caminando e ignorando la idiotez que estaba haciendo. El ojiazul dejó escapar una carcajada al notar la ridícula expresión en el rostro del contrario.

El azabache, por otro lado, solamente se limitó a mirar de reojo la tierna sonrisa que el contrario inocentemente le dedicaba; no pasó mucho tiempo para que el de gabardina terminase (de igual manera) imitando el adorable gesto. Ambos reían divertidos ante sus reacciones, mientras que, para Dib, no había más dudas; claro, puede que el chico de ojos azules no fuera exactamente un "experto" en las indirectas... Pero, ya sea que las comprendiese o no, aún así el castaño no dejaba de ser lo más adorable que el pelinegro conocía.

—Bien, será mejor que nos apresuremos– Se le escuchó al de lentes mencionar —No querrás llegar tarde por mi culpa, ¿O sí?– Mencionó, a lo que el contrario respondió negando con una alegre sonrisa de por medio.

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Que quede conste de que se los advertí... Estos dos babosos los matarán de diabetes (ahre, y eso que apenas vamos comenzando ekisde)

¿Qué cuentan chavos?

Espero que les haya gustado

Sale bai, se me cuidan y no olviden tomar agua.

Amorometro •|ZaDr|• [Autism AU!]Where stories live. Discover now