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"And if you know me like I know you.
You should love me"

—No me dejes  nunca de nuevo —le suplicaba mientras lo abrazaba con demasiada fuerza, como si hubiesen sido meses y no días después de su último encuentro—

—Yaaa que eres un exagerado Horacio, si sólo fueron unos días —le correspondió al abrazo y se acercó un poco más a el. —Aunque si te soy sincero. Yo también te extrañe mucho

Seguían parados en la terminal, ni siquiera recordaban que hubiese alguien más en dicho lugar, para ellos estaban completamente solos, como si estuvieran en una burbuja , sin nadie que interrumpiera ese dulce momento...

—¡Gustabo!

Regresaron a la realidad cuando un hombre de cabellos negros grito el nombre del rubio que sólo soltó a su amigo y se fue directamente con quien le hablaba, haciendo sentir a Horacio tan extraño, porque la calidez que ese abrazo le había proporcionado se había esfumado.

—¡Jack!, es bueno verte de nuevo

—Veo que Horacio llegó antes —dijo mientras le mostraba una sonrisa de todo menos agradable al de la cresta—

—Mmm si, quería estar primero realmente

—Me alegro de verlos a los dos —soltó Gustabo en búsqueda de animar un poco el tensó ambiente que había—

—¿Y Volkov? —cuestionó el pelinegro—

—No me quiso acompañar, estaba demasiado cansado como para levantarse de la cama.

Estaban ya en casa de Gustabo, quien estaba en su habitación acomodando sus cosas. Sentía aún aquella extraña opresión en el pecho y claro que era consciente del porque, era Horacio como todos los días de su vida, porque sí, no había día en el cual no pensara en su mejor amigo que le había robado el corazón y quien no lo amaba y nunca lo amaría como el lo hacía, sabía que sólo lo veria como a un mejor amigo, realmente, casi como a un hermano por el resto de lo que le quedaba de vida.
Suspiro mientras continuaba intentando concentrarse en acomodar su ropa.

En la cocina las cosas no podían ser más incómodas, la tensión se podía cortar con un cuchillo como si fuese mantequilla.

—¿No qué no te caía bien Gustabo? —preguntó Horacio mientras pasaba su mano por la mesa, en busca de algo que hacer —

—¿Cuándo yo dije eso?, quizá escuchaste mal. Porque si hay alguien que me tiene hasta los cojones —le contesto de mala manera—

—Yo-

—¿Quieren algo de comer? —preguntó Gustabo que salía de su habitación—

La tarde se había pasado lo más tranquila posible, aunque no lo era demasiado por el hecho de que Horacio y Conway parecía que en cualquier momento comenzarían a pelar, Gustabo no acababa de comprender la situación, ¿qué no se llevaban medianamente bien? No esperaba que se llevarán perfecto, porque desde que llegaron a la ciudad no dejaban de molestar a Conway, con cualquier estupidez que les pasara por mente para hacerlo molestar. Al final del día, habían logrado tener una especie de amistad, es por ello que verlos querer matarse le extrañaba, pero no le molestaba. ¿Sería que estarían peleando por el?

—Dos hombreras peludos se pelean por mí —pensaba Gustabo mientras sonreía por lo que había pensado—

Después de un buen rato, finalmente Jack se había marchado de casa del rubio. Ya que había surgido un imprevisto en la comisaría. Por su parte Horacio planeaba quedarse un rato más, pero su pareja lo llamó, terminando con sus planes de quedarse.

—Tengo que irme Gus —le dijo con una sonrisa que demostraba la tristeza que sentía—

—Oh vale, ve con cuidado —le dijo para acompañarlo a la puerta, estando frente a ella Gustabo dudo un poco, pero le plantó un suave beso en la mejilla a su amigo—

Horacio ya estaba fuera del hogar del rubio, con el corazón latiendo increíblemente rápido y las mejillas calientes, ¿porqué se sentía así?, ¿porqué sentía raro al irse de su lado? Eran algunas de las preguntas que se iba haciendo mientras regresaba a su casa.

Friends. GustacioWhere stories live. Discover now