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Espejos emocionales

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Espejos emocionales.

Se dice que en la antigüedad no existía manera de sentir algo sin motivo, pues todo aquello que siente el corazón viene a través de los sentidos; sin embargo, esto no aplicaba para Adara, una alegre chica oriunda de Tesalia, quien solía sentir ira, indignación o emoción de forma repentina.

Las tierras de Tesalia, en aquel entonces en guerra con los atenienses, eran gobernadas por el conocido como, Rey Aquiles. Frío, estratega nato e indolente con sus enemigos; así era descrito.

Un día, la casa en la que Adara residía junto con sus padres fue atacada por tropas atenienses. Intentaron escapar del desastre en el que la zona entera se había convertido, sin embargo, los padres de Adara perecieron durante la huida. De este trágico ataque sobrevivieron pocas personas. Adara se quedó en casa de Zoe, su mejor amiga, llena de dolor al cual repentinamente se le unió la ira e indignación poco propias de ella.

Mientras el ataque ocurría, en los aposentos reales se llevaba a cabo una reunión de objetivo militar en la cual el Rey Aquiles estaba obligatoriamente presente.

No había nada que molestase tanto al Rey como escuchar a un grupo de seres de intelecto cuestionable discutir sobre un ataque que ya debía estar propiamente planificado y que ya debería estar en acción. Sorprendentemente, el sentía que sus sentimientos estaban siendo calmados de alguna manera.

En esta reunión estaba Elián, su mejor amigo. Que notaba la extraña calma y ligera inexplicable tristeza que envolvía a su usualmente fúrico Rey y amigo.

Estas dos personas, completamente opuestas en cuanto a rango y personalidad, estarían unidas por lazos incomprensibles y a la vez por unos tan mundanos como lo son los amigos en común.

Tiempo después, Elián le mencionó el poco usual comportamiento de su mejor amigo a su esposa, Zoe. Ella le comentó lo extraño de Adara cuando sucedió el ataque y, haciendo conjeturas, llegaron a una conclusión improbable además de fantástica: ¿Y si eran capaces de compartir sentimientos?

Días después, dispuestos a descubrir si su teoría era cierta, deciden salir con ellos a dar un paseo y confirmar sus sospechas.

Zoe llevó a Adara a los aposentos reales bajo la excusa de tener una caminata con su esposo y el mejor amigo de este, Basil, mejor conocido como El Rey.

Una vez juntos y con todas las ceremonias hechas, Elián y Zoe pusieron en marcha su plan. Cada uno fue con el mejor amigo del otro para así poder identificar si sus emociones concordaban con las de sus respectivos amigos y hablaron sobre el día del ataque.

Adara pasó de la tristeza y la nostalgia a la ira e indignación en cuestión de minutos; Basil pasó de estar fúrico a la nostalgia y tristeza absoluta.

Una vez confirmado, todos se reunieron y las mentes maestras del plan comentaron sus sospechas a nuestros protagonistas, quienes estaban reacios a creerlo hasta pensar en los momentos de extraños sentimientos que a veces los embargaban y que parecían coincidir con la personalidad del otro.

Después de esto, ellos se fueron acercando y dominando aquella extraña conexión entre ambos.

Así, las emociones puras de la muchacha ablandaron el corazón de aquel cruel Rey solo lo suficiente; mientras que, la determinación y fiereza del Rey hicieron de Adara una chica fuerte y valerosa, mejorando así el uno al otro.

Por eso hay que dejar que los sentimientos fluyan, más aún cuando parecen no tener razón de ser, no sabemos a qué persona estamos entrelazados y, por lo tanto, podemos ayudar a mejorar con el tiempo.

Escritos salidos de la cabeza de una dementeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora