conexión ; yoonjin.

여섯

— ¿Qué hacías antes de encontrarla? — se atrevió a preguntar —. ¿Estabas vagando por la calle mientras pensabas en el lindo chico que te coqueteó en la fiesta, rogándole a un Dios o universo que te ayudara a encontrarlo nuevamente? — bromeó. Seokjin, quien justamente estaba bebiendo de su café, no pudo evitar soltar pequeñas risas, dejando escapar pequeñas gotitas de su boca. Yoongi sonrío ante ello. 

— Realmente no te recordé desde aquél día — admitió y el pelinegro hizo un puchero ante sus palabras —. Por lo que, para tu mala suerte, no le pedía al universo un encuentro contigo ni mucho menos le rezaba a algún Dios para volverte a ver, pero, ahora que lo dices, sería buena idea rezarle a un Dios para no volver a encontrarte. 

— No creo en eso, pero espero que el universo o un Dios, decida ignorar tus peticiones — dijo mientras miraba hacía su bebida fría —. En fin, ¿me dirás que hacías? ¿ibas a encontrarte con alguien o te perdiste? 

— No estoy seguro de darte esta información considerando la necesidad que tienes por intentar algo conmigo... pero supongo que debo de aclarar que hacía antes de que digas algo como que buscaba por tu amor o me perdí buscándote por las calles frías de Seúl — se burló, a lo que Min sonrío con gracia. Jin lamió sus labios para mirar al pelinegro observarle con detenimiento. Realmente estaba poniéndole atención, tanto como a sus palabras y sus expresiones. ¿Por qué estaba tan profundamente interesado en cualquier cosa que él hiciera?, soltó un suspiro, bajando la mirada para evitar sentirse un poco nervioso por la actitud considerada de Yoongi —. Soy maestro de una institución... algo cerca de por aquí. 

— ¿Maestro? — abrió sus ojos con sorpresa —. Esperaba escuchar algo relacionado a lo artístico o el entretenimiento pero esto es interesante.  

— ¿Artístico? ¿Entretenimiento? — repitió con diversión —. Realmente me quieres tener. 

— Eso es cierto — admitió, ladeando un poco su cabeza —. Pero tampoco estaba mintiendo con lo que dije. En realidad sí pensaba escuchar algo como que eras modelo u algo así... es que, Seokjin... o mejor dicho, profesor Kim, usted es fascinante. 

Seokjin rio, negando con la cabeza.
— No me llames profesor, por favor  — pidió y el chico de la tez pálida sonrío —. ¿Cómo sabes mi apellido, estuviste buscándome desesperadamente? 

— Desearía decir que te he estado buscando pero para tu mala suerte chico de las conexiones, he estado ocupado — contestó y Kim alzó la ceja con interés —. Sé sobre ti por Jimin, llamó como cien veces a mi departamento para preguntar por ti. Fue duro tener que escuchar a ese enano gritar ''¡¿Dónde está mi Kim Seokjin?!  y que me demandaría si no te regresaba a salvo. 

Seokjin asintió con lentitud sin querer decir alguna sola palabra más. Su deseo de querer mantenerse en silencio no había nacido por el último comentario de su acompañante, sino por el recuerdo de Jimin molesto aquella noche, el recuerdo del chico de sonrisa y carácter maravilloso expresarse y mirar mal al chico frente a él y no era porque Park había sido algo molesto, sino por las razones por las que su amigo actuó de esa manera, lo que, lo llevaba a cuestionarse. ¿Era correcto para él estar con el chico que lastimó a uno de sus amigos? ¿Estaba bien que por alguna razón, estuviera disfrutando estar comiendo algo con el chico que solo quería su cuerpo? ¿No estaba fallando a sus amigos? ¿estaba todo bien con él? tampoco es como que él quisiera meterse con él, era solo, una sensación en su pecho que lo hacía sentir un tanto extraño. Una sensación que lo hacía cuestionarse de cada sonrisa, cada mirada y palabra dicha por ambos. 

— ¿Profesas una religión? — cuestionó mientras llevaba su pajilla hacía sus labios y succionaba el caramel macchiato. Jin le miró impresionado, parpadeando un par de veces para salir de su pequeño shock, sabiendo al instante a lo que se refería el pelinegro.