Capítulo 14❄

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Un fuerte escalofrió recorrió el cuerpo de todas al ser conscientes de que esos hombres no eran simples humanos, sino que pertenecían al mundo oculto que recién sabían que existía.

—Me da curiosidad saber por qué se escaparon de sus guardianes, ¿Acaso no son de su agrado? —preguntó el mismo hombre, mientras se acercaba más a ellas, sin embargo, ninguna se movió ni respondió—. Mmm, ¿No me van a responder? Que falta de modales —aquella sonrisa en sus labios no desapareció en ningún momento, así como no dejó de observarlas a cada una—. Las portadoras de las estaciones siempre han sido hermosas, por lo que se cuenta en las historias y libros, sin embargo, déjenme decirles que la belleza de ustedes cuatro es exquisita, tanto que podrían pasar por nereides —comentó el de capucha deteniéndose frente a Kristen, quien sin poder evitarlo tembló ligeramente al tenerlo frente a frente, provocando que él soltara una pequeña risa—. Tranquila, draer, no te voy a comer, o por lo menos no en esta forma...

Una nueva risa se escapó de sus labios, provocando un nuevo temblor en el cuerpo de la rubia. Amy, quien era la que se encontraba a su lado, al ver como su prima temblaba no dudó en colocarse frente a ella y encarar a aquel hombre que no dejaba de molestarla.

—¿Quién demonios eres y qué quieres de nosotras? —cuestionó con seriedad y sin apartar la mirada de él.

—Amy, no... —escuchó como Kristen le susurró y la tomó de la mano para detenerla, pero no le hizo caso.

—Preciosos ojos azules como el agua y las puntas de tu cabello terminando en blanco, supongo que tengo el placer de estar frente al inverno, ¿Verdad? —aquel hombre no obtuvo ninguna respuesta verbal, solo la mirada afilada de Amy, quien en ningún segundo dejó de observarlo—. Hermosa y valiente, me gustas —dijo, mientras llevaba su mano hacia un mechón de cabello de la castaña.

Esta ni siquiera se inmutó, lo que hizo sonreír con más ganas al hombre.

Nicholas, deja de jugar, recuerda que tenemos una misión —habló por fin uno de los otros hombres.

El tal Nicholas soltó un bufido y después de colocar aquel mechón de cabello detrás de la oreja de Amy, se apartó un poco

—Desafortunadamente, mi amigo tiene razón —dijo y metió una mano al bolsillo de su pantalón, para después sacarla con una especie de cuerda dorada—. Si se portan bien y cooperan con nosotros, prometemos que no les haremos daño, sin embargo, si no lo hacen, probablemente Charlize nos regañe por no cumplir con nuestro deber de llevarlas con vida...

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Amy al ver como aquel hombre se acercaba a ella, pero no solo era él, sino que sus amigos tenían el mismo tipo de cuerda con ellos y estos se acercaban a sus amigas.

Ellas sabían que esas no podían ser simples cuerdas. Tal vez todavía no sabían mucho sobre el mundo oculto o las demás especies, no obstante, aquella falta de información no evitaba que el instinto de supervivencia les gritara que no se dejaran atar las manos porque ese sería el fin de todas.

Las cuatro estaciones: La leyenda (Bilogía #CuatroEstaciones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora