Arani tuvo que recoger todo el autocontrol que pudo para no reír a la imitación de Ruth a su voz, y a su graciosa expresión al hacerla. Le costó mucho, muchísimo. Pero no le dijo nada mientras ella seguía con sus palabras y sus movimientos de manos expresando lo molesta que estaba por la simple e inútilmente informativa respuesta.

Lo que más la sorprendió, y no solo a ella, fue el momento en el que se levantó del sillón se acercó a Ruth y la abrazó rápidamente; y ella se calló inmediatamente y se tensó de pies a cabeza. Arani la soltó unos segundos después y caminó hacía la cama que la llamaba como una súplica.

—También te extrañé, Ruth —fue lo único que le dijo saludándola con la mano antes de desaparecer en la cama en la que se lanzó dos segundos después.

—También te extrañé, Ruth —fue lo único que le dijo saludándola con la mano antes de desaparecer en la cama en la que se lanzó dos segundos después

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—O despiertas o te tiro el caldo a la cara —oyó la voz en su oído y su ojo de abrió inmediatamente.

Ruth se movió mientras ella se sentaba en el colchón.

—Hola a ti también —se estiró.

—Tu cabello está largo —le dijo con una pequeña sonrisa y le entregó el tazón con caldo, verduras y carne.

Arani siquiera se había molestado en quitarse las prendas que cubrían su cuerpo, simplemente se había lanzado en el centro de la cama y como si fuese una bendición directa de los Dioses había entrado en un plácido y acogedor sueño. No pesadillas, no preocupaciones, no recuerdos.

Solo un mar negro y lleno de tranquilidad.

—Sí, al parecer las Tierras sin Dueño albergan la magia de todo Azkar, y mi cabello quiso crecer —respondió.

Aunque bien habría preferido un, al parecer las Tierras sin Dueño albergan la magia de todo Azkar y la máscara decidió caer al fin. Pero eso ya era mucho por desear o pedirles a los Dioses.

Esa cosa jamás se quitaría, y nadie podría volver a ver su rostro nuevamente, ni ella. Y cuando la imagen de su propio rostro desapareciera en las catacumbas de sus recuerdos, ya nadie recordaría como fue verdaderamente. Solo quedaría un la mujer de la máscara de hierro.

—Al fin podremos hacer algo con ese desastre que tienes en las mañanas —Ruth fingió tener un escalofrío para ponerle énfasis, ella rodeó los ojos y la puerta fue golpeada y al segundo abierta.

El olor llegó a sus fosas nasales y sonrió levemente al saber quién era.

—Oí que habían llegado, pero me retuvieron con las reuniones sobre lo que ocurrirá, y los siguientes pasos a dar y... en fin...

Jax apareció en la habitación mirando hacia todos lados buscándola, Arani sintió cierto sentimiento de importancia al ver que la buscaba. El humano de cabello castaño sonrió al observarla con un tazón de caldo en la cama.

—Felicidades —dijo él inclinando la cabeza un poco, Arani le sonrió también, aun revolviendo la cuchara en el pequeño tazón.

—¡¿Sobre qué?! ¡Dime! —dijo Ruth abriendo sus ojos acercándose a él —¿Qué ocurrió?, esta insolente no me quiere decir nada, dijo un fue interesante, ¡solo eso Jax!

La Máscara de Hielo (TERMINADA)Where stories live. Discover now