Before I Die.

𝟏𝟗

𝓐𝓷𝓽𝓮𝓼 𝓭𝓮 𝓶𝓸𝓻𝓲𝓻

Anoche fue una de las peores experiencias que he tenido, dejé de respirar por unos segundos y tuvieron que llamar a una ambulancia para que me dieran primeros auxilios, lograron que volviera a respirar. Morí por unos segundos y lo que sentí fue cómo si me hubiera quedado dormida, no la ví.

Tengo miedo de morir pero cuando por fin lo haga podré ir a donde siempre quise, esperaré tranquila la hora en que tu alma llegue y te prometo que en nuestra proxima vida te diré lo que siento por ti.

Ahora estas a mi lado dibujando algo mientras preguntas que tanto escribo ¿en verdad quieres saberlo?

Ayer por la noche la casa de mis padres estaba llena de gente, creyeron que había muerto por fin pero para mi mala suerte no lo hice, todos estaban tan preocupados debieron haber visto sus caras.

Hoy en la mañana oí hablar con alguien a mi madre, ese alguien eras tu, entraste a mi habitación diez minutos después y te asombraste de verme despierta, te dí un sonrisa y tu la devolviste ¿ya dije que te vez muy lindo sonriendo?

Entiendo cómo se sentía Akira antes de hacerlo, sabía que moriría y cuando lo haría, se podía despedir de quienes amaba pero yo no, yo no se cuando lo haré y tampoco me podré despedir, solo se que me voy a morir, por eso siempre me despido de todos cómo si todo hubiera acabado, me gusta creer que todo acabo cuando duermo.

Cuando alguien se va y se despide de mí odio el sentimiento que provoca el saber que tal vez nunca más lo veré.

Dijiste te amo antes de irte y eso me ayudo bastante, ya no me siento tan mal cómo antes mi animo aumento pero siento mucho sueño.

Me siento relajada.

Ya no tengo miedo.

Te amo, gracias por haber sido parte de mi tan corta vida, gracias por todo y si alguna vez me buscas hazlo entre los rosales, ahí siempre te esperare.

Hasta siempre Eren, no es una despedida la prometo.

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Con delicadeza la chica de pelo negro se sentó sobre la cama en la que reposaba y en el mueble que estaba a su derecha del último cajón lo abrió y de este saco una pequeña caja de madera de color negro, la abrió y en el interior de la caja se encontraban unas veinticuatro cartas más.

Colocó la última y finalmente fueron veinticinco, colocó sobre ella una pequeña nota y la devolvió a su lugar en el cual solo unas pocas personas sabían que contenía.

Se recostó de nuevo en la cama y de nuevo se colocó su mascarilla de oxigeno.

Su hermano el más grande llamado Chris entró a la habitación y al verla despierta su mirada se calmó, quito los cabellos que estorbaban sobre su frente y le sonrió.

— Chris.

— Dime Ale.

— Cuando cumplas treinta me prometes que si llego viva ¿me dejaras burlarme de ti por que estas viejo? — trató de reír.

— Sí chaparra.

— Gracias, te quiero.

— Yo también.

Salió de la habitación y Alex sonrió para ella misma, quería estar presente cuando su hermano mayor cumpliera treinta, solo faltaban unos pocos meses.

Al rededor de unos treinta minutos después Alex comenzaba a sentir pesadez en sus ojos y apenas los podía mantener abiertos, su cuerpo extrañamente se relajo, sabía que no era normal lo que sentía pero lo dejo pasar.

Duró unos cinco minutos así hasta que su cabeza comenzó a doler igual que la noche anterior y en un intento desesperado de pedir ayuda se levanto de la cama pero tropezó con los cables que estaban en el piso y cayo sobre este, la alfombra suavizo de alguna forma su caída pero no lo suficiente para quedar casi inconsciente, el dolor desapareció y sus ojos se cerraron involuntariamente.

A la habitación había entrado corriendo el padre de la chica.

Tomó el cuerpo de su hija y comenzó a llamarla desesperadamente, los gritos fueron escuchados por los demás en la casa y de inmediato todos corrieron a la habitación y entonces vieron lo que más temían desde que supieran que Alex estaba enferma.

Matth hermano de Alex llamó de inmediato a una ambulancia y corrió hasta donde estaba su hermana inconsciente.

Comenzó a tomar su pulso y notar que ya no tenía dió primeros auxilios pero no lograba nada y las sirenas de la ambulancia cada vez se escuchaban más cerca, sintieron que paso toda una eternidad para que pudieran subirla a esta y llevarla a un hospital.

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En la sala de espera del hospital estaba toda la familia y amigos de Alex esperando a saber algo de ella.

La madre de la pelinegra se acerco a una enfermera que había estado en la habitación de su hija y desesperada pregunta si ella sabía algo.

— La señorita Katō esta en estado critico hace unos momentos los doctores lograron reanimarla pero sería cuestion de ver que pasa en los próximos minutos.

— Gracias señorita.

Issey se giró y comenzó a llorar desconsoladamente y su esposo se acercó hasta ella para abrazarla.

Eren había sido notificado de la situación hace apenas unos segundos por lo cuál aún no llegaba.

No paso mucho realmente, pudieron haber sido unos cuatro minutos después llego un doctor y se acercó hasta la familia de Alex.

— ¿Familiares de Alex Katō?

Su padre asintió.

— Lamento tanto decírselo, la señorita Katō acaba de fallecer.

El grito de su madre fue de lo más terrorífico que pudieron escuchar los presentes en la sala.

Eren ingresaba por la puerta principal y se acerco con la enfermera de la entrada.

— ¿Usted sabe donde esta la habitación donde se encuentra Alex?

— ¿Alex? ¿Alex Katō?

— Sí, esa misma.

— ¿Usted es familiar de ella?

— Soy su pareja.

— Oh...lo siento joven, su novia falleció hace dos minutos.

Estaba viviendo el shock más grande que había tenido en su vida, se sentó en las bancas de metal que estaban a sus espaldas y comenzó a respirar agitadamente, llevó sus manos hasta su cabello y lo peino hacía atrás, su cuerpo comenzó a temblar y las ganas de vomitar se hicieron presentes.

Había perdido a la chica que amaba, de la que estaba enamorado.