CAPÍTULO XI: La desdicha de un pobre chico arrepentido

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Se mantuvo lo más alejado que pudo de Pedro y Fred, pues, aunque ellos no eran responsables por su actitud, el solo recordar la forma en la se habían burlado de Winnie, lograba enojarlo, pero claro, se sentía el doble de fastidiado con él mismo, pues, él no había hecho nada para detenerlos, hasta se había unido a ellos.

Y aunque trató de convencerse de que Winnie Gales no era alguien resentida, y que pronto podría acercarse a ella para pedirle unas disculpas por su mala actitud, no podía negar que ella parecía muy decidida a ignorarlo, si era posible, por el resto de su vida.

Lo comprendió cuando, una mañana, observando a través de su ventana la encontró barriendo la parte delantera de su casa. Jack interpretó aquello como una oportunidad para hablar con ella, pues, en toda la semana no la había visto, o, mejor dicho, ella no se había dejado ver. Inclusive ya no la escuchaba tocar su saxo por las noches, lo cual lo hizo sentir aún más culpable.

Tomó una escoba del pequeño cuartito de limpieza y salió a barrer al frente de ella esperando llamar su atención con aquello, pero fue en vano. Ella ni siquiera levantó la vista en su dirección, y se concentró en terminar su quehacer de forma rápida.

—¡Buenos días, Winnie! —la saludó desde el otro lado de la calle, pero como era de esperarse, ella no le contestó. Recogió el pequeño cúmulo de basuritas que había juntado en su recogedor, y se adentró a su casa totalmente indiferente.

Como consecuencia, el rostro de Jack recayó por el resto del día, pues, no podía negarlo. Winnie era aquella amiga que lo hacía sentir mejor en su nueva ciudad, y ahora que la había herido por su idiotez, se sentía el ser más miserable del mundo.

...

Una noche, mientras descendía por el ascensor del trabajo, dispuesto a regresar a casa, se topó "accidentalmente" con Nina Bruce. Llevaba puesto un entallado conjunto blanco, y sus rizos dorados caían por su espalda de manera muy elegante.

No podía negar que, por un momento, justo antes de su discusión con Winnie, estuvo dispuesto a intentar algo con la rubia, pero en aquellos mismos instantes, lo único que quería era mantenerse alejado de ella.

—¡Qué casualidad encontrarme contigo, Jack!

—Hola, Nina. —respondió el joven sin tanto ánimo.

—¿Cómo estás? Yo me siento tan cansada. En el departamento de modas estamos muy atareados con la última sesión de fotos para la revista.

—Lo imagino, acá estamos igual con los nuevos libros por publicar.

—Sí. La vida de adulto es tan cansada ¿No crees? —respondió ella en un tono divertido. Revisó su celular de forma muy sutil y levantó la vista fingiendo preocupación. —¡No puede ser! Mi taxi no podrá llegar, dice que ha tenido un inconveniente con una de sus ruedas. ¡Oh Dios! Tendré que tomar uno en la calle...

"Pues hazlo", quiso responder Jack, pero sabía que sonaría como un total maleducado.

—Puedo llevarte si quier...

—¡Eso sería excelente! —exclamó ella con una sonrisa, sin siquiera dejarlo terminar. —Gracias, lindo Jack.

—No hay de qué. —concluyó él un tanto frío, y esperaron a que el ascensor abriera sus puertas para salir de él.

Caminaron hacia la recepción del edificio, Nina hablaba de un tema concerniente a la moda que a Jack poco le interesaba.

—¡Nina, Jack! ¿Cómo están, chicos? —la voz de Rebeca Gales los tomó por sorpresa a ambos, provocando que ambos voltearan en dirección a la mujer.

Ella se acercó a ambos y los saludó con un beso en la mejilla.

—¡Que alegría verla, señora Gales! ¿Se encuentra de salida? —le preguntó Jack con cierto interés especial. —¿Desea que la lleve a casa?

—Oh, no es necesario, Winnie vendrá a recogerme, junto a Pierce.

Jack asintió en silencio, y se despidió de la señora un tanto apenado. Al parecer Pierce le caía muy bien a Rebeca.

Caminó con Nina hacia la salida, sorprendiéndose de encontrar a Winnie Gales bajar del auto del peliazul con una sonrisa. La expresión de la joven cambió a una más seria cuando se topó con ambos, pero se dispuso a saludarlos por respeto a Nina, a quien había conocido por medio de su madre. ¡Claro! Aquella era la Nina de la que había hablado Jack junto a sus amigos. Tan hermosa e inalcanzable para muchos.

—Ella es la hija de los Gales. —le dijo la rubia a Jack cuando la pelirroja se alejó de ellos.

—Lo sé. —respondió él observando caminar a Winnie hacia el interior del edificio. Se sentía muy apenado por haberse topado con ella en aquella situación.

Ella lo había visto salir del trabajo junto a Nina. ¿Pensaría que ella y él estarían saliendo? Quizás sí, y se lamentó de haberle dado aquella impresión. Por otro lado, no pudo pasar por alto la sonrisa de felicidad que había tenido Winnie cuando bajó del auto de Pierce. ¿Es que acaso ambos estarían saliendo ya?

No había duda de que Winnie Gales se hacía extrañar, y aquello era, probablemente, lo que más estaba torturando al pobre Jack Weston.

...

Nota de autora:
¿Qué opinan de Jack? Jaja Quiero saber porque sé que no sencillo quererlo 😂

Señorita Gales © [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora