-¡Nada! - gritó Marcus sobresaltando a Liviana - Tú y yo seguiremos siendo marido y mujer, continuarás siendo mi esposa y yo tu esposo. Volverás como lo que eres, mi esposa y la duquesa de Agnes, mi hijo nacerá aquí, seremos una familia, pero una feliz, aunque me cueste lograrlo, haré que vuelvas a confiar en mí, y principalmente que vuelvas a amarme.

Liviana lo miró sorprendida, no pensaba que Marcus reaccionaría de esa forma, pero por una parte estaba feliz, esas eran las palabras que ella quería escuchar, aunque aún faltaba una y la más importante.

-¡No me puedes obligar Marcus!

-Claro que puedo, soy tu esposo. Y te prohíbo rotundamente que salgas de la ciudad, en unos días volveré por ti y será para que regreses conmigo a nuestro hogar - dijo Marcus muy cerca de Liviana, sus ojos demostraban lo furioso y asustado que estaba -. Que no se te ocurra salir de Londres, porque te juro Liviana, que soy capaz de seguirte y traerte de vuelta. Es una promesa.

Y Liviana estaba más que segura que la cumpliría, sus ojos lo decían.

Y antes de salir de la habitación de Liviana y marcharse, la tomó de la cintura y la pegó a su cuerpo, miró sus ojos y bajó a sus labios para luego besarla apasionadamente, quería quedarse y hacerle el amor, pero no quería empeorar la cosas, así que cuando el aire les hizo falta y antes de caer en la tentación que Liviana representaba para él, se marchó, dejándola totalmente boba por aquel beso. Cuando recuperó sus sentidos, sintió que su corazón volvía a latir, no podía creer que Marcus había hecho y dicho todo aquello, pero tenía que mantenerse firme, tenía que mantener una postura seria que le indicara a Marcus que no sería tan fácil volver a tener lo que había perdido tan cobardemente.

Después de eso, tomó el baño que Marcus había retrasado y luego cayó en su cama como un angelito.

Marcus por su parte, en vez de ir rumbo a su residencia se desvió y llegó a la residencia de sus padres. Era un poco tarde, pero sabía que ellos estarían despiertos aún, y más su madre, con quien precisamente necesitaba hablar.

Al entrar a la residencia se dirigió justamente al lugar donde sabía que encontraría a su madre: la biblioteca. Lady Lilian todas las noches antes de dormir leía un libro en la biblioteca mientras esperaba a su esposo. Y esa noche no sería la excepción. Sigilosamente entró a la habitación y la vio sentada en el sillón con un libro en sus manos, la observó por varios segundos hasta que decidió acercarse.

-Buenas noches, mamá - saludó haciendo que lady Lilian saltara en su lugar por el susto que su hijo le había provocado.

-Hijo por Dios, me has dado un susto tremendo - dijo ella con una mano en su pecho.

-Lo siento, no quería asustarte - dijo Marcus sentándose frente a su madre, la miró con ojos acusadores, lo que hizo que lady Lilian frunciera el ceño.

-¿Pasa algo Marcus? - preguntó lady Lilian.

-Sabías que Liviana espera un hijo mío - no preguntó, afirmó, y la reacción de su madre lo acabó de reafirmar -. Claro que lo sabías, ustedes son muy unidas como para no darte cuenta. ¿Pero por qué no me lo dijiste?

-Porque Liviana así lo quiso, todos le aconsejamos...

-Espera, ¿dijiste todos? Eso me suena a que no solo tú y Jayne lo sabían, ¿quién más? - preguntó Marcus interrumpiendo a su madre.

-Bueno, nosotros y... Anthony.

-¡¿Anthony?! Con él hablaré mañana - dijo él -. ¿Y por alguna casualidad Logan también lo sabía?

-No lo sé hijo, creo que no - respondió ella.

-Bien. Continúa.

-Todos le decíamos que lo mejor sería que lo supieras, pero ella se negaba por miedo a tu reacción - respondió lady Lilian mirando fijamente a su hijo, este se levantó y caminó por la habitación despeinando su cabello.

-¡Por Dios! Ella no tenía que haberme ocultado algo tan importante como eso. Yo soy el padre de ese bebé, ¿de qué otra forma iba a reaccionar si no era alegrándome?

-Tienes que entenderla hijo, tu matrimonio no era precisamente...

-Sé lo que vas a decir, y también sé que tienes razón y estoy más que arrepentido de haber negado mis sentimientos por tanto tiempo, si tan solo me hubiera dado cuenta antes de que mi corazón estaba con Liviana...

-Te lo dije Marcus. Muchas veces te repetí que lo que sentías por Emma no era amor. Pero no sirve de nada lamentarse ahora hijo.

-Tal vez hoy sería feliz al lado de Liviana y de mi hijo, quizá, hasta sería el segundo o el tercero que tendríamos - sonrió al imaginarse esa vida al lado de su mujer, pero pensaba cumplir ese sueño.

-¿Y qué piensas hacer? - preguntó lady Lilian.

-Hablé con Liviana, le pedí perdón y por supuesto que regresara conmigo.

-¿Y?

-Me perdonó.

-Liviana es un ser puro, sabía que te perdonaría - ambos sonrieron.

-Pero no regresará conmigo - dijo Marcus lanzándose al sillón derrotado.

-Te lo tienes bien merecido, pero descuida, ella te ama y terminará regresando. Pero debes de insistir, convencerla y sobre todo debes demostrarle que realmente la amas, ¿por qué la amas verdad?

-Por supuesto, de eso no tengo dudas, y haré de todo para demostrarle que no soy ese Marcus que aún cree que soy, que ahora soy uno aún mejor gracias a ella, le demostraré que el amor hace cambiar los corazones y más cuando es de un ángel como lo es ella.

Porque eso era Liviana para él, un ángel lleno de luz que lo rescató de la oscuridad que lo cegaba.

E.J. Black

XXXIX

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Miserable Matrimonio (Saga #1 «Amores Encadenados») Where stories live. Discover now